Nación
“No se pueden ir de aquí hasta que saquemos al Ejército”: la instrucción de una supuesta líder a comunidades en Tierralta, Córdoba. Sigue la polémica
SEMANA estuvo en la vereda Bocas del Manso y presenció cómo una mujer bogotana, que dice ser la presidenta de una organización llamada Acopsityma, dirigía y organizaba a campesinos e indígenas antes de la llegada de la comisión que investiga los hechos.
Todo apunta a que en realidad fue un montaje lo ocurrido el pasado 11 de septiembre, cuando un grupo de hombres militares disfrazados de disidentes de las Farc irrumpió en la vereda Bocas del Manso, en Tierralta, Córdoba, y amenazó a sus habitantes. Una de las claves estaría en una supuesta asociación campesina cuya presidenta curiosamente es una mujer de Bogotá y cuyas instrucciones eran seguidas por los pobladores al pie de la letra.
SEMANA estuvo en Tierralta poco después del escándalo y pudo constatar que la mujer, llamada Mónica Avendaño, mandaba la parada. Se presentó en ese momento como la presidenta de la Asociación de Comunidades del Parque Paramillo, Sinú, Tigre y Manso, Acopsityma. Al parecer la única intención era sacar a los militares de la zona.
Era ella quien dirigía y organizaba a los campesinos e indígenas del lugar poco antes del arribo de la comisión de la Fiscalía y la Procuraduría que investiga lo ocurrido. A la zona llegó un equipo periodístico de SEMANA que viajó hasta la recóndita vereda para escuchar los testimonios de quienes presenciaron cómo estos hombres intimidaron con fusiles a campesinos e indígenas.
Todos los entrevistados coincidieron en afirmar, como si se tratara de un guion, que sabían desde el principio que se trataba de militares y que lo único que quieren es que las tropas del Ejército se retiren de la zona.
Lo más leído
En ese momento SEMANA pudo conversar con la mujer, quien nos contó que llegó a vivir a Tierralta durante la pandemia del covid-19 junto a su esposo, un habitante de la región a quien conoció en Bogotá.
Mientras SEMANA se encontraba en el sitio, miembros del Ejército llegaron para hacer la avanzada que tenía como fin garantizar la seguridad de los investigadores en la zona, pues el día anterior esa misma comisión que viajaba en helicóptero había sido atacada desde tierra. El teniente Sebastián Rodríguez, del batallón de Fuerzas Especiales urbanas n.° 7, adscrito a la Séptima División del Ejército, era el encargando del operativo y se dirigió a la mujer, a quien los habitantes de la vereda presentaron como su líder.
“Venimos a garantizar la seguridad de la comisión inspectora que viene para verificar los hechos que acontecieron acá. Doña Mónica, queremos que usted nos facilite poder organizar la seguridad perimétrica y pasar una unidad al otro lado del río”, indicó el Teniente Rodríguez.
La mujer organizó a los habitantes de la vereda para la llegada de la comisión. “Nosotros tenemos que darles el permiso como comunidades para que ellos pasen allá, pero la idea de nosotros como líderes es la siguiente, que se pase un grupo de la Guardia Indígena y un grupo de campesinos y estén como veedores de lo que ellos están haciendo allá, porque apenas levanten el helicóptero y se vayan los funcionarios ellos tienen que retirar al personal que metieron allá. Eso simplemente es por seguridad”, indicó.
“Todo el trabajo que nosotros los líderes estamos haciendo no se llevaría a cabo si no hay organización, les estoy pidiendo organización, estoy pidiendo un grupo de la Guardia Indígena que se organice aquí en este momento y un grupo de campesinos, llegó el momento de que todo el mundo colabore, las sillas en algún momento las vamos a utilizar cualquier cantidad de tiempo, todos estamos cansados, pero vinimos a un propósito y vinimos fue a trabajar”, insistió la mujer.
El equipo de SEMANA pudo observar cómo todos los habitantes de la vereda y de caseríos aledaños que habían llegado hasta allí ese día seguían sin ningún reparo todas las indicaciones de Avendaño. Una vez se retiró la comisión investigadora, la mujer lanzó una advertencia que llamó la atención de SEMANA.
“Nadie se puede ir de aquí. No se pueden ir de aquí hasta que saquemos al Ejército, todos estamos cansados, pero vinimos con un propósito”, sentenció la mujer.
