JUSTICIA

Musa Besaile revela que la “extorsión” para frenar su captura costó más que $2.000 millones

En el juicio contra el exmagistrado Francisco Ricaurte, el excongresista aseguró que quien puso como fiscal a Gustavo Moreno fue Leonidas Bustos. La relación Fonade, Corte Suprema y un funcionario de presidencia, los enigmas que se reserva para la JEP.

23 de enero de 2020
| Foto: Crédito: Jonathan Chiquiza

Cuando estalló el escándalo del cartel de la toga, salieron a relucir varias coincidencias incómodas entre los magistrados cuestionados y Fonade. No es un secreto que la entidad, que maneja la plata de los proyectos de desarrollo en el país, era el fortín político de Musa Besaile y Bernardo Miguel Elías. Pero ¿por qué si Fonade era de los Ñoños, terminaron teniendo tanta injerencia los magistrados?

Esta pregunta sin respuesta había quedado en el aire hasta ahora. La relación saltaba a la vista con solo revisar la nómina: Ricaurte era asesor de la entidad con contratos por 900 millones. El director era Alfredo Bula Dumar, quien fue nombrado como ficha de los Ñoños pero parecía tener más guiño desde el Palacio de Justicia pues era cercano y vecino en Cartagena del exmagistrado Gustavo Malo. También trabajó allí Alejandro Botero Larrota, compañero de Yara Milena Malo, hija del exmagistrado en juicio.

En contexto: 

Muchas pistas entregadas por Gustavo Moreno llevaron a la Fiscalía a concluir que la entidad fue usada para hacer favores burocráticos y comercializar puestos en favor de la organización criminal integrada por magistrados y exmagistrados de las altas cortes. Este episodio será recogido por el exsenador Musa Besaile, quien fue aceptado en la Justicia Especial de Paz, y en el marco de su colaboración anunció que destapará este y otros temas claves sobre tóxica mezcla de justicia y política.

La razón por la que Besaile está en la JEP es para que hable de su relación con paramilitares, tema sobre el cual existía un proceso en la Corte Suprema que llevaba más de una década en investigación preliminar. No obstante, el excongresista argumentó que fue a raíz de este caso que se desprendieron muchas de las conductas delictivas que lo tienen hoy tras las rejas, principalmente, el cartel de la toga y Fonade. Por esta vía, la abogada Tania Parra, que defiende al excongresista, busca que todo su historial con la justicia termine en la JEP.

Con la advertencia de que el caso Fonade es parte de la verdad que revelará ante la JEP y por tanto no dará todavía mayores detalles sobre el tema, Musa Besaile comenzó a rendir testimonio en el juicio de Ricaurte.

La mayor parte de la declaración, se centró en el pago de 2.000 millones de pesos a la oficina de corrupción judicial de la que presuntamente hacía parte Ricaurte para manejar su proceso por parapolítica en la corte. Por casi diez años, este caso estuvo en el despacho del exmagistrado Gustavo Malo. En el 2014, una supuesta orden de captura que venía en camino fue el detonante para pagar lo que Besaile denomina la “extorsión”.

Pero el dinero no fue la única exigencia para influir en la corte. Por ahora, Besaile se negó a dar los detalles, pero adelantó que el pago tiene una segunda parte y frente a ello lanzó varias pistas. 

En total, Besaile habló de unas siete reuniones con Ricaurte y con Moreno, las cuales ocurrieron previamente y posterior al desembolso del dinero. "O pagas o vas preso cómo Julio Manzur”, le habría dicho Moreno en uno de estos encuentros, en donde explicó que esa plata era para su “papá (Bustos) y para Pacho (Francisco Ricaurte)". “Te voy a dejar eso en 2.000 millones de pesos, antes de la Semana Santa, me los traes en efectivo o me los mandas. Si no vas a dar la plata, prepara a tu familia porque después de Semana Santa te vas preso”, dijo el abogado Moreno, quien para ese momento era asesor de la Fiscalía.

