POLÍTICA
“No puedo estar optimista del destino al que los quiere llevar el presidente Petro”: José Antonio Kast, líder de la derecha chilena
En una entrevista exclusiva con SEMANA, el excandidato presidencial chileno José Antonio Kast criticó al gobierno de Gustavo Petro, habló de la baja popularidad del presidente de su país, Gabriel Boric, de la relación y similitudes entre ambos mandatarios y de la alerta que genera integrar en ese bloque de izquierda a Nicolás Maduro.
SEMANA: ¿Cómo califica las visitas del presidente Gustavo Petro a Chile?
JOSÉ ANTONIO KAST: Una fue formal por la asunción al mando del presidente Boric y otra ya bastante más política en este intento de la izquierda latinoamericana de unir fuerzas frente a distintas situaciones complejas. El presidente Boric hoy está dentro de las más bajas aprobaciones en nuestro país; por lo tanto, requiere algún tipo de refuerzo de otros gobiernos de la izquierda. Los gobiernos de Petro y Boric buscan alguna energía que los pueda llevar de nuevo a tener mejor apreciación ciudadana, pero creo que en Chile ya es tarde.
SEMANA: Cuando el presidente Petro fue a Chile, usted lo criticó por haber pertenecido al M-19. ¿Por qué mencionó ese hecho?
J.K.: Es una realidad. Es un hecho evidente y conocido que él fue miembro del M-19. Habrá distintas instancias de participación, pero, claramente, uno no puede desligar aquel que dice que solo estaba por los ideales de aquellos que estaban por la violencia, era un solo movimiento. Mi referencia de su visita a Chile, precisamente, es porque entre los presidentes de izquierda tratan de potenciar sus figuras. Cuando él va a Chile y alaba la gestión, la fraternidad y las relaciones entre Chile y Colombia, yo digo: no necesitamos que venga un presidente del extranjero a decirles cosas a los chilenos de lo que está ocurriendo. En Chile tenemos muy claro que es un desastre el gobierno de Gabriel Boric por mucho que vayan distintos presidentes a tratar de fortalecer su posición. Por lo tanto, si él va, se expone a la crítica política, y yo lo que he hecho es una crítica política, no personal, sobre hechos que son conocidos por todos.
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SEMANA: ¿Cómo ha visto la gestión del presidente Gustavo Petro en Colombia?
J.K.: Cuando veo que se quiere acelerar una reforma tributaria, cuando veo que se habla de indultar terroristas o delincuentes, cuando veo que se quiere cambiar un sistema de salud para llevarlo a un estado más fuerte, no puedo estar optimista del destino al que los quiere llevar el presidente Petro porque estoy viendo la realidad en Chile. Y, cuando veo sus relaciones con otros presidentes latinoamericanos o las visitas con el dictador Maduro, no puedo augurar nada bueno de esa gestión.
SEMANA: ¿Le preocupa la proliferación de liderazgos de izquierda en América Latina?
J.K.: Claramente, han sido responsables de los dramas humanos de muchas personas que han sido llevadas a la pobreza extrema. Una vez cae el muro de Berlín, el eje se viene a Brasil, donde se crea el Foro de São Paulo dirigido por el actual presidente Lula, quien fue condenado y después liberado por la Corte Suprema de Brasil, con una gran influencia de los Castro. Ellos son responsables de la pobreza de millones de habitantes de Latinoamérica y no se han hecho nunca responsables. Hay una preocupación por lo que ha ocurrido en las últimas elecciones, pero creo que se va a ir revirtiendo en las próximas. Estoy convencido de lo que va a ocurrir en Argentina, lo que puede resultar en Perú y en las próximas elecciones en Chile. Va a retroceder esta especie de marea roja que ha inundado a Latinoamérica momentáneamente.
SEMANA: ¿La izquierda en esos países podría llevar a crisis como la de Cuba o Venezuela?
