NACIÓN
Quince consejos del papa para que los jóvenes no pierdan la alegría
Frente a más de 22.000 jóvenes feligreses, Francisco pidió que ayuden a perdonar y a dejar atrás los odios.
Entre aplausos, gritos y consignas más de 22.000 jóvenes recibieron al papa Francisco en la Plaza de Bolívar. "Esta es la juventud del papa", repetían una y otra vez mientras el papa le decía a toda una generación que tiene la responsabilidad de ayudar a sanar las heridas que en más de 50 años sembró la guerra.
Profunda, emotiva, coloquial y sencilla fue la reflexión de Francisco parado en el balcón del Palacio Cardenalicio.
1. Es hora de que le enseñen a los mayores a perdonar, para que dejen atrás el lastre del odio.
2. Muchos jóvenes nacieron "en ambientes donde la muerte, el dolor, la división han calado tan hondo que los ha dejado medio mareados, como anestesiados", por eso el papa invitó a que "el sufrimiento de sus hermanos colombianos los abofetee y los movilice" para transformar a la sociedad.
3. Los jóvenes no solo tienen la capacidad de juzgar, señalar desaciertos, sino también de comprender. Comprender que incluso detrás de un error —porque el error es error y no hay que maquillarlo— hay un sinfín de razones y de atenuantes.
4. Mantengan viva la alegría, es signo del corazón joven, del corazón que ha encontrado al Señor. Nadie se las podrá quitar. No se la dejen robar, cuiden esa alegría que todo lo unifica en el saberse amados por el Señor.
5. ¿Cómo no van a poder cambiar esta sociedad y lo que se propongan?, ¡No le teman al futuro! ¡Atrévanse a soñar a lo grande! A ese sueño grande los quiero invitar hoy.
6. "No se dejen enredar por historias viejas y miren con extrañeza "cuando los adultos repiten acontecimientos de división simplemente por estar atados a rencores".
7. Tienen la tarea de ayudar a dejar atrás lo que nos ofendió. De mirar adelante sin el lastre del odio, porque los jóvenes hacen ver todo el mundo que hay por delante, toda la Colombia que quiere crecer y seguir desarrollándose.
8. Ayuden a sanar los corazones. Vayan adelante, no tengan miedo, con una sonrisa nueva y solo así se animaran a descubrir el país que se encuentra detrás de las montañas.
9. Los jóvenes tienen una sensibilidad especial para reconocer el sufrimiento de otros; los voluntariados del mundo entero se nutren de miles de ustedes que son capaces de resignar tiempos propios, comodidades, proyectos centrados en ustedes mismos, para dejarse conmover por las necesidades de los más frágiles y dedicarse a ellos.
10. Con un rico café, un refajo, o lo que sea, como excusa los jóvenes pueden suscitar el encuentro. Los jóvenes coinciden en la música, en el arte... ¡si hasta una final entre el Atlético Nacional y el América de Cali es ocasión para estar juntos! Ustedes pueden enseñarnos que la cultura del encuentro no es pensar, vivir, ni reaccionar todos del mismo modo; es saber que más allá de nuestras diferencias somos todos parte de algo grande que nos une y nos trasciende, somos parte de este maravilloso país.
11. No se dejen oprimir por las dificultades, que la violencia no los derrumbe y que el mal no los venza. Por eso los invito a afianzarse en el Señor, que es el único que nos sostiene y alienta para poder contribuir a la reconciliación y a la paz.
12. Dejen que el sufrimiento de sus hermanos colombianos los abofetee y los movilice. Ayúdennos a nosotros, los mayores, a no acostumbrarnos al dolor y al abandono.
13. El mundo no es en blanco y negro sino que hay una amplia gama de tonalidades.
14. La juventud los hace capaces de algo muy difícil en la vida: perdonar.
15. Los jóvenes tienen el potencial necesario para construir la nación que siempre hemos soñado. Los jóvenes son la esperanza de Colombia y de la Iglesia; en su caminar y en sus pasos adivinamos los del mensajero de la Paz, de aquel que nos trae noticias buenas.