Home

Nación

Artículo

Buscamos que exista una buena adaptación a la vida militar
En el 2021, según las cifras que entregó el entonces Ministro de Defensa, Diego Molano, se quitaron la vida 34 integrantes del Ejército | Foto: Cortesía Octava Brigada del Ejército Nacional

Nación

Militares del Eje Cafetero tienen su ángel guardián para evitar el suicidio

Buscan que exista una buena adaptación a la vida militar.

27 de octubre de 2022

Son muchos los casos en que los militares terminan acabando con su vida o atacando mortalmente a sus compañeros y superiores, por lo que es indispensable que se establezcan estrategias que permitan solucionar estas situaciones al interior de las tropas de nuestro país.

Es por ello que en la Octava Brigada del Ejército, con sede en el Eje Cafetero, se implementa el programa Ángel Guardián, en que los propios soldados se encargan de ayudar a sus compañeros para superar los momentos difíciles.

La psicóloga del Batallón de Instrucción, Entrenamiento y Reentrenamiento número 8, Laura Catalina Leal Parrado, indica que esta campaña consiste en que el 10 por ciento de cada unidad tenga la función de Ángel Guardián para brindar una primera atención o apoyo emocional a las personas que estén atravesando situaciones problemáticas.

Explica que su escogencia está a cargo de los comandantes, quienes se encargan de evaluar las características de cada uno de sus hombres para determinar cuáles son los más sociables con sus compañeros, confiables y alegres.

Afirma que después del primer filtro estos militares se presentan donde ella, y es ahí cuando empieza a hablarles de la estrategia para ver si les interesa o no. Tras la escogencia se inicia un ciclo de capacitación de 12 días entre las 2:00 y las 5:00 p. m. para enseñarles acerca de la prevención del suicidio, primeros auxilios psicológicos, como tratar la ansiedad y la depresión, las reglas para mantener un buen trato hacia las personas y cómo fomentar el trabajo en equipo, entre otros.

Algunos de los soldados no les tienen confianza a los que integran el programa Ángel Guardián, según lo manifestado por la profesional, debido a que piensan que ellos divulgarán su información privada. Sin embargo, destaca que son un apoyo de vital importancia para sus compañeros porque el servicio psicológico no puede acompañarlos las 24 horas del día, mientras que ellos sí.

“Hay algunos que experimentan situaciones de tristeza porque están viviendo problemas familiares que requieren de su presencia en sus lugares de origen, entonces el Ángel Guardián llega para motivarlos a que pidan ayuda, expongan su problema y así podamos buscarle soluciones. Son muchachos muy buenos que terminan convirtiéndose en mis ojos al interior de la tropa”.

Por su parte, el comandante de la Octava Brigada del Ejército, coronel Pedro Iván González Corredor, dijo que el objetivo de este programa que lleva 4 años es capacitar a los soldados en apoyo psicosocial y que hasta el momento se han preparado 200 uniformados con la ayuda de los profesionales en salud mental y el sacerdote de la institución. “Buscamos que exista una buena adaptación a la vida militar para que se logre una disminución en algunas situaciones que llegan a presentarse además del suicidio, como lo son la deserción y los conflictos entre los hombres de nuestras filas”.

Uno de estos ángeles guardianes es el soldado Jhonier Agudelo Castaño, quien lleva ocho meses en el Ejército y ha dedicado cuatro de estos a ayudar y brindarles alternativas a las personas que necesitan un consejo para salir de los momentos difíciles. Contó que durante el periodo de capacitación les enseñan a conocer cuáles son las causas más comunes por las que uno de sus compañeros que esté atravesando dificultades pueda llegar a tomar una decisión como el suicidio.

Relató la experiencia vivida con uno de los integrantes de su compañía quien estaba desesperado porque un hermano había sufrido un accidente grave y él no podía ir a verlo, por lo que después de identificar su tristeza le habló y pudo aconsejarlo para que buscara ayuda en la solución de este inconveniente.

“Se siente una gran satisfacción al ver que las personas pueden continuar con sus vidas estando tranquilas y felices. Lo importante es que busquen opciones para solucionar los problemas y no encerrarse en ellos. Lo primero que hacemos es establecer la magnitud de la dificultad que alguien tiene para saber si lo podemos manejar nosotros o debemos pasárselo a alguien más”, aseguró.

Otro de los ángeles guardianes de la Octava Brigada es el soldado Cristian David Beltrán Mejía, quien tiene 22 años. Puntualizó que el proceso no es fácil porque se debe hacer coincidir la actitud propia con la de otra persona que es totalmente diferente en aspectos como el comportamiento o los cambios de humor. Dijo que se sintió motivado para apoyar a sus compañeros a nivel emocional y psicológico desde hace diez meses para evitar los actos de intolerancia durante su vida militar y civil, pero que para llegar a esto debe hacerse un trabajo muy transparente de autocrítica porque es indispensable que en todos sus comportamientos se fomenten siempre la integridad y el respeto hacia los demás.

De acuerdo con el teniente coronel Julio César Parra Suárez, quien es el comandante del Batallón de Instrucción, Entrenamiento y Reentrenamiento número 8; esta es una campaña que está pensada para ayudar a los jóvenes que prestan su servicio militar.

Explicó que la capacitación se extiende por 45 días, después de los cuales para un Ángel Guardián es posible detectar a los soldados que están estresados, callados o alejados del grupo, por lo que se actúa de inmediato bajo los parámetros que les han dado desde las Secciones para la Preservación de la Integridad y Seguridad del Ejército (SEPSE), que tienen como objetivo prevenir los muertos y heridos en actividades fuera de combate y preservar el pie de fuerza. “Todo problema tiene una solución. Siempre hay una mano amiga que puede escucharlos y ayudarlos a superar esa dificultad aunque sea muy grande” manifestó.

Estas actividades son una esperanza para que se puedan disminuir o erradicar completamente los casos en los que los militares se suicidan o atacan a sus compañeros, causándoles en algunas ocasiones la muerte. En el 2021, según las cifras que entregó el entonces Ministro de Defensa, Diego Molano, se quitaron la vida 34 integrantes del Ejército, 5 de la Armada Nacional y 2 de la Fuerza Aérea, para un total de 41 militares fallecidos.