Nación
Memo Fantasma: los lujos que encontró la Policía en el apartamento del supuesto narco
La Fiscalía imputó cargos contra el abogado, su abuela y su madre. Ninguno aceptó los delitos.
Los detalles de la investigación que adelantó la Fiscalía y que enreda al abogado Guillermo León Acevedo con una organización criminal que, según el ente acusador, logró darle apariencia de legalidad a millonarios recursos que provenían de actividades relacionadas con el narcotráfico y principalmente de las Autodefensas Unidas de Colombia, quedaron consignados en la imputación de cargos. En los videos que grabó la Policía al momento de capturar a alias Memo Fantasma, se observan los lujos que tenía este abogado de 49 años de edad.
La captura de Acevedo ocurrió en la ciudad de Bogotá, en un lujoso apartamento del sector de Rosales. Desde allí, según la Fiscalía, se controlaban las empresas que aún hoy, y después de 20 años, le sirvieron para darle apariencia de legalidad a millonarios recursos que obtuvo de los paramilitares, particularmente del Bloque Central Bolívar.
En ese apartamento, de acuerdo con el fiscal del caso, Memo Fantasma recibía a sus socios y damas de compañía que llegaban con previa invitación y que justamente terminaron por ayudar en su captura, tal y como lo indicó la Policía al informar los detalles del operativo que se adelantó en la mañana del pasado viernes. “El cabecilla, después de las denuncias del periodista McDermott, se radicó en Colombia, dejando su vida en España, donde gozaba de una residencia permanente”, explicaron los investigadores.
El lujoso apartamento, que de acuerdo con la Fiscalía también usó como oficina para concretar millonarios negocios, está ubicado en el octavo piso, donde adecuó una de las habitaciones como cava privada y con una excéntrica colección de vinos. En ese allanamiento para la captura de Memo Fantasma, los investigadores también ubicaron documentación que fue puesta a disposición del fiscal del caso.
En la imputación de cargos, la Fiscalía enumeró más de 46 bienes que estarían en poder de León Acevedo y sus familiares, entre ellos su propia abuela María Enriqueta Ramírez y su madre, Margot de Jesús Giraldo. Los bienes, de acuerdo con el fiscal del caso, estarían avaluados en más de 50.000 millones de pesos y algunos ya fueron objeto de medidas cautelares por la Dirección de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín.
Se trata, según el relato de la Fiscalía, de apartamentos, edificios, parqueaderos, haciendas, casas y bodegas que estarían ubicadas principalmente en la ciudad de Medellín y Bogotá. Uno de los edificios construido está en plena calle 85 del norte de la capital del país y cuyo lote estaba a nombre de la abuela y madre de alias Memo Fantasma.
“Las pruebas permiten determinar que el señor Guillermo León Giraldo dirige todo un entramado criminal, un outsourcing con el objetivo de adquirir, invertir, ocultar, administrar, encubrir, blanquear o darle apariencia de legalidad a los recursos, bienes e inmuebles que fueron obtenidos de una fuente ilegal y tras su vinculación al Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia”, dijo el fiscal del caso en la imputación.
El fiscal del caso aseguró que el incremento patrimonial del abogado se aceleró de manera forma injustificada y actualmente supera más de 5.000 millones de pesos; en el caso de su abuela, de 1.600, y de su madre, 1.300 millones de pesos, que se convierten en el argumento legal para hacer la imputación por el delito de enriquecimiento ilícito.
“Obtenidos de una fuente ilegal, pero saneados a través del tiempo, con la compra y venta de inmuebles de él, pero también a través de la investigación, que involucra a su abuela y madre, además de las empresas a que se ha hecho referencia, donde figuran ellos para posteriormente desarrollar proyectos inmobiliarios, actividades agrícolas e industriales”, relató el fiscal del caso.
Memo Fantasma y sus familiares, no aceptaron los cargos que imputó la Fiscalía. Incluso, el abogado aprovechó el escenario para insistir ante la juez de control de garantías que el ente acusador se equivocaba al enrostrarle algunos hechos que no corresponden a la realidad, pues varios de los predios, insiste, no están a su nombre.