NACIÓN
“Mucho queso para el ratón”: expertos advierten uno a uno los graves riesgos que tiene la reforma a la salud de la ministra Carolina Corcho
SEMANA habló con exministros, médicos, directores de hospital, decanos y asociaciones de pacientes sobre la reforma a la Salud. Estas son sus inqiuetudes.
“Se traducirá en más pacientes que mueren”
Fernando Ruiz, Exministro de Salud
“Tenemos unos riesgos muy grandes. Los sistemas fallidos generan situaciones que se traducen en pacientes que mueren, no tienen medicamentos, no logran acceder a urgencias, entran a listas de esperas interminables y en crecimiento de número de tutelas. En un sistema fallido llegaríamos a millones de personas que no logran acceder a los servicios de salud. Los colombianos deben reflexionar en que aquí hay unos riesgos muy grandes cuando se hacen anuncios y no se dice cómo se van a hacer. Colombia tiene un sistema de salud que probó que es resiliente. Tuvo la tercera parte de mortalidad por Covid que la que tuvo, por ejemplo, el Perú. Me asusta que tengamos un escenario, que ya hemos visto como en México, en donde el presidente también pasó los pacientes al sistema público y se reventó el sistema. Algunas políticas pueden ser terriblemente perversas. Por ejemplo, si a usted le da un infarto en un pequeño pueblo, no habrá quién lo atienda porque los sistemas no estarán conectados por un sistema de aseguramiento. Y las posibilidades de que usted muera son enormes. Lo que está en juego es la salud y la vida de los colombianos”.
“¿Quién nos va a pagar lo que nos deben?”
Jorge Toro, Director ejecutivo asociación de IPS
“La atención del paciente se concentra en la clínica. Hoy hay más de 10.643 Instituciones prestadoras de Salud acreditadas. De estas, 980 son de carácter público. Es decir, que el 95 por ciento somos privados. En este entendido, el primer gran planteamiento de la reforma, que asegura que debemos entrar redes integrales de atención, nos preocupa. Una de las inquietudes que tenemos es en cabeza de quién va a quedar la regulación de esas redes. Nos genera gran inquietud que este tenga un componente político. Tampoco es claro en el futuro operador del sistema quién va a hacer la contratación, las tarifas y la gestión de riesgo. Ni es claro la conformación del ejercicio mismo de la estructura del sistema. Se ha enfatizado mucho en que hay 11 EPS en proceso de liquidación. Y ahí tenemos una gran angustia. ¿Quién nos va a reconocer la deuda de 12.6 billones que tienen las EPS con las IPS? El gran llamado que tenemos es que se debe garantizar quién va a pagar la cartera de las EPS liquidadas. Para solo dar un ejemplo, en Medimas y Coomeva hay 4 billones en cartera”.
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“Es absolutamente caotica”
Néstor Humberto Martínez, exfiscal y ex superministro
“La propuesta de la ministra Corcho toca los cimientos de la reforma social más importante que se ha hecho los últimos años, gracias a la cual el país tiene casi cobertura universal en salud. Que pueda mejorarse, que tenga defectos, todo eso es verdad. Pero la realidad es que todos tenemos salud y todos tenemos acceso a las mejores clinicas de Colombia. Con la propuesta de la ministra, el Estado va a concentrar todo. Desde el médico de barrio hasta los recursos de la Address, que ahora manejarían desde el ministeroi de Salud. La regla de la experiencia muestra que la plata de la salud siempre se ha perdido, cuando se deja e manos de los políticos. Los hospitales públicos han estado en crisis. La salud no va a mejorar, pero si a empeorar. Y a los colombianos se les va a privar el sistema de salud que hoy tenen. Hacer tabla rasa en este sistema es desconsolador. Es pasar 70 billones de gasto que vale el sistema de salud a las manos del Estado y de los políticos. Mucho queso para el ratón. La ministra dijo como hace 15 días !no es que nosotros queramos liquidar a las EPS; es que ya estan insolventes e iliquidas”. Entonces uno pensaría que quieren intervenir a esas cinco que ella dice que aún cumplen, para liquidarlas y evitarse el debate de si deben o no haber EPS. Ellos estan partiendo de la base de que las EPS son onerorosas, ineficientes y por eso es mejor que el gobierno maneje la plata y se gire a los hospitales. De aqui en adelante, ninguno de nosotros podrá ir a una clínica directamente sin pasar por el médico del barrio. Entonces, vamosa ver si ese sistema es sin papeleo, sin compadrazgos, sin palancas y sin colas. Imaginese todos ir al médico del barrio para todo. ¿Cómo será eso? puede ser el caos y puede ser experimentalmente gravisimo. Eso ya lo intentó hacer Petro en la alcaldia de Bogotá y fue un caos. Capital Humana tuvo unas grandes perdidas y tuvo que ser intervenida”.
