ENTREVISTA

“Los procesos de las FARC y el ELN se tienen que juntar”

El analista y experto en el ELN Víctor de Currea-Lugo plantea, entre otras cosas, que la mesa de Quito se debe aprovechar para lograr una tregua multilateral.

11 de octubre de 2016
Víctor de Currea-Lugo | Foto: Revista DC / Semana

Víctor de Currea-Lugo, profesor de la Universidad Nacional y autor del libro ¿Por qué negociar con el ELN?, es una de las voces que mejor conocen a esa guerrilla. Este analista ha entrevistado a los jefes elenos en el monte y ha estudiado sistemáticamente los pronunciamientos y documentos con que el grupo insurgente fija posiciones y determina sus pasos. 

En esta entrevista con Semana.com Currea da luces sobre las implicaciones del comunicado del Gobierno y el ELN, el lunes desde Caracas, anunciando que la mesa pública de negociación arrancará el próximo 27 de octubre en Quito, Ecuador, con la agenda pactada desde marzo pasado, que había sido congelada por cuenta de los secuestrados en poder de esa guerrilla, los cuales el Gobierno exigía poner el libertad para continuar el proceso. 
 
Semana.com: El acuerdo dice: “iniciará el proceso de liberación de los secuestrados/retenidos dos casos antes del 27 de octubre”.¿Significa que todos los secuestrados del ELN estarán libres antes de arrancar la mesa en Quito?

Víctor de Currea Lugo: Uno pensaría que sí. Aunque hay problemas logísticos, operacionales y de comunicaciones dentro de la guerrilla para garantizar eso. Pero lo que se espera, lo que yo deduzco, es que sí, que se van a dar las liberaciones de los dos que plantean antes del 27 de octubre. Hay que tener en cuenta que en los últimos días ya se han liberado a varios secuestrados. Entonces, hay que entender que ya se han dado pasos previos y que hay dos casos que tienen mayor complejidad, pero la idea es llegar al 27 avanzada o cumplida la liberación de todos los civiles. Desde la sociedad civil enviamos un mensaje pidiendo que el punto 5 F (sobre acciones humanitarias) se priorizara. Ese fue un clamor de la sociedad. El ELN tenía razón al decir que el tema del secuestro hace parte de la agenda pactada, pero el Gobierno también tenía razón al decir que el secuestro no es un problema de una formalidad jurídica, sino que tiene otros ingredientes que no se pueden desconocer, entonces la mejor manera de desatar ese problema era priorizando el punto de acciones humanitarias.
 
Semana.com: ¿Qué acciones humanitarias se pueden esperar de lado y lado?

V.C.L.: Ese es un planteamiento a dos niveles. Por un lado, hacia los combatientes del ELN y por otro, en lo respectivo a la población civil. Desde el lado del ELN tiene que ver con el compromiso de sacar a los civiles de la guerra: la liberación de los civiles. Y desde el lado del Gobierno tendría que ver con las condiciones de reclusión de los detenidos miembros del ELN. La situación carcelaria del país, como se sabe, no es la mejor, y dentro de ese orden está la posible excarcelación de voceros del ELN para que salgan y contribuyan a la mesa.
 
Semana.com: ¿Qué significa que Frank Pearl ya no encabece la delegación del Gobierno?

V.C.L.: Dentro de los grupos negociadores nunca hay una homogeneidad, hay voces, discusiones, tensiones internas. Y todo eso se manifiesta. Pearl era un negociador ágil, hábil y honesto. También puede surgir la necesidad de recambios, hay momentos en que las personas tienen un agotamiento. Por ejemplo, del lado del ELN, el caso de Antonio García, quien jugó un papel clave en la fase preliminar, pero ya se venía hablando de la posibilidad de que él saliera de la mesa, era algo que ya se preveía y así ocurrió.
 
Semana.com: Si es que prospera el acuerdo con las FARC, ¿el proceso con el ELN tendría que juntarse con la mesa de La Habana?

V.C.L.: Se tienen que juntar. Una de las claves fundamentales es buscar la complementariedad de los procesos, si estos no son complementarios, es muy difícil que arrojen luces. Creo que el proceso del ELN le está dando un oxígeno muy grande al de La Habana y aquel a su vez le da un espacio ya ganado, un avance muy significativo, al proceso del ELN.

