Bogotá
Niño de 23 meses resultó quemado en un jardín distrital en Bogotá
El niño sufrió quemaduras de segundo grado, al parecer, por agua hirviendo.
Un niño de tan solo 23 meses de edad resultó con quemaduras de segundo grado en gran parte de su cuerpo en el jardín infantil distrital Oso de Anteojos ubicado de la localidad de Fontibón mientras estaba al cuidado del personal de esta institución.
Los hechos ocurrieron el pasado 28 de marzo y el niño fue remitido a la clínica Santa Fe, en donde recibió la atención médica especializada requerida.
Lo que no explican los padres del menor es cómo si el niño estaba bajo el cuidado del personal del jardín resultó con quemaduras.
“El 28 marzo llevé a mi hijo al jardín en perfectas condiciones y a las 9:40 a. m. se comunica una de las profesoras que está al cuidado de mi hijo por medio de una llama, me objeta que proceden a bañarlo porque se ensució el pañal de la colita hasta la espalda, la profesora comete el error de dejar un tazón con agua hirviendo al borde y mientras ella va en busca de agua fría, ella me comenta que ´mi hijo alza uno de sus brazos alcanza el tazón de agua hirviendo y el agua se le cae encima´, quiere decir que mi hijo no estaba bajo la supervisión de ella ni de otro adulto”, denunció la madre del menor en cuenta de Facebook.
La madre del menor no cree en las explicaciones que le dio la profesora del jardín, porque según ella, el niño no alcanzaba con su manito al borde de la mesa en donde se ubicó el agua hirviendo.
De hecho, según la madre, la Secretaría de Integración Social la intimidó para que ella no hiciera público lo que había sucedido en el jardín infantil distrital Oso de Anteojos.
Luego de que la denuncia se hiciera pública, la Secretaría de Integración Social señaló que activó de manera inmediata la ruta de atención en salud. Así mismo, la Secretaría puso el caso en conocimiento del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), como autoridad competente para garantizar y reestablecer los derechos del niño afectado.
La Secretaría ordenó la visita de un equipo de inspección y vigilancia con el propósito de verificar el estado de las instalaciones y el cumplimiento de los estándares de seguridad y calidad del servicio. De igual modo, se suspendió la atención en el jardín mientras se adelantan las acciones de mejora necesarias para evitar la ocurrencia de este tipo de accidentes.
Adicionalmente, las profesionales responsables de la atención del niño afectado fueron apartadas del servicio mientras se desarrollan las investigaciones pertinentes.
La Secretaria de Integración Social, Margarita Barraquer Sourdis indicó que “el niño fue dado de alta y desde la SDIS estamos acompañando al niño y a su familia durante todo el proceso de atención médica y recuperación, de la mano de un equipo psicosocial”.
Maltrato infantil en Soacha
A principios de marzo, se viralizó un video que muestra un serio caso de violencia contra la niñez en el barrio Porto Alegre de Soacha, municipio de Cundinamarca. En un jardín que opera al interior de una casa de familia, un niño de tan solo tres años fue retenido a la fuerza por una psicóloga que trabaja en el lugar.
En el video se ve al niño quejarse y llorar. Mientras tanto, la mujer fuerza los brazos del menor hacia atrás y lo retiene con sus piernas. El niño, como es de esperarse, intenta zafarse en medio de lágrimas y gritos.
“Deje estudiar, mijito. Silencio, silencio”, le dice un hombre en el fondo. Mientras tanto, la psicóloga sigue reteniendo con fuerza al menor.
Al ver que no deja de llorar, la mujer le golpea la boca al niño con una servilleta. “Grosero no, no sea grosero”, le dice, mientras el menor emite sonidos de dolor.
“Ayuda”, se alcanza a escuchar del niño y lo que hace la mujer es apretarle más los brazos. “Si te vomitas, te tomas tu vómito”, dice la funcionaria del jardín, golpeándolo con la servilleta en la boca y tapándosela para que no se escuche su llanto.
La Policía de Infancia y Adolescencia de Soacha atendió los hechos y avisó a la Secretaría de Desarrollo Social, en cabeza de Zoraida Quintero Parra.
“Una vez la Secretaría de Desarrollo tiene conocimiento de la situación, remite el caso y activa la ruta del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, la entidad competente. El jardín no pertenece al ICBF ni a la administración municipal. Es una situación que sucedió en una casa de familia”, aseguró la funcionaria en su momento.