En efecto, esa noche habitantes de veredas vecinas a Bocas del Manso permanecieron en el lugar. El equipo de SEMANA pernoctó en el espacio que fue adecuado por la comunidad en la escuela del caserío y a primera hora de la mañana se le pidió abandonar la vereda ante la mirada atenta de sus líderes.
El hecho toma relevancia ahora que las investigaciones, respecto a la motivación que habrían tenido los militares para ingresar a la vereda disfrazados de disidentes, dieron un giro de 180 grados. SEMANA conoció varios audios en los que se refleja la forma en que los habitantes de la zona se estarían poniendo de acuerdo para realizar lo que al parecer resultó ser un montaje.
En los audios quedó registrado como un líder de la zona, quien está siendo identificado por las autoridades, da instrucciones precisas a un grupo de pobladores para unificar versiones, atacar al Ejército Nacional y denigrar las acciones que estaban haciendo en la zona. El objetivo era, al parecer, exagerar lo ocurrido para señalar a los militares de amedrentar a la comunidad y abusar de la fuerza.
“El Ejército estuvo en mi casa, yo no voy a dar la mejor referencia del Ejército. Yo que voy a decir, es que se metieron en mi casa, me dañaron la puerta, y a pesar [de] que tenía una chapa y un candado, hicieron y rebuscaron sin una previa orden. Todo eso, uno tiene que ir analizando”, señala el líder.
En el largo de sus instrucciones indica la necesidad de dar todos los detalles para que quedara en el aire que ellos eran víctimas de amenazas constantes. “También llegaron a mi casa, me estropearon a los trabajadores, alguna cosa, y dijeron que nosotros hacíamos parte de tales. Todas esas cosas. Las estigmatizaciones hoy cuentan”.
En el audio, el líder reconoce una y otra vez la necesidad de exagerar absolutamente todo, unificar la narrativa de abuso a la comunidad y entregar acciones que, al parecer, no corresponden del todo a la realidad. “Todas esas narraciones de los hechos que hemos tenido de dos años para acá ustedes piensan hacerlo allá”.
Mientras se escuchan voces de respaldo a su lado, el líder indica claramente que el punto máximo es el 11 de septiembre. Ese día se pondrá en marcha el plan que él mismo denominó “la gota que rebasa la copa”. Por lo que pide una y otra vez ayuda de las personas que están ahí para que difundan la narrativa.
“Nosotros estamos alrededor, así no estemos, muchachos, así no estemos”. Con un tufillo de burla, asegura que toca aplicar lo que se conoce como “inteligencia indígena”. En este momento interviene otra persona que da instrucciones sobre la forma en que se deben ubicar ese día. El líder toma nuevamente la palabra y asegura, esta vez sin dudas, que deben inventar parte de la historia, puesto que él dirá algo “así no haya pasado”.
Estos audios, según pudo establecer SEMANA, ya son analizados por inteligencia militar y las comisiones de la Fiscalía y la Procuraduría General.
Nos están estigmatizando y revictimizando
Luego de las revelaciones sobre el posible montaje, la Asociación de comunidades del parque Paramillo, Sinú, Tigre y Manso, Acopsityma y otra asociación llamada Asociación campesina de los Ríos Sinú y Río Verde Asocarisve, emitieron un comunicado en el que lo desmienten.
“Vemos con preocupación la estigmatización y revictimización que reciben las comunidades campesinas e indígenas del alto Sinú, las cuales fueron víctimas de la infracción del Derecho Internacional Humanitario por parte del Ejército Nacional, el 11 de septiembre 2023 en la vereda Bocas del Manso, y que hoy se encuentran en desplazamiento masivo en el parque Santiago Canabal, municipio de Tierralta”, dice el comunicado.
Las asociaciones señalan que “la presencia de grupos legales e ilegales en estos territorios es responsabilidad del Gobierno nacional, no de las comunidades” y aseguran que “es grave afirmar que todo ha sido un montaje, libreteado entre líderes, comunidades, AGC y Ejército, que utilicen un informe con el propósito de deslegitimar el desplazamiento, para no garantizar los derechos vulnerados de las comunidades afectadas, confirma una vez más que seguiremos siendo víctimas del mismo Estado”.
Así mismo, los líderes campesinos anuncian que “no permitiremos más atropellos y tomaremos acciones legales para garantizar los derechos colectivos de líderes, campesinos e indígenas”.