El gran aporte del ELN es la participación política. El ELN no está pidiendo más, está pidiendo algo diferente que es, precisamente y a mi juicio, la mayor falencia en el proceso de las FARC. Reconociendo las bondades del proceso de La Habana y sus logros, me parece que hay que revisar su capacidad de incluir a la sociedad y de oír otras voces. Que es lo esencial en el proceso del ELN. El de La Habana lo cuidaron tanto, que lo aislaron, la gente no se sentía partícipe, el proceso más allá de un par de cosas puntuales no dio espacios, tal vez porque en ese momento eso era lo que se podía hacer. Pero este es otro momento y no hay que perder de vista que la participación política es como un plebiscito permanente y es con ello que se legitimaría el proceso. 

Semana.com: ¿Será esta una negociación en medio de la guerra?

V.C.L.: No lo sabemos. Desde la sociedad civil estamos planteando que no podemos cometer el mismo error que se cometió con las FARC, negociar en La Habana como si no hubiera conflicto en Colombia y seguir el conflicto acá como si no hubiera negociación en La Habana. Eso hay que evitarlo porque ello significa muertos y dolor, precisamente lo que queremos evitar. Perfectamente este proceso podría empezar con una tregua multilateral, es lo que varias personas estamos planteando: que el ELN extienda la tregua que decretó para el plebiscito y que el Gobierno a su vez extienda al ELN la tregua que mantiene con las FARC. Eso crearía un momento muy propicio para avanzar en este proceso. 

Semana.com: ¿Usted cree que el pantano en que está el proceso con las FARC es una oportunidad?

V.C.L.: La propuesta que ha hecho el ELN de tiempo atrás es la del Gran Diálogo Nacional. Claro que necesitamos una mesa donde estén las FARC y el Gobierno, pero también las víctimas, los militares, Fedegán y los sectores del agro. Hay que crear un gran diálogo nacional donde se busque una salida política al país, que lo que Santos está tratando de hacer ahora luego del plebiscito perdido. Y en la mesa de Quito hay que buscar tres cosas prioritarias: primero, la tregua multilateral, el cese del uso de la violencia política desde el comienzo de la negociación. Segundo, la complementariedad del proceso con las FARC, hay que modificar el acuerdo con las FARC de tal manera que llene unos deseos del No, de los abstencionistas y de los del Sí. Y, tercero, abrir la discusión política, que sectores ausentes –que es la razón de la crisis en La Habana– tengan espacio. Hay que ver cómo el ELN puede servir como elemento dinamizador para abrir esas nuevas posibilidades.  

Semana.com: ¿Qué significa que ahora esté sentado como jefe de la delegación del Gobierno Mauricio Rodríguez, hermano de la primera dama?

V.C.L.: Revela que el presidente Santos confía en su familia (en el proceso con las FARC Enrique Santos, el hermano del presidente, jugó un papel clave). Pone a sus cercanos ahí, en esas misiones. Frank Pearl, el anterior jefe de la delegación oficial, es un hombre con gran experiencia, pero en los procesos de negociación es natural que haya cambios.

Semana.com: ¿Tiene alguna incidencia que al otro lado de la mesa el ELN ahora se encuentra frente a un nobel de Paz?

V.C.L.: No, hasta donde yo conozco, el ELN no es una organización que se deje impresionar por premios. Más les impresionaría un sistema de verdad en el país, o un reconocimiento espontáneo que hagan las Fuerzas Armadas sobre los crímenes que hayan cometido, o los ganaderos o latifundistas que han perpetrado el paramilitarismo, cualquiera de esos gestos, de manera voluntaria, sí le sorprendería al ELN. Un premio Nobel no quita ni pone en la ecuación de esa guerrilla. 

Semana.com: Una novedad es que en la delegación del ELN aparece ahora una negociadora, Consuelo Tapias. ¿Quién es ella?

V.C.L.: No sé nada de ella. 

Semana.com: ¿Por qué negociar con el ELN?

Porque el ELN es una realidad política. Y porque tienen una agenda que el país debe pensar. Más allá de afectos y desafectos con el ELN hay que preguntarse si esa dinámica política contribuye al país, ellos son un sector lo que el ELN representa no voy a discutir si grande o pequeño pero sí importante.