POLÍTICA
“No es culpa de Duque que María Fernanda Cabal no haya obtenido la votación que pregonaba”: Ernesto Macías
La senadora Cabal responsabilizó al Gobierno de lo que considera ella los “malos” resultados del Centro Democráticos en las elecciones.
En la historia de Colombia muy pocas veces había existido un partido político que, desde su fundación, haya tenido tanta unidad y disciplina como el Centro Democrático. Sin embargo, estos dos elementos, sustentados en el liderazgo único de la figura de Álvaro Uribe, se ha ido resquebrajando en los últimos meses.
Esto ha quedado en evidencia con los enfrentamientos públicos que han tenido algunos miembros de la bancada. Una de las protagonistas ha sido la senadora María Fernanda Cabal, una de las voces con mayor peso en el partido ―logró cerca de 200 mil votos en las elecciones― quien representa, además, el sentir del ala más tradicional del uribismo.
La senadora no ha tenido pelos en la lengua a la hora de lanzar críticas al Gobierno del presidente Iván Duque, lo que le ha costado duros enfrentamientos con sus copartidarios.
Eso fue justamente lo que ocurrió este miércoles ,16 de marzo, cuando Cabal fue tajante con sus opiniones sobre los culpables de las “malos” resultados de su partido en las elecciones legislativas y la postura de esta colectividad en la carrera por la Presidencia del país.
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En Vicky en Semana, la congresista del Centro Democrático aseguró que los resultados de su partido en las elecciones, los cuales considera como malos, son culpa del presidente Iván Duque y su gobierno ajeno “al partido que lo llevó al poder”.
Esto desató de inmediato el malestar en el senador Ernesto Macías, quien se ha caracterizado por ser uno de los mayores defensores del presidente Iván Duque.
El congresista señaló en sus redes sociales que “la extrema derecha se empeña en seguir dividiendo al Centro Democrático”.
Y fue contundente al mencionar con nombre propio a su copartidaria: “No es culpa del presidente Iván Duque que María Fernanda Cabal no haya obtenido la votación que pregonaba. Si deja de levitar podría ser candidata dentro de cuatro años”.
En su entrevista en SEMANA, Cabal no solo responsabilizó al Gobierno sino que también señaló que fue un daño enorme no haber hecho grandes eventos en los últimos años, “como los hace el partido Republicano y el Democrático” en Estados Unidos. “Abandonamos las bases, la militancia. No inspiramos a las personas afines al partido”.
Por otra parte, habló acerca de la elección de candidato que se llevó al interior de los toldos del Centro Democrático, asegurando que, aunque ella decidió participar como precandidata en la competencia que terminó ganando Zuluaga, lo cierto es que sí faltaron garantías para quitar toda duda de fraude en este ejercicio democrático.
“Yo no quise dividir al partido, pero hay que entender que todos tenemos pensamientos y movemos unas fibras”, añadió.
Divisiones naturales
Si bien estas fracturas se han hecho más evidentes en plena campaña, ya venían de tiempo atrás y en buena medida resultan naturales ante el desgaste que ha tenido la colectividad.
El Centro Democrático nació con el claro objetivo de ser la principal fuerza opositora al Gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos, y lo logró. Así las cosas, resultaba razonablemente sostenible concebir una bancada cohesionada para hacerle contrapeso a todo lo que viniera del Ejecutivo, especialmente en lo relacionado con los acuerdos de paz. Hoy ese ‘enemigo’ ya no está.
Como elemento adicional, en la primera elección del Centro Democrático la mayoría de los 20 senadores uribistas que salieron elegidos en la lista cerrada eran relativamente desconocidos, y llegaron a su curul única y exclusivamente por el arrastre de la votación de Álvaro Uribe. Eso, evidentemente, dejó a los parlamentarios de esa colectividad con una incalculable deuda de gratitud que los mantenía alineados con las tesis del expresidente. Pero en la siguiente elección la lista era abierta y muchos de los elegidos consideran propios sus votos.
Y justamente una de las voces que ha tomado mayor fuerza y que tiene electorado propio es la senadora María Fernanda Cabal, quien, a pesar de generar ciertas incomodidades en el partido, es absolutamente necesaria para el uribismo.