Política
“No expropiaré”: a Petro ya le había tocado firmar en mármol
Esta es la segunda vez en la que el candidato presidencial debe probar, de forma grandilocuente, que respetará la propiedad privada.
Este lunes, el candidato presidencial Gustavo Petro juró ante un notario que no expropiará a nadie en su eventual gobierno, en medio de los temores por sus polémicas posturas frente a la propiedad privada.
En la Notaría 17, junto a Francia Márquez y bajo la mirada de Alfonso Prada, el candidato convocó a los medios de comunicación para presenciar el acto. Todo esto, con el fin de despejar los rumores que lo vinculan con ese tipo de propuestas, vistas en el régimen de Hugo Chávez en Venezuela.
“No expropiaré las riquezas y bienes de sus propietarios. No expropiaré. No voy a expropiar nada ni a nadie”, juró Petro.
El candidato y su equipo saben que el principal contrincante es lo que Gustavo Bolívar califica como el “miedo a Petro” y el supuesto plan de expropiación es uno de los factores que lo exacerban.
Por este temor, es la segunda vez que Petro jura no expropiar para ahuyentar el miedo del potencial votante. La primera vez fue esa recordada cita en 2018, cuando Antanas Mockus y Claudia López, entonces senador electo y excandidata vicepresidencial de Sergio Fajardo, condicionaron su apoyo al candidato que enfrentó en segunda vuelta a Iván Duque.
El 8 de junio de 2018, Ángela María Robledo, entonces fórmula vicepresidencial de Petro, hizo el puente con la Alianza Verde para acordar una adhesión importante a la campaña del progresista.
Convocaron a los medios para mostrar dos placas en mármol con lo que Robledo bautizó “12 mandamientos” que Petro debía cumplir en caso de ser elegido presidente
“Podemos ir en paz”, decía una estola que llevaba Mockus en el cuello, haciendo referencia a lo que se dice en la misa católica al terminar el servicio. Con eso, lograron que una buena parte del centro confiara.
Sin embargo, hoy la propuesta que detonó la desconfianza sigue ahí y se basa en una palabra que muchos piensan que es un disfraz, detrás del cual se esconde la expropiación: la democratización.
En el plan de gobierno de la Colombia Humana, en 2018, se habló claramente sobre el tema. Democratizaría, según él, condiciones de trabajo, saberes, salud, tierras, agua, las energías no contaminantes, el crédito y la justicia.
También fue el eje de su Alcaldía de Bogotá, que prometía todo tipo de acceso a aquellas personas de bajos recursos. Tan amplio como angosto, la democratización cubría casi todos los ámbitos de la relación entre el ciudadano y la administración local. Tres temas fuertes sobresalieron, los cuales no tuvieron una conclusión o repercusión clara: el derecho al agua, el transporte público y el crédito.
Ahora, la democratización no es eje, pero sí es un tema fuerte. Petro, por su parte, no entiende por qué las personas le tienen miedo a la palabra. Con un juramento ante notario, quiere, por segunda vez, dar la certeza de que no es sinónimo de expropiación.