“Los hospitales no tendrán dinero para funcionar”
Carlos Gustavo Quintero, Decano de Medicina del Rosario
“El sistema de salud es imperfecto y es verdad que amerita repensar cómo funciona. Muchos estaríamos de acuerdo con los postulados para la reforma de salud. Pero uno comienza a preocuparse cuando comienza a ver los cómo. Esas mejoras deben planearse muy bien de manera que no afecten la prestación del servicio. Hay casi 50 millones de afiliados a un sistema de salud que funciona, con imperfecciones, pero funciona. Hay preocupación de que la reforma se haga en detrimento de lo que ya se tiene y causando una gran crisis en el sector salud. Eso hay que evitarlo a toda costa. ¿Cómo poner en práctica la reforma sin el detrimento de la prestación del servicio? Por ejemplo, en el tema del financiamiento del sistema, que ha sido como el aperitivo a la reforma, porque como está planteado crearía una desfinanciación. Si las Eps no tienen financiamiento, los hospitales tampoco tendrán el dinero para funcionar. Eso me parece un aperitivo muy aburridor”.
“Va a ser una catástrofe humana”
Gustavo Campillo, Presidente Fundación de pacientes RASA
“Todavía no se conoce el modelo que están planteando realmente. Pero lo que se sabe es muy preocupante. Por ejemplo, los entes regionales tendrán el control en la administración de la salud. Y lo que sabemos hoy es que muchos de los hospitales públicos siguen coptados por grupos ilegales, guerrilla, paramilitares, mafias…. La ministra solo habla de eliminar la intermediación en la función de las aseguradoras. Pero estas tienen más funciones, como la gestión de un riesgo en salud, y hoy no se sabe en manos de quién quedarían. Es verdad que la regulación se utiliza de manera indebida, pero entonces hay que vigilar mejor. Y se habla de la redistribución para disminuir las brechas de inequidad. Pero en los hospitales públicos de zonas apartadas los pacientes nunca van a tener la posibilidad de acceder a los distintos servicios de complejidad. El escenario propuesto va a ser una catástrofe humana en Colombia. Lo repito, va a ser una catástrofe. Yo no veo cómo un hospital en Tado (Chocó) puede garantizar la atención de un paciente con cáncer metastásico cuyo tratamiento vale 70 millones mensuales”.
“Sería un error gravísimo”
Mauricio Santamaría, Ex ministro- presidente de Anif
“El sistema de salud es el mayor logro de equidad que ha tenido Colombia en los últimos 50 años. No podemos volver al esquema que existía antes de 1993, eso sería un error gravísimo. De una cobertura del 29% en 1993, pasamos a una cobertura casi total, del 99%, en 2021. Pero incluso lo más relevante aquí es que el 20% más pobre de la población pasó de tener un cubrimiento del 4,3% al 90% en ese mismo periodo. Colombia hoy sobresale por ser uno de los países con menor gasto de bolsillo en salud. En Colombia el gasto de bolsillo de los hogares corresponde al 14,9% del gasto total en salud, al lado de apaíses como Canadá, Reino Unido y Australia, y muy por debajo del promedio en América Latina, que es alrededor del 37%.El sistema no se debe reversar, por el contrario, se debe fortalecer”.
“Un retroceso sería gravísimo”
Ana María Vesga, Vicepresidenta de Salud de la ANDI
“Del planteamiento que hemos escuchado, y cuyo texto aún no conocemos, preocupa el modelo de aseguramiento que se propone. Creemos que el sistema sí requiere un actor, gestor del riesgo y contenedor de gasto que agencie entre el prestador y el usuario.
Creemos que cualquier reforma, técnicamente soportada y consensuada, debe resolver dos cuestiones: la sostenibilidad financiera y la mejor experiencia del usuario. Hay oportunidades enormes, precisamente después de enfrentar la pandemia y demostrar que el sistema atendió a los colombianos con uno de los gastos de bolsillo más bajos del mundo, que evitó que las familias se quebraran mientras sus pacientes eran atendidos con total cobertura. Desconocer esto es iniciar la conversación de una posible reforma sin el reconocimiento que es necesario para evolucionar y mejorar en lo posible y evitar un retroceso, que sería gravísimo desde el punto de vista social, económico y desde luego para la salud de los colombianos”.