J.K.: En Chile es más complejo porque también se hizo la elección parlamentaria y en eso se produjo un equilibrio. Por lo tanto, el Gobierno hoy día tiene ciertos límites que no puede sobrepasar y eso nos da tranquilidad. Veo con preocupación la realidad que pueda estar viviendo un país como Colombia, porque tiene la ventaja el presidente Petro de ver el desastre de lo que ha ocurrido en Chile con el presidente Boric y eso, a mi juicio, lo lleva a acelerar los procesos de reforma. El ejemplo de Chile les puede servir a gobernantes de otros países para intentar acelerar los procesos de cambio antes de que la oposición se pueda organizar o la ciudadanía empiece a plantear su malestar con algún tipo de gobierno que trate de impulsar reformas que intenten refundar el país.
SEMANA: Tanto en Colombia como en Chile se habló de un “estallido social”. ¿Qué opina de esas similitudes?
J.K.: Uno puede discutir si la izquierda estuvo en la organización o no de estos distintos estallidos, pero sí los avaló. La similitud es evidente, lo que ocurre en Ecuador, la extrema violencia que se vive en Chile y después la violencia que pudimos ver aquí en Colombia, claramente, tienen una línea de conducción similar. Vimos cómo el dictador Maduro alentaba esta situación. Por eso también nos preocupa este reencuentro que se produce entre un presidente democráticamente electo como Petro con un narcodictador como Maduro, que tiene un vínculo directo con Cuba y Nicaragua.Puede ser riesgoso para la seguridad de los otros países latinoamericanos.
SEMANA: ¿Qué percepción tiene de que tanto Boric como Petro busquen el indulto de miembros de la primera línea?
J.K.: Es la misma línea política que tiene el presidente Boric. Una vez que asume, él dice que va a indultar a todos aquellos que estaban siendo procesados y opta por indultar a 13, dentro de los que hay un terrorista que participó en actos de violencia extrema y delincuentes comunes. El presidente Petro, en alguna medida, buscará acelerar los procesos antes de que la ciudadanía vea lo que está pasando en Chile y eso se pueda ir replicando acá.
SEMANA: ¿Cómo califica la gestión de Gabriel Boric en su país?
J.K.: Una mala gestión. Podría haber avanzado en distintos temas, pero cambió el eje de su gobierno y se enfocó en ser el líder de lo que fue una propuesta de nueva constitución, la refundación de Chile desde el punto de vista de la izquierda más radical. Sufrió un rechazo muy grande de la ciudadanía, de más de 8 millones de personas. Empieza a sufrir una rápida caída. Se ha transformado en el presidente que más rápido ha caído en la adhesión ciudadana en el primer año. Hoy está con una apreciación ciudadana cercana al 26 por ciento de los votos.
SEMANA: ¿Cree que no se necesitaba una nueva constituyente en Chile?
J.K.: Soy contrario a un proceso constituyente, no a que se le puedan realizar modificaciones a la Constitución. La actual, del año 1980, ha tenido más de 200 modificaciones, se reescribió casi por completo y cuenta con la firma del presidente Ricardo Lagos, que fue electo en democracia. Por lo tanto, se puede reflexionar sobre esa Constitución, pero no se requiere una refundación en Chile.
SEMANA: ¿Cuál es hoy el principal problema de Chile?
J.K.: La falta de seguridad. Hoy día está absolutamente descontrolada la migración ilegal, el narcotráfico, las organizaciones criminales. Algo que estaba situado en una zona en el sur de Chile, donde teníamos terrorismo duro, ahora se traslada a las periferias de las grandes ciudades y, sobre todo, a la zona norte. La ciudadanía le exige al presidente que se decrete un estado de excepción para frenar el ingreso de nuevas personas y que se haga un control migratorio. El segundo problema es en torno a la economía, requeríamos un Gobierno que actuara con fuerza en el crecimiento y el emprendimiento.
SEMANA: ¿Volverá a aspirar a la presidencia?
J.K.: Si Dios me da vida y salud, y las condiciones se dan, a mí me encantaría ir a una nueva postulación presidencial. Cada día hacemos el mayor esfuerzo por coordinar todo lo que es nuestra estructura de recorrer Chile, de llegar a más personas con nuestro mensaje, y, si eso lleva a la posibilidad de que yo vuelva a ser candidato presidencial, lo voy a hacer de todas maneras, pero no depende de mí. Soy militante de un partido, de una organización con base en el trabajo en equipo, no individual, y, si esas condiciones se dan, yo estaría encantado de ir de nuevo a la elección presidencial en el año 2025.