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Narcoalianza en los llanos entre exFarc y capos de la mafia

El disidente de las Farc, Gentil Duarte, se unió a otros narcotraficantes para expandir su hegemonía en el negocio del tráfico de drogas

20 de febrero de 2019
Gentil Duarte es uno de los delincuentes más buscados y el gobierno ofrece una millonaria recompensa por él. | Foto: León Darío Pelaéz

Un informante fue la clave. El hombre llamó a la línea 167 de la Policía Antinarcóticos y como prueba de la seriedad de los datos que iba a revelar dio la ubicación exacta de un cargamento de cocaína. Les dijo a los uniformados que un vehículo acondicionado con una caleta para transportar la droga estaría estacionado cerca de los puentes que dividen a los departamentos de Casanare y Meta, en el sector de Barranca de Upía.

Los agentes antinarcóticos tomaron las precauciones del caso para evitar caer en una trampa. Ubicaron el automotor con las características descritas y después de varias horas lograron romper parte del chasis en donde estaban ocultos 136 kilos de alta pureza. Aunque era una cantidad significativa, lo verdaderamente importante eran los datos que les daría el informante.

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El hombre se convirtió en una mina de oro. Hacía parte de organizaciones mafiosas que actuaban en el oriente del país. Después de entrar en contacto con los investigadores y que estos realizaran diversos trabajos de verificación durante varias semanas, lograron descubrir el surgimiento de una narcoalianza en los Llanos Orientales liderada por Miguel Botanche, conocido con el alias de Gentil Duarte.

Este exguerrillero de las Farc es tristemente célebre porque abandonó el proceso de paz y conforma una de las disidencias más numerosas del país. Es uno de los delincuentes más buscados y el Gobierno ofrece una millonaria recompensa por él.

Con los datos del informante, uno de los investigadores más curtidos de la Policía Antinarcóticos logró documentar que hace pocas semanas Gentil Duarte convocó a una reunión a varios narcotraficantes en los Llanos Orientales, muchos de ellos desconocidos para la opinión pública. El lugar de la cita mafiosa fue en un caserío de la serranía de La Macarena, en donde se estableció que el disidente sería el único proveedor de base de coca en esa zona del país.

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Con este convenio, Gentil Duarte acapara gran parte de la base que se produce en el sur del Meta y Guaviare. Toda la producción es recolectada y transportada hasta la zona rural de Casanare, Vichada y oriente del Meta, donde se encuentran ubicados los complejos de cristalización de la cocaína.

Uno de los narcotraficantes del pacto es conocido con el alias de Lámpara. Se trata de un hombre que bajo su fachada de ganadero y comerciante consiguió expandirse en el mundo criminal por la reconocida pureza del alcaloide que exporta hacia México. Este hombre reactivó las rutas utilizadas por Evaristo Linares alias Don Evaristo, narcotraficante extraditado a los Estados Unidos en 2013 y quien fue deportado a Colombia el pasado mes de diciembre de 2018. Lámpara creó un andamiaje criminal contratando a uno de los químicos de mayor experiencia en la extracción de la cocaína conocido con el alias de Remolacho .

Lámpara fue uno de los proveedores de cocaína de varios carteles mexicanos, entre ellos el de los Arellano Félix. A través de alias Don T, un emisario mexicano quien en compañía de Lámpara, coordinan el tráfico del alcaloide por su tránsito por Venezuela y Centroamérica.

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Lámpara es tan solo uno de los cinco narcos que estuvieron en esa narcoalianza. El negocio es simple y lucrativo para todos. Gentil Duarte logra expandirse desde Guaviare, que es su principal zona de influencia, hacia el norte del país al controlar la producción de base de coca en departamentos como Meta y Arauca. Los otros narcos, como Lámpara, ganan en la medida que tendrán garantizado un suministro de base de coca y, además, este insumo será transportado por los hombres de Gentil Duarte hasta sus laboratorios, con lo que minimizan los riesgos. Los nuevos socios del guerrillero disidente le garantizan a este las rutas y los clientes en el mercado mexicano. Este es el comienzo de una narcoalianza que dará mucho de qué hablar.