Hidroituango: ¿después de alcanzar la cota 410, qué viene?

Después de más de quince días de trabajos presurosos, en los que los obreros de EPM en Hidroituango llegaron a trabajar con el agua del río Cauca en los tobillos, por fin se llegó a la cota de 410 metros sobre el nivel del mar, lo que supera el nivel de vertedero y estabiliza el muro. Por ahora las obras seguirán hasta la cota 415 y la alerta roja se mantiene en Puerto Valdivia pero se retiró de Tarazá, Cáceres y Caucasia, poblados que se mantendrán en alerta naranja.  

El alcalde  de Medellín, Federico Gutiérrez, quien está en la zona desde hace un par de días, dijo: “De acuerdo a la información técnica, al llegar a la cota 410 se minimiza la posibilidad y se minimizan los riesgos de que el agua supere la presa, que la sobrepase, la erosione y que se genere una avalancha y una catástrofe de grandes proporciones. La cota de la presa queda ya nueve metros por encima de nivel de vertedero, que en caso de que las aguas lleguen allá se puedan verter. La cota de embalse está llegando a 376, faltan 25 metros, puede demorar unos 12 días, dependiendo del caudal que llegue, de las lluvias”.

Así, el parte es de tranquilidad, pues mientras esto sucede la casa de maquinas evacua 1.050 metros cúbicos por segundo, mientras al embalse llegan de 1.800 a 2.000 metros cúbicos por segundo según las lluvias en el sur del país, por lo que todo parece estar mejorando para EPM.

Según el gerente de EPM,  Jorge Londoño, todo lo sucedido en las últimas 24 horas es importante para las comunidades aguas abajo porque “no van a estar con este riesgo (de llegarse a reventar el muro de presa), pero queremos decirles que permanece activo el riesgo de una creciente que se puede llegar a producir por el destaponamiento del túnel derecho, como sucedió el 12 de mayo”.

Mas el trabajo no está terminado, pues hay hacer lozas en el vertedero, taponar el túnel derecho que desde hace un mes está en continuos derrumbes y taponamientos, evaluar los daños en la casa de máquinas después de la apertura de sus compuertas para el paso de agua y evaluar las pérdidas económicas.

Sin embargo, se espera mucho más que esto: es la hora de saber qué fue lo que sucedió y dejar el discurso chovinista. Y sobre esto ya la academia paisa empezó a reflexionar, como lo dije el decano (e) de la facultad de Minas de la Universidad Nacional Sede Medellín, Santiago Medina Hurtado:  “¿Qué es lo que realmente está pasando? Muchas obras de ingeniería se están cayendo, qué está pasando realmente. ¿Es la política que está permeando el devenir de la infraestructura a partir de cuotas políticas? ¿Están poniendo en puestos de dirección técnica a políticos? ¿Bancos están presionando las obras de ingeniería para que entren en ciertos periodos por encima de criterios técnicos? ¿O son los ingenieros que no están saliendo bien preparados?”.

Ya desde la misma Nacional, se barajan algunas posibilidades de lo que pudo haber pasado, como lo dijo el profesor Luis Alberto Arias, quien participó en los estudios de factibilidad del proyecto hacia 1980: “En el sitio de presa se puede construir pero con una mala calidad, la calidad de los macizos rocosos en el Cauca son muy distintos a los del oriente antioqueño, en el Cauca se habla de una situación crítica. La geotecnia del sitio de presa, desde la fase de factibilidad, ya se anotaba que era delicada. Otra cosa tiene que ver con la sismicidad en el cañón (…) a lo largo de todo el cañón la parte de mayor sismicidad está en la desembocadura del río Ituango, hasta el río San Andrés y la entrada a Liborina”, como quien dice que las condiciones técnicas de la obra tenían que ser perfectas para poder sortear los azares de la naturaleza.

Mientras en Medellín se espera la apertura de una discusión amplia que permita que se develen las verdaderas causas de los problemas en Hidroituango, EPM prepara todo para que el invierno que viene en el segundo semestre del año no vuelva a hacer los estragos del primero y no se ponga en riesgo la vida de miles de antioqueños.