Justicia

Montealegre atacó a la jueza y ella lo puso en su sitio

El exfiscal volvió a tener un comportamiento reprochable en la audiencia del expresidente, tras decretarse su libertad.

10 de octubre de 2020
Los exfiscales son víctimas en el proceso que se adelanta contra el expresidente Uribe.
Los exfiscales son víctimas en el proceso que se adelanta contra el expresidente Uribe. | Foto: Montaje Semana

La audiencia en la que se definió la libertad del expresidente Álvaro Uribe, luego de extenderse por más de 12 horas en su primera parte, fue suspendida y programada para reanudarse el sábado 10 de octubre. Y fue en los primeros momentos de su reanudación que Eduardo Montealegre, una vez más, aprovechó su intervención para lanzar dardos que no tienen nada que ver con el motivo de la diligencia. Luego de identificarse con su nombre, aseguró que actuaba como víctima del expresidente Uribe por "crímenes de lesa humanidad”. De inmediato, Jaime Granados Peña, defensor de Uribe, interrumpió sus palabras y le solicitó a la jueza que llamara al orden porque la audiencia se podía estar desviando del motivo que los tenía allí reunidos.

En este segundo encuentro, Montealegre tuvo otra intervención para no olvidar. Después de que se había decidido ya la libertad e Álvaro Uribe el exfiscal tardó varias horas en explicar su desacuerdo con el fallo. Se extendió en intentar a hablar de otros procesos del expresidente que no tenían que ver con la diligencia de este sábado y luego se despachó contra el ente acusador. “La Fiscalía no vino a defender los intereses de las víctimas, sino que vino a defender los intereses políticos del expresidente Álvaro Uribe por orden del presidente de la Republica de Colombia”, dijo. Agregó que “acaban de dejar libre a un hombre supremamente peligroso en materia de derechos humanos y que ha cometido graves violaciones a los mismo derechos”. Y remató con un ataque a la jueza con frases como que no le parecía "plausible ese tipo de argumentación que dio la juez como parte de la estructura y el modelo de la adjudicación de esta decisión”

La jueza le llamó la atención. Le pidió que se limitara a hablar del debate judicial. “Esa circunstancia no la voy a permitir”, dijo la funcionaria. “No voy a permitir la emisión de unos contenidos eminentemente políticos que se salen del contenido de la audiencia”, agregó.

La verdad es que el exfiscal Eduardo Montealegre y su segundo a bordo en el búnker, Jorge Perdomo, terminaron teniendo un rol más protagónico en el proceso de Álvaro Uribe de lo que cualquiera hubiera podido imaginar. La presencia de ese dúo judicial fue la primera sorpresa de la diligencia ante la juez 30 de garantías, Clara Ximena Salcedo Duarte, cuando se dio inicio al debate judicial que terminaría con la libertad del expresidente. La llegada de uno de sus principales contradictores al ring en el que el exmandatario de jugaba el futuro de su detención causó sorpresa y aún a hoy es inexplicable para muchos juristas.

Pero fue en la última audiencia en donde el exfiscal Montealegre se llevó todos los reflectores. Su intervención en la audiencia se convirtió en el primer tema de conversación entre los abogados del país y llenó de memes y frases hilarantes las redes sociales que por varias horas lo tuvieron como primera tendencia.

El rol de Montealegre fue calificado como un “oso” para muchos. El exfiscal se extendió en su intervención de una manera que nadie, ni la misma juez, había previsto. Comenzó al medio día y a eso de las 7 de la noche advertía que apenas iba en tres de los nueve puntos que había preparado. Sus frases altisonantes y sus citas a todos los tratadistas del derecho desde la Grecia antigua desesperaron a más de uno.

La jueza Salcedo se ganó el respeto no solo de las partes del proceso, sino de las miles de personas que siguieron la diligencia por ponerlo en su sitio. Para todos era claro que el exfiscal había llegado a ese encuentro virtual resuelto a lanzar dardos provocadores.

Para todos era claro que el exfiscal había llegado a ese encuentro virtual resuelto a lanzar dardos provocadores.

Una y otra vez, con tono irónico, se dirigió al “filósofo del derecho Gabriel Ramón Jaimes y el letrado Granados”. Aunque en esas expresiones no hay ninguna falta de respeto era claro que Montealegre lo decía con doble sentido. Sus palabras parecían más de un líder de oposición de de alguien que ostentó uno de los cargos judiciales más prestigiosos del país. Por ejemplo, dijo que la Fiscalía y el abogado de Granados conformaban un “bloque de defensa del expresidente”.

El fiscal Gabriel Jaimes aseguró que las afirmaciones de Montealegre eran irrespetuosas, y la jueza le dio la razón. “Yo creo que realmente se está presentando una situación sumamente lamentable. En un debate y una discusión jurídica predicada por grandes personalidades y no se deberían presentar situaciones que den a entender que no existe un respeto frente a las personas y frente a las instituciones”, señaló la jueza. “Se está atacando a las personas y no atacando los argumentos”, agregó la funcionaria.

Posteriormente, mientras Montelagre continuaba hilvanando sus argumentos, intervinó el abogado Jaime Granados en donde acusó al exfiscal de usar un ejercicio de dialéctica para alargar la audiencia y comentar asuntos que nada tenían que ver la solicitud de libertad del expresidente Uribe. De inmediato, Montealegre aprovechó la oportunidad para asegurar que le estaban coartando sus derechos y justo cuando escalaba el tono de su queja, la jueza lo invitó a volcar nuevamente su atención en su argumentación.

“No se enfoque en esos aspectos, pero continúe doctor. Ha sido una audiencia extensa, le solicito que sin pretender la contradicción del sistema, que su intervención sea más concreta para que podamos avanzar” aseveró la funcionaria.

Antes del receso del medio día, Montealegre había hecho una solicitud que también había molestado a los presentes en la diligencia. El antiguo líder del bunker aseguró que necesitaba suficiente tiempo para estudiar la indagatoria y poder referirse a la misma en su intervención, ya que ellos entendían que el fiscal del caso, Gabriel Jaimes, había dado a entender que esa indagatoria presentaba graves deficiencias que podrían conducir a su nulidad. Este fue uno de los argumentos con los que Jaimes solicitó a la jueza la libertad de Álvaro Uribe, según el entender de Montealegre y Perdomo.

La jueza les manifestó que no consideraba necesario que se suspendiera la audiencia y habló de una posible “tergiversación”. “No es necesario realizar la suspensión de una audiencia de cara a la cual hay un objeto precisamente establecido, frente al cual no existen dudas de su propósito, su finalizada, su justificación, que es perseguir el restablecimiento del derecho fundamental a la libertad, afectado en cabeza del doctor Álvaro Uribe Vélez”, argumentó la jueza.