ENFERMEDAD
La batalla definitiva del ministro de Salud
Alejandro Gaviria Uribe, titular de la cartera, fue diagnosticado con un tipo de cáncer linfático cuyo pronóstico es positivo y requerirá tratamiento de quimioterapia. Un médico experto habla sobre qué es esta enfermedad.
“Nunca había sido hospitalizado. Nunca había recibido anestesia general. Nunca había sido un paciente. Todo eso cambió”, escribió esta mañana el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, en su blog personal para contarles a los colombianos la lucha más fuerte que desde hoy emprende. Será contra el cáncer, específicamente contra un Linfoma No Hodgkin difuso de células grandes que, según Santiago López, director médico de la Clínica del Country donde se llevará a cabo su tratamiento, es de buen pronóstico.
Durante los cinco años que ha estado al frente de la cartera de salud, Alejandro Gaviria ha sido el ministro que, como el mismo dice, “ha llevado la contraria”. Se la ha jugado por tratar de enderezar el sistema y no ha tenido miedo de enfrentarse a la industria farmacéutica para encontrar mejores precios y facilitar el acceso a tratamientos de alto costo. Ahora, tendrá que enfrentar como un paciente más ese sistema de salud que dirige y que para millones de colombianos no funciona bien. “Mi tratamiento será estándar, sustentado en la evidencia, sin apuestas experimentales, ni medidas heroicas. Creo en la ciencia como toca: con vacilación y escepticismo moderado”, escribió en su blog.
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Gaviria será sometido a un tratamiento que requiere seis ciclos de quimioterapia con intervalo de 21 días entre cada uno de ellos. En total, el proceso durará aproximadamente cinco meses y según aseguró López, el ministro tendrá una incapacidad médica parcial y ni el tratamiento, ni la enfermedad le impedirán seguir realizando sus labores profesionales. El médico agregó que la enfermedad se encuentra en una etapa intermedia. “No es la más avanzada, ni es la inicial”, dijo durante la rueda de prensa.
¿De qué trata la enfermedad del ministro?
El Linfoma No Hodgkin difuso de células grandes tipo B (LDCGB), es el tipo de cáncer linfático más común. Suele ser un tumor de rápido crecimiento y agresivo, pero responde bien al tratamiento por lo que también es curable. Más del 50 por ciento de los pacientes de esta neoplasia son mayores de 60 años, aunque la enfermedad puede aparecer en cualquier momento de la vida.
El hematólogo Andrés Arbeláez explica que el origen de esta enfermedad “se debe a alteraciones genéticas que ocasionan mutaciones en las células linfoides. Cuando esto pasa dichas células empiezan a crecer de forma descontrolada”. En la mayoría de los casos, los linfomas se diagnostican cuando es notorio el crecimiento de un ganglio. Estas estructuras se ubican en diferentes partes del cuerpo como el pecho, el abdomen, el cuello o las axilas.
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Aunque no conoce el caso, Arbeláez explica que es probable que en el linfoma de Gaviria Uribe se haya inflamado el bazo, que es un órgano linfoide, pues según la sintomatología que describió el propio ministro es posible que el crecimiento del órgano estuviera comprimiendo otros órganos y por eso se presentara dolor abdominal. “Salí hacia la clínica del Country, torcido por el dolor (literalmente). No voy a contar los detalles (no vienen al caso), pero varias horas después, un Tac sugirió el diagnóstico que habría de confirmarse una semana después: tengo un linfoma”, contó Gaviria en su blog. Aparte de la inflación de los ganglios, otros síntomas que pueden indicar un linfoma son fiebre alta, sudoración nocturna y pérdida de peso.
El tratamiento que va a seguir el ministro para combatir su cáncer, según Arbeláez, es el estándar que se usa para los pacientes con LDCGB. Esta quimioterapia se llama el R-CHOP y es una mezcla de medicamentos. “Se hace una valoración al terminar el tratamiento que nos va a decir si continúa el linfoma o ha desaparecido. Dependiendo de eso, se decide administrar segundas líneas de terapia o si el caso requiere trasplante de médula”, explicó el especialista.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las probabilidades de curación de un paciente de LDCGB es hasta del 80 por ciento. El pronóstico del ministro Gaviria es positivo, pues sumado a que le encontraron el cáncer en un estado intermedio, explica Arbeláez, va a empezar rápido con su tratamiento. Además es una persona joven y todas esas variables son cruciales para el buen pronóstico de la enfermedad.