Nación
Ministerio de Salud muestra preocupación por la disminución de sacrificio animal: ¿la carne ya no es una opción en los hogares colombianos?
El ministro de Salud, Guillermo Reyes, se mostró preocupado por las familias que no consumen las proteínas adecuadas.
En Colombia la gente ya está dejando de comer carne. Así lo confirmó el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, quien reportó que sigue cayendo la cifra de sacrificios de animales. En los últimos años, se han dejado de sacrificar unas 800.000 reses.
“Desde el 2013 al 2022, hemos disminuido el número de reses sacrificadas de cuatro millones a 3′200.000; cerca de un millón de sacrificios no se han generado en el país”, detalló Jaramillo.
El jefe de la cartera de Salud aseguró que esa situación “implica un problema supremamente grave”, pues es una señal de que “no estamos teniendo la posibilidad de darle proteína a la gente.
Sumado a eso, el ministro de Salud denunció que se redujeron los sacrificios en los grandes frigoríficos y se están trasladando a los “potreros”. “Cómo mucha gente lo refiere que no se está haciendo la matanza en los grandes frigoríficos, ni siquiera en las plantas de autoconsumo, sino que mucho del sacrificio se está haciendo en los potreros, que es lo que se denuncia constantemente en el país”, dijo Jaramillo.
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Ahora bien, ¿por qué la gente está dejando de consumir carnes rojas? Una de las razones lógicas es la inflación que enfrenta Colombia. Hay millones de hogares colombianos que no tienen para las tres comidas del día, lo que quiere decir que están dejando de consumir proteínas como la carne por el elevado costo.
“El precio de la carne está muy alto y tenemos que buscar en todos los medios posibles ver cómo vamos bajando de su precio y muestra de ello es que ha disminuido el consumo de carne de res en un país que es productor y exportador”, agregó Jaramillo.
Una libra de carne, por barata, se encuentra en las carnicerías por encima de los 15.000 pesos. Con ese dinero muchos hogares desayunan, almuerzan y cenan. Según el Dane, en el total nacional, la prevalencia de inseguridad alimentaria grave fue de 4,9 %, lo que significa que en cinco de cada 100 hogares al menos una persona se quedó sin comer durante todo un día por falta de dinero u otros recursos en los últimos 12 meses.
Una de las propuestas del presidente Gustavo Petro para disminuir el precio de la carne es reabrir los mataderos municipales. “Colombia no puede quedar en manos de un monopolio de frigoríficos de carne res, se ha llegado a ese punto porque el Invima acabó con la figura del matadero municipal, hay que dar vuelta atrás”, propuso el jefe de Estado durante el informe de gestión de sus primeros 100 días de gobierno.
Sin embargo, figuras reconocidas como el exministro de Agricultura, Andrés Valencia, aseguran que no es buena idea reabrir estos lugares que en décadas pasadas tuvieron que cerrarse debido a la insalubridad y sacrificio de otros animales como caballos.
“Ningún matadero municipal en Colombia está en capacidad de cumplir con las normas sanitarias, particularmente el Decreto 1500 de 2007. Por ello se cerraron en el pasado más de 400 establecimientos, la mayoría de ellos (305) mataderos municipales”, detalló Valencia en la red social X.
Entretanto, José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), aseguró que no le parece mala idea reabrir los mataderos municipales, siempre y cuando se invierta en infraestructura y se sigan unas condiciones: “Es absolutamente válido para que los municipios de quinta categoría puedan tener una planta pequeña para sacrificio para consumo de los habitantes”.
El presidente de Fedegán explicó que sería bueno que se habilitaran mataderos en los municipios y que la carne sea vendida al comercio de la misma población. “No pueden hacer comercio entre municipios, esto para poder garantizar a esos habitantes que hay una carne que se sacrifica en unas condiciones adecuadas”, agregó.
Mientras que se ponen de acuerdo con la reapertura de los mataderos, lo único cierto es que la carne sigue teniendo un costo elevado y se convierte en un lujo para muchas familias en Colombia.