Bogotá

No habría honorarios para los concejales de Bogotá que se ausenten en las sesiones

A los cabildantes se les paga $1,5 millones por cada sesión, pero la idea es que solo puedan acceder al pago siempre y cuando asistan como mínimo al 75 % de la misma.

21 de febrero de 2022
Concejo de Bogotá votación  para rescatar el sistema  de Transmilenio llamado por la alcaldía “rescate social”
Luis Ernesto Gómez
Bogota julio 27 del 2021
Foto Guillermo Torres Reina / Semana
Concejo de Bogotá proyecto de rescate del sistema de Transmilenio | Foto: Guillermo Torres

En el marco del debate en el Concejo de Bogotá para modificar el reglamento interno de la corporación luego del fallido y tormentoso trámite del Plan de Ordenamiento Territorial (POT), los concejales de la Alianza Verde Lucía Bastidas, Luis Carlos Leal, Martín Rivera Alzate y Diego Cancino presentaron una proposición que busca condicionar los sueldos de los cabildantes para enfrentar el ausentismo.

Se trata de una proposición aditiva al artículo 111 que habla del pago de los honorarios del concejal. Actualmente, a los concejales del Distrito Capital se les reconoce $1.500.000 por su asistencia a cada sesión plenaria o de comisión permanente, sin especificar tiempo o condiciones de presencialidad.

La propuesta de los cabildantes del Partido Alianza Verde es que, a partir de la aprobación del proyecto, los concejales tengan derecho al reconocimiento de honorarios siempre y cuando participen y asistan a un mínimo del 75 % de cada una de las sesiones.

Con esto, se pretende garantizar el debate a fondo y con la mayor participación y discusión de los proyectos para la ciudad, además de cumplir con el control político que debe hacer el Concejo a los programas y proyectos que planteó la administración en su Plan de Desarrollo, con las exigencias que impone la agenda de ciudad y que hace necesario el trabajo riguroso que vele por el interés de las comunidades.

Esta propuesta toma fuerza en un momento en el que ha aumentado el ausentismo en el Concejo de Bogotá, a pesar de que existe una directriz de la Presidencia de la entidad en la que se establece que es obligatoria la asistencia presencial al Cabildo.

Así mismo, en el Concejo de Bogotá está permitido que los concejales asistan a debates y sesiones en otras comisiones a las que no pertenecen y la modalidad por la que están optando algunos cabildantes es la de registrarse virtualmente a esas sesiones de otras comisiones, pero no participan de las mismas y no hay evidencia de que realmente estén siempre conectados, lo que implicaría que los concejales solamente se están conectado a las sesiones para dejar su registro y posteriormente poder cobrar por la sesión.

La directriz del retorno a actividades presenciales en el Concejo está firmada desde octubre de 2021, pero de momento algunos concejales se siguen registrando a las sesiones desde la virtualidad.

De igual modo, en medio de las elecciones al legislativas, se volvió recurrente que las sesiones del Concejo solamente se hagan en horas de la mañana, por lo que los concejales quedan con el tiempo libre para ir a apoyar a los candidatos al Congreso y a la Presidencia de la República.

Este ausentismo en el Concejo de Bogotá ya había sido denunciado también por el concejal del Polo Democrático Carlos Carillo, quien les pidió a los cabildantes: “Trabajen, vagos”.

“Es vergonzoso con los ciudadanos, no es justo que en un país como Colombia, con las necesidades que tiene, a un político le paguen un millón y medio de pesos por venir a decir presente y se vaya, tengan un poco de respeto por los ciudadanos”, dijo Carrillo en medio de una sesión en el Concejo.

De momento la proposición de los concejales Lucía Bastidas, Luis Carlos Leal, Martín Rivera y Diego Cancino quedó a consideración del Cabildo, pero será hasta el próximo sábado 26 de febrero que la Comisión de Gobierno retome el debate de la modificación del reglamento interno y se proceda a votar los artículos de las ponencias y las proposiciones de los concejales.

De esta manera, tocará esperar el futuro de esta propuesta en el Concejo para ver si prospera o si de lo contrario se hunde como ha ocurrido con propuestas similares en el Congreso de la República, con las que se ha buscado reducir los salarios y vacaciones de los senadores y representantes, pero que no se han podido discutir por falta de quórum.