El profesor Miguel Ángel Beltrán dice que no ha pertenecido a las FARC. | Foto: Guillermo Torres

NACIÓN

“Yo no soy el profesor de las FARC”

El sociólogo Miguel Ángel Beltrán anuncia una acción de nulidad contra el fallo de la Procuraduría.

26 de septiembre de 2014

El computador que las autoridades encontraron al jefe de las FARC ‘Raúl Reyes’ en la operación Fénix ha dado para todo. Con él, fue destituida e inhabilitada por 18 años para ejercer cargos públicos la hoy exsenadora Piedad Córdoba, pero también sirvió para que se archivara la investigación disciplinaria en contra del senador Jorge Enrique Robledo. Ahora, el profesor universitario Miguel Ángel Beltrán perdió su trabajo por una sanción de la Procuraduría cuyo proceso se inició por los archivos encontrados al fallecido jefe guerrillero.  

El pasado 12 de septiembre fue el último día que Beltrán dictó clase en el departamento de Sociología de la Universidad Nacional sede Bogotá. Días antes se le notificó que tras el fallo de segunda instancia de la Procuraduría, Beltrán había sido retirado como profesor asociado de tiempo completo de esa institución. Hoy se encuentra desempleado y solo asiste a charlas en universidades del país para defender la autonomía universitaria y la libertad de cátedra.

De nada valieron los argumentos de reconocidos abogados y docentes que le pedían al rector Ignacio Mantilla que entablara una excepción de inconstitucionalidad para no aceptar el fallo. En la tesis se expuso que el mismo afectaba la libertad de cátedra y la autonomía universitaria, un principio reconocido constitucionalmente.

La historia

El nombre del sociólogo y profesor no es desconocido para un sector de la comunidad académica que reconoce su labor y las investigaciones del conflicto armado en el país. Hoy este académico adelanta una lucha jurídica para intentar revertir el fallo que lo ha dejado fuera de las aulas por 13 años. 

El profesor con maestría en ciencias sociales, un doctorado en Estudios Latinoamericanos y un posdoctorado, en universidades de México y Argentina, niega que haya pertenecido a las FARC, que en sus escritos haga apología a esta organización o que los haya auspiciado y colaborado, como lo señala el fallo de la Procuraduría que en segunda instancia ratificó la sanción el pasado 24 de julio.

Pero qué dice el fallo de la Procuraduría. En este no solo se determinó que al catedrático se le encontró una USB el día de su captura en la que tenía textos relacionados con las FARC en los cuales se podría establecer que era “Jaime Cienfuegos” el presunto alias usado en la guerrilla. Según la Procuraduría, la memoria incautada, tenía archivos cifrados en el programa PGP de alta seguridad. Cosa que al ministerio público no le pareció congruente con su labor académica.   

En su defensa el profesor dice que los textos hallados son públicos y hacían referencia a la muerte de ‘Raúl Reyes’. Eran comunicados de los partidos comunistas de España y México y circulaban por internet. Los otros son fragmentos de textos en Word relacionados con los computadores de ‘Reyes’ de los cuales desconoce su origen. La defensa del profesor dice que esta prueba es ilegal por varias razones: la primera que no se hizo cadena de custodia de la USB, por lo que se pudo alterar la información. Además que en su labor académica prestó a estudiantes y otras personas la memoria. También resalta su defensa que no se comprobó que existieran documentos encriptados.

Lo cierto es que en el fallo de la Procuraduría se reconoce que para la comisión de la falta no era necesario que perteneciera a las FARC, “bastaba que prestara su colaboración”, con artículos que eran ordenados y publicados por esa guerrillla.

El catedrático asegura que no ha pertenecido a esa organización y que los textos sobre el conflicto armado hacen parte de su trabajo investigativo. “No soy el profesor de las FARC, ni de ninguna organización al margen de la ley, soy un académico crítico”, le dijo a Semana.com.   

Un tema tiene incómodo al educador y es la diligencia de la Procuraduría para investigarlo ya que a pesar de que la justicia penal lo absolviera, el ente de control decidió abrirle un proceso sin que mediara una queja. “Eso demuestra que existió un interés sesgado”, resalta Beltrán.  

En 2011, y tras dos años en la cárcel la justicia penal no pudo determinar que Beltrán hubiese pertenecido a las FARC. El fallo de la juez de conocimiento desechó los argumentos de la Fiscalía que relacionaban a Beltrán con “alias Cienfuegos”. Para la jueza, aunque la USB fue llevada a juicio, la Fiscalía  no logró demostrar que Beltrán hiciera parte de esa organización al margen de la ley. “No puede endilgarse en contra del acusado el delito de rebelión (…) no existe dentro del plexo probatorio, escritos, ni testimonios en tal sentido”, se lee en una parte del fallo.

Beltrán no ha negado que en su juventud perteneció a la Unión Patriótica, se entrevistó con ‘Raúl Reyes’ en los diálogos del Caguán para fortalecer sus investigaciones, que sea un hombre de izquierda, o que algunos de sus amigos hayan terminado en el monte, pero rechaza rotundamente que sea colaborador de una organización guerrillera.

Libertad de cátedra

En la Universidad Nacional este profesor de sociología se ha convertido en un símbolo. Grafitis en las paredes con mensajes de respaldo y el saludo de los estudiantes que se acercan a entregarle su solidaridad, así lo confirman. “Aquí hay una evidencia de que al profesor le están haciendo una percusión política e ideológica. De lo que se le podría acusar es de tener un pensamiento crítico”, dice Miguel Pinzón uno de los voceros de los estudiantes.

Lo que sí le preocupa a Beltrán es que la Procuraduría se meta en la libertad de cátedra ya que asegura que la sanción del ministerio público afecta la autonomía de la universidad. “La Procuraduría está diciendo qué es lo que se debe enseñar”.  

Hace unos días la columnista de Semana.com Marta Ruiz dedicó su espacio de opinión al tema. Dijo que no sabía si a Beltrán le gustan o no las FARC, pero que la sanción de la Procuraduría era draconiana, “por expresar su pensamiento, por lo que ha dicho y ha escrito sobre el conflicto, sobre la guerrilla, y eso en nuestra vida universitaria solía llamarse libertad de cátedra”.

A pesar del fallo este catedrático de 50 años y de voz pausada, asegura que defenderá su derecho a dictar clase en la universidad pública la cual lo formó. Además que irá hasta las últimas consecuencias. Ya existe una propuesta para que los trabajadores de la universidad donen la mitad de un día de sueldo para que Miguel Ángel pueda solventar gastos de las querellas jurídicas que tendrá que enfrentar.

Precisamente, estudiantes y profesores de la universidad presentarán en los próximos días en el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, acciones de nulidad simple por la violación de la libertad de cátedra y la autonomía universitaria. Ya recogen firmas para apoyarla.

Antes de un mes Beltrán y sus abogados radicarán otra demanda en el mismo tribunal para solicitar la nulidad del acto administrativo y que haya restitución de los derechos.