“Implica un retroceso”
Diego Fernando Gil, director de FECOER – Federación Colombiana de Enfermedades Raras -
“La eliminación de las EPS puede implicar retroceso en la implementación efectiva de algunas rutas integrales de atención que algunas de estas entidades han diseñado para nuestra población. Tenemos preocupación porque no hay certeza sobre cómo se garantizaría la continuidad en la atención en casos que ya se ha logrado tener oportunidad, calidad e integralidad. Frente a la anunciada reforma, pensamos que se debe generar diálogo abierto y constructivo con “todos” los agentes del sector en aras de promover transparencia y avanzar del discurso a la acción”.
“Que reconozcan los avances en salud”
María Clara Escobar, Presidente Ejecutiva de Afidro (Asociación de laboratorios farmaceuticos)
“Lo que podemos decir, sin conocer todavía el texto oficial que presentaría el Gobierno Nacional para reformar el sistema de salud, es que es fundamental que se establezcan espacios claros de discusión y construcción con todos los actores que lo conformamos. Lo que es relevante es que en la discusión que se genere tenga en cuenta la importancia de garantizar el acceso a la salud de toda la población en Colombia. Un factor para considerar es que se reconozcan los avances en salud que se han dado en las últimas tres décadas y lo que esto ha significado para la calidad de vida”.
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Por todo lado se anticipa una hecatombe. Una “implosión”. Un apague y vámonos. Y esa situación ha generado pánico. En las últimas semanas, en clínicas, hospitales y EPS del país no se habla de otra cosa: el revolcón de la salud que se avecina. Nadie conoce los detalles, pero algo está claro: se eliminará el sistema actual y uno de sus estandartes, las EPS. Aún no se sabe cómo se reemplazarían esos componentes vitales, pero desde ya muchos anticipan un caos sin antecedentes.
La ministra de Salud, Carolina Corcho, decidió convocar esta semana a una rueda de prensa y reconoció que se vive un ambiente de “zozobra”, “ansiedad” e “incertidumbre”. Pero llegó con los taches puestos y calificó los miedos de los “expertos” como “mentiras, tergiversaciones e infundios”. Acusó incluso a un “partido de la oposición” de estar detrás. Dijo que estas intervenciones (que hicieron gremios y médicos) “envilecen” el debate y que no considera que se hagan con altura. Su intervención, aseguró, tenía como objetivo dar “tranquilidad”, pero en el sector salud generó todo lo contrario.
El pánico está presente. No dio tranquilidad, a tal punto que la ministra tuvo que salir de nuevo el viernes para hablar de su anunciada reforma. SEMANA habló con médicos, directores de hospitales, gremios de la salud y asociaciones de pacientes. Estos son los principales temores frente a lo que podría incluir el proyecto que alista la ministra Corcho, bajo un ambiente tenso y de absoluta prevención.
Una ministra antisistema
Antes de que Gustavo Petro ganara la presidencia, el nombre de la psiquiatra Corcho ya causaba escozor. La entonces miembro de la Federación Médica Colombiana había sacado de casillas a los más conciliadores. A Alejandro Gaviria, hoy su compañero de gabinete, lo desencajó. Corcho, quien tenía una virulenta cuenta de Twitter, aseguró que en el país habían “fallecido por mortalidad evitable un millón trescientos mil colombianos entre 1998 y 2010”.
Gaviria le reviró duramente y la acusó de tener mala fe. “Resulta increíble las estupideces que se dicen en los debates sobre el sistema de salud. La falta de cualquier intención de honradez intelectual es inquietante. La mentira como principio”, le escribió enfadado. El entonces ministro de Salud, Fernando Ruiz, salió a desmentir las cifras.
Los trinos de Corcho fueron noticia, pues la acusaron de difundir información falsa y tergiversar datos. Dijo, por ejemplo, que Estados Unidos había excluido a Colombia del suministro de vacunas, que los colombianos se vacunarían solo hasta 2023 y que las EPS no trataban el cáncer.
Como ministra, su tono no se ha moderado, por el contrario, se ha agudizado. Ella ha dicho que el modelo de salud, al que califica de “neoliberal”, realmente “no funcionó” y que “hay una crisis evidente”, que “el sistema se desmoronó” y que es “perverso”. Y ha ofendido al sector al decir cosas como que “el sistema invita a robar”.
