En Estados Unidos el uso de tapabocas tiene los días contados

Con la llegada del coronavirus, el primer aliado de la humanidad para disminuir la probabilidad de contagio y de muerte fue el tapabocas. Ahora, con el avance en la vacunación, los países compiten contrarreloj para alcanzar la inmunidad de rebaño y tratar de volver a la normalidad en el diario vivir. Aparte de Israel, que lidera el proceso, Estados Unidos ya cuenta con un plan para empezar a eliminar el uso obligatorio del tapabocas y entrar en la normalidad.

Las cifras del país norteamericano son impresionantes: hasta el momento, aproximadamente 72,14 millones de estadounidenses ya han sido vacunados. Y, aunque eso es apenas el 21,6 % de la población del país, en promedio se está inoculando a 3 millones de personas a diario. Pero, aun con esa velocidad de vacunación y la esperanza que genera el anuncio, ¿cómo sería esa nueva vida sin tapabocas?

Al inicio de la pandemia, organizaciones expertas en salud, como la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estado Unidos (CDC), recomendaron el uso inmediato del tapabocas, incluso por encima de los otros métodos de bioseguridad. Se volvió tan importante que a pocos días de declararse la pandemia este artículo comenzó a escasear y su precio subió de manera exorbitante, incluido en Estados Unidos. Congresistas demócratas culparon a Donald Trump no haber evitado el desabastecimiento y este a su vez instó a los industriales producirlos en masa.

Al convertirse en un artículo indispensable del diario vivir, y luego de que las autoridades sanitarias dijeran que otros materiales distintos a los quirúrgicos podían servir para fabricarlos, los tapabocas entraron al mundo de la moda. En el mercado se podían encontrar tapabocas de diversos precios y distintas calidades; incluso las marcas más prestigiosas lanzaron sus colecciones.

Ahora, a un año de haber comenzado la pandemia, la sugerencia de detener el uso de tapabocas es definitiva y la hace nada más y nada menos que los CDC, unos centros de pensamiento que tienen mucho peso en la comunidad científica del mundo. Ellos sugieren que hay espacios en los que se puede librar del uso del tapabocas, siempre y cuando las personas que lo hagan estén vacunadas.

Según la propuesta, las personas que hayan recibido las dosis necesarias para generar la inmunidad podrán hacer actividades sin la necesidad del tapabocas. Entre ellas está visitar a personas que también hayan sido vacunadas.

Sin embargo, la iniciativa no elimina totalmente el uso de esta norma de bioseguridad. Aún es importante su uso en espacios públicos donde haya personas que no han sido vacunadas y que tengan alto riesgo de contagio y comorbilidades. Asimismo, se deberá seguir manteniendo el distanciamiento social. Al no hacerlo, pueden aumentar las tasas de contagio y de fallecimientos, ocasionando que se retrase la meta de llegar a la inmunidad de rebaño.

Otro país que ha anunciado una propuesta similar a la estadounidense es Israel. Ante los avances en la vacunación en esa nación y el levantamiento de algunas restricciones como el acceso a bares y restaurantes, el Ministerio de Salud israelí está analizando dar de baja la obligación del uso de tapabocas en espacios públicos al aire libre. Y también avanzan en el estudio de las circunstancias que facilitarían reabrir el espacio aéreo para permitir el turismo a partir de abril, en medio de la Semana Santa.

De hecho, de acuerdo con la información gubernamental, Israel se encuentra trabajando en un programa con los Estados Unidos para que ambos países reconozcan los certificados de vacunación del otro y permitir, así, viajar sin cuarentena. Actualmente se están llevando a cabo conversaciones similares con China y Emiratos Árabes Unidos, entre otros países.

Aún existen dudas que cuestionan si es muy prematuro tomar este tipo de decisiones. Pero cada vez avanza más la vacunación y los resultados son positivos. Aunque falte tiempo para erradicar totalmente el uso del tapabocas, así como el coronavirus, la esperanza sigue viva y las personas ya ven una luz al final del túnel.