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Memento mori: la inquietante costumbre de fotografiar a los seres queridos tras su muerte

Pensar en tomarle una foto a un ser querido poco después de que haya muerto puede parecer morboso. Pero éstas son imágenes de una época muy distinta, una en la que tener retratos de familia eran un lujo. Imágenes sensibles.

Alianza BBC
10 de agosto de 2019
Era común que las familias tuvieran muchos hijos, y también común que murieran antes de cumplir cinco años. En esta imagen, la niña más pequeña ha muerto y está apoyado contra un soporte para la imagen. | Foto: Archivo particular

Las fotografías en este artículo pueden herir tu sensibilidad.

Y es que hoy en día, pensar en tomarle una foto a un ser querido poco después de que haya muerto puede parecer morboso.

Pero éstas son imágenes de una época muy distinta, una en la que tener retratos de familia eran un lujo y la muerte, sobre todo de niños, frecuente.

Es por eso que este tipo de fotografías se convirtieron en una forma de conmemorar a los muertos y de atenuar la agudeza del dolor.

Son imágenes inquietantes y extrañamente conmovedoras, en las que las familias posan con los muertos, los bebés parecen dormidos y los jóvenes aparecen elegantemente inclinados, como si la enfermedad que les quitó la vida los hubiera hecho más bellos.



Toda la familia, incluido un gato, se ha reunido alrededor de un niño muerto en el suelo, que está posado como si estuviera durmiendo.

Muerte presente

Las fotos que ves aquí son de la era victoriana británica -de la década de 1830 hasta 1900-.

En ese entonces, la vida estaba impregnada de muerte. Epidemias como la difteria, el tifus y el cólera cobraban miles de vidas, y desde 1861, con la muerte de su amado esposo, el príncipe Alberto, la desconsolada reina Victoria puso de moda el duelo.


Un memento mori con las fotos de la reina Victoria y el príncipe Alberto y dos mechones de pelo.

Los memento mori, que literalmente significa "recuerda que morirás", ya eran comunes.

Los deudos cargaban consigo mechones de pelo de los muertos guardados en medallones y anillos, se crearon máscaras mortuorias en cera, e imágenes y símbolos de la muerte aparecían en pinturas y esculturas.

Pero a mediados de 1800, la fotografía se estaba volviendo cada vez más popular y asequible, lo que hizo posible que el surgimiento del retrato fotográfico como memento mori.


En este caso, un gemelo murió mientras el otro sobrevivió. El bebé muerto está rodeado de flores.

Imágenes para más gente

La primera forma exitosa de fotografía, el daguerrotipo -una imagen pequeña y muy detallada sobre plata pulida- era un lujo costoso, pero no tan costoso como tener un retrato pintado, que anteriormente había sido la única forma de preservar permanentemente la imagen de alguien.

La nueva tecnología, como en otras ocasiones, le dio la oportunidad a mucha más gente de tener lo que por siglos había sido privilegio de unos pocos.


Las exposiciones prolongadas al tomar fotografías hacían que los muertos, eternamente quietos, a menudo se vieran con mayor nitidez que las personas vivas, que aparecían ligeramente borrosas.





Los estudios de fotografía tomaban una imagen de "recuerdo" y la imprimirían en tarjetas para que los deudos se las dieran a amigos y familiares.

A medida que aumentó el número de fotógrafos, el costo de los daguerrotipos disminuyó.

Y en la década de 1850, se introdujeron procedimientos menos costosos, como el uso de metal delgado, vidrio o papel en lugar de plata.

El retrato de la muerte se hizo cada vez más popular.


Los ojos del niño fueron pintados en la foto, mientras que la niña está dispuesta en posición vertical, como si se hubiera dormido mientras jugaba con sus muñecas favoritas.

Las guarderías victorianas estaban además plagadas de sarampión, difteria, escarlatina, rubéola, todo lo cual podría ser fatal.

A menudo la muerte de niño era la causa de que por primera vez las familias consideran tomarse una fotografía: era la última oportunidad de tener una imagen permanente de un hijo querido.



La muerte de un ser querido a menudo fue el detonante para que se tomara un retrato familiar, la última oportunidad de tener un registro permanente de un hijo querido.

A medida que la atención médica mejoró la esperanza de vida de los niños, sin embargo, la demanda de fotografías de muerte disminuyó.

La llegada de las instantáneas fue la estocada final para este arte, ya que de ahí en adelante, las familias se tomarían fotografías en vida.



La fotografía de Memento mori no solo era popular en Europa. Estas fotos fueron tomadas en Australia y son parte de una colección en la Biblioteca Estatal de Australia del Sur.

Sin embargo, las imágenes que esas personas que contuvieron estoicamente su dolor para preservar la semejanza de un ser querido que se fue demasiado pronto, continúan haciéndole honor a su nombre.

Memento mori: recuerda que morirás.