En la salud, han visto con desconfianza su papel y resienten que en sus intervenciones se les trate de ladrones. Sin embargo, el mayor SOS fue lanzado esta semana por el Consejo Gremial, que reúne a casi todo el sector empresarial del país, incluidas las entidades de salud. El poderoso organismo aseguró que no es “recomendable experimentar” y que “un paso en falso afectaría a todos los hogares del país”.
La Andi, por su parte, rechazó de frente las insinuaciones “sistemáticas y generalizadas” en el sentido de que las EPS desvían recursos públicos y aseguró que ese clima de zozobra “irradia entre todos los agentes del sistema y ha llegado hasta los usuarios”. Sin discusiónPor el tamaño de la propuesta, genera incertidumbre que los espacios de discusión han sido casi inexistentes. La ministra Corcho es una de las funcionarias más herméticas del Gobierno de Gustavo Petro, incluso con los medios. La alta funcionaria anticipó esta semana que no dará entrevistas: “Tengo 1.300 solicitudes... entenderán”.
Atrás quedaron las épocas elocuentes de Corcho.“El Gobierno Petro se ha reunido con delincuentes, hampones, reincidentes, pero no ha habido espacio para que la ministra de Salud se reúna con las EPS ni asista a los eventos donde están todos los actores”, se quejó un alto directivo del sector. Generar esos espacios es el principal clamor del sistema y lo recuerda el Consejo Gremial. “El mayor temor es el desconocimiento.
Un sistema que atiende dos millones de personas al día debe tener claridades”, advirtió Mauricio Rubio, presidente ejecutivo del hospital Méderi. “Hay incertidumbre de que se hagan cambios en el sistema de salud sin consultar primero”, agregó el neurocirujano Remberto Burgos. En Colombia, al año se prestan casi 800 millones de atenciones, 2,2 millones diarias, 91.116 atenciones por hora y 1.500 atenciones por minuto.La ministra ha dicho que el borrador de propuesta que ha circulado no es el que están trabajando y que lo entregará a finales de octubre y será construido con la sociedad civil. El Gobierno ya señaló que se presentará al Congreso el año entrante.
El presidente de la Federación Médica Colombiana, el pediatra Sergio Isaza, asegura que han participado en las discusiones, y que estas se vienen realizando desde 2021. Este gremio, que respalda a la ministra, ha trabajado en un borrador en reuniones mensuales, pero no sabe si será el acogido.
Crear una crisis
En campaña, el presidente Petro dijo que no creía en el modelo actual del sistema de salud y anticipó la muerte de las EPS. En un debate presidencial de SEMANA y El Tiempo, el entonces candidato explicó que la salud se organizaría con centros de atención primaria cada 20.000 habitantes.
“Los médicos van al barrio sin necesidad de carné de EPS”, agregó. Y habló de que quería que “no se necesiten intermediarios que se roben su dinero, que son las entidades EPS, que hoy están en su mayoría quebradas”. A pesar de que se sabía a dónde apuntaría una reforma, el miedo se disparó por el financiamiento. En una salida sin antecedentes, la ministra Corcho pidió al Congreso disminuir el presupuesto del sector. El asunto es el siguiente. El sector salud, como un todo, tendrá un presupuesto de 50,2 billones de pesos en 2023, de 41 billones que se aprobaron para 2021.
El Gobierno Duque había pedido 8,1 billones de pesos adicionales para el aseguramiento, con el cual se contemplaba aumentar el valor de la UPC (Unidad de Pago por Capitación), que es lo que gira el Estado a las EPS por cada afiliado. La ministra Corcho explicó que para ella esa cifra no era “lógica”, pues había recibido un déficit de 5,5 billones de pesos del Gobierno anterior, y eso implicaría pedir un aumento casi de 15 billones, que es media reforma tributaria. El asunto prendió las alarmas en las EPS, pues por ahora recibirán una UPC inferior a la que, según ellos, cuesta la atención de cada colombiano, luego de una inflación que superará el 10 por ciento al cierre del año.
De hecho, la ministra dijo que para el aseguramiento solo se necesitarán 3,8 billones de pesos, lo que deja a las aseguradoras con 4 billones menos de lo que dicen que se requiere. El balón está en la cancha del Congreso de la República, donde se tramita el Presupuesto General de la Nación, al cual le queda solo un debate en plenarias de Cámara y Senado.