El temor por estas presiones, llevó a que Besaile buscara a un alto funcionario del Gobierno, cuyo nombre se reservó por ahora. "Después de la reunión (con el alto funcionario), recibí una llamada de presidencia, de ese alto funcionario que me da una respuesta sobre mi inquietud", describió al precisar que esta conversación lo llevó a quedar más tranquilo frente a su orden de captura. 

El desembolso se hizo y Besaile comenzó a ver con extrañeza cómo su caso inusitadamente se movía con más celeridad en la corte. El exsenador sentó la atención del estrado sobre una reunión posterior al desembolso en el hotel Marriot con Francisco Ricaurte, pero el tema de este encuentro y las circunstancias serán un tema a tratar en la JEP.

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También buscó a Moreno con quien se reunió en el Corral de la 93. “Les entregué la plata, les entregué la otra solicitud que me pidieron (que me la reservo para la JEP) y el caso se está moviendo más en la corte”, le recriminó Musa a Moreno. El caso por parapolítica logró quedar engavetado hasta que se destapó el escándalo del cartel de la toga en el 2017. 

Las Bechara

Uno de los últimos golpes que dio Gustavo Moreno, siendo director de anticorrupción de la Fiscalía, fue la captura de Mara y María Fátima Bechara Castilla, directivas de la Universidad del Sinú. En este caso también se intentaron manejos impuros por parte de la oficina criminal de la que hacía parte Moreno.

Sentado ante el estrado, Musa describe cómo en el 2017, Ricaurte lo invitó a almorzar en el Club de Banqueros. Allí le reclamó por Fonade y por los 2.000 millones. “Yo ya le cumplí las exigencias a ustedes y nada que resuelven (refiriéndose al caso de parapolitica)”, le dijo Musa Besaile a Ricaurte.

“Te llamé porque me enteré de a tu suegra la detuvieron. Ya este tema lo tengo hablado con Bustos y con Gustavo Moreno, te llamé para darte el teléfono de Bustos, él ya salió de la corte y tiene una oficina privada en el norte, organiza los temas con Bustos que lo coja como abogado y tu sabes que Bustos es el jefe de Gustavo Moreno”, fue el comentario que le hizo Ricaurte a Besaile.

Le recalcó: “Usted sabe que a Gustavo Moreno lo metió Bustos a la Fiscalía con un acuerdo que hicieron y es quien lleva el proceso de Mara Bechara”.

Mara Bechara no era suegra de Besaile sino la de su hermano Edwin (exgobernador de Córdoba). “Yo la verdad no me presté para esta extorsión. Dije que iba a transmitir el mensaje a los familiares y que en el evento tal, ellos se entendieran directamente con Bustos porque yo no iba a quedar enredado en problemas de plata. Después me escribió dos veces que qué pasaba, por qué no llamaban a Bustos”.

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Musa Besaile dice que desconoce qué sucedió con ese tema. No obstante, el caso de las Bechara en su momento si fue centro de controversias. Ambas fueron capturadas y enviadas a Bogotá para imputarles los cargos y pedir medida de aseguramiento. Pese al traslado desde Córdoba, el caso no fue judicializado en Bogotá sino en Soacha. Allí el juez 1 Penal del Circuito, Luis Hernando Rojas Isaza, al resolver una apelación de la medida de aseguramiento decidió dejarlas en libertad.

La negociación de la Fiscalía con el extraditado fiscal Moreno no lo cobijaba por hechos cometidos mientras fue funcionario de la Fiscalía, de modo que ni él confesó nada, ni se le darán beneficios judiciales sobre cualquier hecho delictivo ocurrido en este lapso. Sin que hasta ahora se hayan desplegado mayores esfuerzos investigativos, ya comenzaron a salir pistas de estos presuntos manejos impuros. 

La matriz de colaboración de Musa Besaile contiene 23 temas, casi todos relacionados con la parapolítica en la Costa. Además, agrega que dará información sobre las elecciones legislativas del 2010-2014; las elecciones locales del 2012-2014; las elecciones parlamentarias del 2014-2018 y la forma en que se eligió al Procurador General.