NACIÓN
Niño murió en Santander luego de atorarse con unas crispetas
La Secretaría de Salud de Barrancabermeja dará apertura a una investigación para establecer si hubo negligencia médica en la atención médica al menor.
Consternados se encuentran los habitantes del municipio de Barrancabermeja, en el departamento de Santander, luego de que un niño de 7 años falleciera, al parecer, tras atragantarse mientras digería unas crispetas en su vivienda.
Familiares del pequeño aseguran que una vez se presentó el incidente, el niño fue trasladado de urgencia al hospital más cercano a su casa, pero que allí no lo pudieron atender. Posteriormente, fue trasladado a la clínica La Magdalena a donde llegó sin signos vitales.
Ahora, la familia del niño denuncia una presunta negligencia médica en el hospital que no recibió inicialmente al menor en urgencias, por lo que la Secretaría de Salud de Barrancabermeja anunció una investigación para establecer con exactitud qué pudo haber pasado.
“Es algo insólito, el niño estaba comiendo crispetas, no es nada del otro mundo, se sintió ahogado y cuando toma agua es donde viene la reacción, se ahoga, la mamá es enfermera y trató de reanimarlo (...) Fue llevado al puesto de salud y no lo pudieron atender, lo llevamos a la clínica La Magdalena y allí ya llegó el niño sin signos vitales”, narró Luis Barbosa, tío del menor, a Blu Radio.
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En el barrio El Silencio, en Barranquilla, también se presentó el pasado domingo un lamentable hecho donde murió una niña. Cuando en muchos hogares de Barranquilla celebraban el tradicional Día de la Madre sin restricciones, la habitual ida a la tienda para pagar una recarga de celular terminó en tragedia para una familia habitante de un barrio del suroccidente de la capital de Atlántico, cuando una de sus hijos murió debido al impacto de la caída de una estatua del Sagrado Corazón sobre su cuerpo.
Según la mamá de la pequeña, Génesis Rojas Caro, ella aprovechó que iba a la tienda más cercana a hacer una recarga para su teléfono celular, para traer a sus tres hijos al pequeño parque Coolechera, ubicado en la calle 79 A con carrea 26 B, como lo había hecho en otras ocasiones.
“Como por aquí no pasan carros los dejé mientras compraba. Cuando siento que un señor da un grito, yo corrí enseguida, pero cuando la vi ya estaba toda ensangrentada”, contó en diálogo con los medios de comunicación.
La tragedia, según cuentan los testigos, pasó a eso de la 1:30 de la tarde, cuando la pequeña llamada Karen estaba jugando en el centro del parque, muy cerca de la imagen, con dos de sus hermanos. Diversión que fue interrumpida por un fuerte ruido y los gritos de los vecinos.
Segundos después del accidente, el padre de la menor llegó hasta al parque en donde encontró tendido el cuerpo de sus pequeña hija, con la estatua muy cerca. El hombre contó que al escuchar que la gente gritaba que algo le había pasado a una niña se asomó para ver qué pasaba y vio a su esposa desesperada.
El angustiado papá trató de levantar la estatua, que aún aprisionaba una parte de la niña, pero no pudo mover los 150 kilos que aproximadamente pesa la imagen religiosa. Solo con ayuda de varios vecinos la pudieron correr y darse cuenta que la pequeña tenía una gran herida en la cabeza y estaba botando mucha sangre.
Tanto la menor fallecida, que cumpliría los 6 años en el mes de agosto, como sus hermanos y padres son de nacionalidad venezolana y viven hace cinco años cerca al parque donde ocurrió la tragedia en Barranquilla, ciudad a la que llegaron, como muchos de sus paisanos, en busca de mejores oportunidades laborales y de calidad de vida.
Al ver la gravedad de las lesiones, los padres pidieron ayuda para llevarla a uno de los hospitales más cercanos para que la atendieran de urgencias. “Los médicos me miraban y hacían señas. Yo les pedía que la sacaran, que me ayudaran, me pedían que me calmara”, contó la mamá. Sin embargo, alrededor de las dos de la tarde los doctores les informaron que había muerto.
Según el vecino del barrio y líder comunal, Rafael Bacca, aún no han podido establecer cómo llegó la estatua hasta ese lugar del parque, ni por qué fue ubicada de esa manera. Lo único que se tiene claro es que la imagen estaba ahí desde hace seis meses aproximadamente y que a pesar de que no había sido fijada, esta no se podía mover por lo pesada que era.