Esta puja tuvo una lectura: que le apuesta a generar una crisis que justifique su revolcón. No es una idea traída de los cabellos. Ella misma lo dijo en una conversación pública con el médico italiano Federico Gelli, quien atendió al presidente en Italia cuando se contagió de covid. La ministra dijo: “Debe haber una crisis explícita clara que le permita a la sociedad entender que se necesita el cambio. Y que en medio de la crisis surja una alternativa”.
Ricardo Ávila, exdirector de Portafolio, en un artículo en El Tiempo, lo planteó en los siguientes términos al mostrar los impactos del desfinanciamiento: “¿Fue tal afirmación un preaviso de la intención del Gobierno de crear de manera deliberada una debacle para demostrar que la estructura vigente no funciona? Los hechos recientes no desdicen esa interpretación”.
La ministra respondió a esa tesis: “Han dicho que vamos a inducir una crisis, pero la salud ya está en crisis”. En contraste, el exministro Fernando Ruiz, del Gobierno Duque, dijo a este medio: “Colombia ha tenido muy buenas EPS y las sigue teniendo. Hemos venido con un proceso de depuración con acuerdos de punto final y pagando las deudas. Hemos venido eliminando las empresas que no funcionan, pero tenemos que tener claro que hay EPS que hacen un muy buen trabajo. El activismo no tiene sentido cuando uno está hablando de una responsabilidad tan grande, como es la salud de los colombianos”.
La “implosión” Corcho
En el sector de la salud, la palabra que más suena por estos días es “implosión”. En la rueda de prensa, la ministra le respondió a un periodista de SEMANA por esa percepción. “No es que se vaya a generar esa implosión, una implosión es que una EPS que se ocupa del cuidado de la vida no tenga acceso a recursos que pagamos los colombianos para el cuidado de la vida”, puntualizó. “Esto no tiene que asustar a nadie, mucho menos a los médicos que no han sido tratados con dignidad”, agregó. Pero la implosión vendría del fin de las EPS. El sistema de salud hoy funciona de la siguiente manera.
El Estado recauda el dinero (la ministra lo calcula en 70 billones de pesos) y este es repartido a las EPS, por la vía de un organismo llamado Adres (Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud). En esa ecuación, ambos entes desaparecerían. Corcho asegura que las entidades prestadoras de salud no cumplen su función y que “no es que queramos eliminar las EPS”, sino que “ellas mismas se han eliminado”. Este modelo aterra a los trabajadores de la salud, a pesar de que todos reconocen que se necesitan cambios. “Yo no creo en la tal reforma. No hay que reformar nada. Hay que sacar a los corruptos y este Gobierno no va a poder porque trabaja con los corruptos.
Eliminar las EPS es volver a las épocas del Seguro Social, donde el aseguramiento lo tenía el prestador. Se triplica la corrupción así”, advirtió Sigifredo Fonseca, médico salubrista y exsubgerente del Hospital Universitario de Santander (HUS). “La ministra no tiene ni idea, el sistema de salud es muy bueno, hay que ajustarlo y luchar contra la corrupción”, agregó. El exministro Ruiz explicó las consecuencias que tendría eliminar esa figura del asegurador. “Si a usted le da un infarto en un pequeño pueblo, no habrá quién lo atienda porque los sistemas no estarán conectados por ese sistema de aseguramiento”.
Para Ruiz, lo que vendría entonces es un sistema fallido que se traduciría en “pacientes que mueren, no tienen medicamentos, no logran acceder a urgencias y entran a listas de esperas interminables”. Esa misma preocupación la tiene Gustavo Campillo, director de Rasa, una asociación de pacientes. “El escenario propuesto va a ser una catástrofe humana en Colombia. Yo no veo cómo un hospital en Tadó (Chocó) puede garantizar la atención de un paciente con cáncer metastásico cuyo tratamiento vale 70 millones de pesos mensuales”, sostuvo.
“Las EPS tienen un papel determinante: recogen lo que el ciudadano aporta y le pagan al hospital. Sin pago o con demoras en el pago, las cirugías no se podrían dar a tiempo y la enfermedad crecería”, dijo el prestigioso neurocirujano Burgos. Y contó que muchos de los procedimientos que él maneja tienen un enorme valor y pocos tienen 50 millones de pesos en el bolsillo para operarse de urgencia. Este sistema garantiza, por ejemplo, que se den los tratamientos de alto costo a quienes lo necesitan, a pesar de que no correspondan a sus aportes.
Por ejemplo, el promedio mes de atenciones a un paciente con hemofilia es de 7 millones y el de uno con diabetes mellitus tipo 2, de 750.000 pesos. “Si la operación final del ejercicio es deficitaria, el riesgo lo asume la EPS. No lo pagan los afiliados”, dijo Paula Acosta, presidenta de Acemi.
No se sabe en el nuevo modelo quién respondería por eso. Si las EPS desaparecen, hay otra función clave del sistema que quedaría en el aire: hoy hay más de 88.300 prestadores de servicios de salud que se articulan allí. Otra labor que hacen es el pago de las incapacidades. Se gestionan cerca de 757.892 millones de pesos para los cerca de 1,4 millones de afiliados que se incapacitan anualmente.
Arrasar con lo construido
Uno de los problemas, sostienen los expertos, es que la reforma en la que piensa Corcho estaría partiendo de una premisa falsa: que el sistema no sirve para nada. Mauricio Santamaría, exdirector de Planeación Nacional y presidente de Anif, lo explica así: “El sistema de salud es el mayor logro de equidad que ha tenido Colombia en los últimos 50 años. No podemos volver al esquema que existía antes de 1993. Eso sería un error gravísimo. De una cobertura del 29 por ciento en 1993, pasamos a una cobertura del 99 por ciento, en 2021”.
Acosta, de Acemi, ha dicho que el fin de las EPS sería un “salto al vacío”. Asegura que gracias a este sistema los colombianos cuentan con la posibilidad de tener un sistema de salud en el que “no hay preexistencias, no hay límites de gasto, se cubren todas las enfermedades y todos los colombianos están cubiertos”.
Hoy, por ejemplo, el plan de beneficios de salud cubre el 97 por ciento de los medicamentos y el 90 por ciento de las atenciones del mercado. Se ha logrado que 26 de los 60 mejores hospitales de América Latina estén en el territorio nacional. Y Colombia se ha convertido en un polo a donde miles de extranjeros vienen a operarse.
“Pretender un borrón y cuenta nueva es un imposible categórico, es imposible regresar al modelo de 1990 y creemos más en construir sobre lo existente”, señaló Jorge Toro, director de la asociación de IPS. “Hay preocupación de que la reforma se haga en detrimento de lo que ya se tiene, causando una gran crisis en el sector”, advierte el decano de Medicina de la Universidad del Rosario, el médico Gustavo Quintero.
El presidente de la Asociación de Hospitales y Clínicas, Juan Carlos Giraldo, aseguró que la reforma es muy necesaria, pero si se parte de dos premisas: “Construir sobre lo que ya tenemos y defender el aseguramiento. Las EPS no deben desaparecer, pero sí evolucionar”.
Corcho sustenta su tesis en el desastre que han sido muchas EPS. Ha dicho varias veces que solo cuatro funcionan realmente y que las demás son catastróficas. El superintendente de Salud, Ulahy Beltrán, tiene la misma tesis y la misma frase: “Yo no llegué a liquidar las EPS. Ellas se van liquidando solas”.
En este momento hay 11 EPS en proceso de liquidación y cuatro ya liquidadas. Beltrán, también con el espejo retrovisor bien acomodado, dijo que todo eso lo había heredado del Gobierno Duque. Esas EPS en liquidación son las verdaderas “papas calientes” del sistema actual. Entre todas hay más de 8 millones de afiliados. El futuro de esos colombianos ya es inquietante sin reforma a la salud, pero lo es mucho más bajo este panorama y lo que podría venir.
“Tengo una gran preocupación acerca del futuro de Savia Salud. Tenemos que conversar con toda la franqueza para evitar que una decisión sorpresiva afecte la salud de millones de antioqueños”, reclamó Aníbal Gaviria, gobernador de Antioquia.
Pero el punto neurálgico serán las deudas que estas entidades tienen. “Ahí tenemos una gran angustia. ¿Quién nos va a reconocer los 12,6 billones de pesos que deben las EPS con las IPS? Para solo dar un ejemplo, en Medimás y Coomeva hay 4 billones de pesos en cartera”, dice Toro. Acemi reconoce que el 79 por ciento de las deudas a prestadores a más de 60 días corresponde a EPS liquidadas o en medidas de vigilancia.
Bajo este escenario de incertidumbre lo único que hay son dudas y temores. Y justamente la zozobra que dice la ministra Corcho querer evitar es cada día más grande. Urge que, a la menor brevedad, ella le presente al país el proyecto de la anunciada reforma del Gobierno Petro. A pesar de las dificultades, Colombia ha logrado consolidar uno de los mejores sistemas de salud del mundo. Solo es admisible hacer cambios para mejorar. Con la vida de los colombianos no se juega, ni se improvisa.