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No solo es Álvaro Uribe, estos son los otros expresidentes colombianos que también han enfrentado procesos judiciales
Uribe Vélez sería el primero en ir a juicio, tras la decisión del Tribunal Superior de Bogotá.
El caso del expresidente Álvaro Uribe ha centrado la mirada en lo que vendrá en su proceso judicial. Este viernes, 6 de octubre, la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá dejó en firme la decisión que tomó la jueza 41 de conocimiento de Bogotá al rechazar la petición de precluir la investigación contra el exmandatario por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal.
“Los elementos materiales de prueba no permiten concluir con el nivel de conocimiento suficiente que el hecho investigado es atípico. Sin tal claridad, no es posible revocar la decisión de primer grado”, determinó el alto tribunal.
Así como Uribe ha tenido que enfrentar un largo proceso ante la Justicia con varios ires y venires, el exmandatario no ha sido el único que ha atravesado una situación de estas. En su momento, otros expresidentes también le pusieron la cara a sus problemas judiciales, generando para la época escándalos y coberturas mediáticas de gran alcance, que ocuparon no solo las portadas nacionales sino también internacionales.
En ese largo y complejo camino judicial a los que estuvieron sometidos, que los llevaron a dar explicaciones y presentar pruebas de todo tipo, Gustavo Rojas Pinilla y Ernesto Samper hacen parte de esa lista de líderes políticos que debieron enfrentarse al sistema judicial, pero sin acudir a escuchar la decisión de un juez, pues fueron más juicios políticos.
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Cuando el presidente Lleras abrió juicio contra Rojas Pinilla
Este es uno de los casos que marcó a Colombia durante la presidencia de Alberto Lleras Camargo en 1958, cuando el mandatario decidió abrir juicio contra el general Gustavo Rojas Pinilla, quien gobernó el país entre 153 a 1957, durante una de las épocas más difíciles que vivieron los colombianos debido a la guerra bipartidista que se presentó en años anteriores.
Rojas Pinilla hizo un golpe de Estado para deponer el Gobierno del conservador Laureano Gómez, quien tras tres años de gestión impopular y varios años de violencia política anterior, generó una desazón entre la sociedad a la vez que un enfrentamiento con los liberales.
Luego de cuatro años en el poder, Rojas Pinilla renunció debido a las presiones generadas por un paro nacional, obligándolo a exiliarse en España. Para cuando Lleras Camargo llegó al poder en 1958 y con el Frente Nacional ya instaurado, el presidente decidió que el general debía responder por varias violaciones a derechos humanos y la manera como se hizo frente a la forma para dirimir las disputas entre liberales y conservadores.
En medio de los seguidores y detractores de Rojas Pinilla, el general no tuvo reparos en acudir al juicio y el llamado ante el Senado de la República para responder por aquellas acusaciones de malas acciones y conductas durante su periodo como gobernante.
El juicio acabó en el siguiente año, cuando a pesar de no ser privado de la libertad, perdió sus derechos políticos. Para los años 70 volvió al mundo político con la creación de su partido Alianza Nacional Popular (Anapo), debido a que le revocaron la condena.
El famoso proceso 8.000: Ernesto Samper en la palestra pública
Muchos colombianos no dejan pasar por alto el más escandaloso caso de corrupción y entrada de dineros del narcotráfico a una de las campañas presidenciales que hasta el día de hoy ha dado de qué hablar con la famosa frase: “Todo fue a mis espaldas”.
El expresidente Ernesto Samper es una de las figuras públicas a la que siempre se le recuerda su enturbiado pasado con el famoso proceso 8.000.
Era 1994 y para ese entonces Samper figuraba como el gran favorito para ganar las elecciones presidenciales frente a su gran contendor del partido Conservador, Andrés Pastrana, quien se encargó de revelarle a los colombianos cómo el cartel de Cali financió la campaña presidencial de Samper.
Un escándalo de grandes proporciones en un año en el que Colombia estaba sumida en una ola de violencia rampante, con una fracasada política de lucha contra las drogas y la mirada de Estados Unidos y la comunidad internacional puestas en el mandatario, por lo que acontecía con este proceso.
Pastrana acusó a Samper de haber recibido alrededor de 3,7 millones de dólares del narcotráfico para su campaña. La prueba reina: casetes con conversaciones entre miembros de la campaña del presidente liberal con narcotraficantes que discutían el ingreso del dinero girado.
Este caso acaparó por todo el mandato de Samper su imagen, llegando a ser el primer presidente de Colombia al que se le negaba la entrada a Estados Unidos y sin visa, hasta el día de hoy.
“Todo ocurrió a mis espaldas”
Con toda la evidencia, el fiscal general Alfonso Valdivieso Sarmiento decidió abrir una investigación y fueron llamados a indagatoria varios integrantes de la campaña presidencial, quienes bajo juramento admitieron su responsabilidad y acusaron al jefe de Estado, quien hasta el último momento de su gobierno aseguraba que él no conocía de esto y “todo ocurrió a mis espaldas”.
El caso fue precluido y no llegó a juicio ante el Congreso. Pero hasta el día de hoy es un recuerdo latente del mayor caso en el que ha estado implicado un mandatario.
Recientemente, Samper renunció al Partido Liberal con una carta ante esa colectividad roja que lo llevó a la Casa de Nariño entre 1994 y 1998, en uno de los períodos más convulsos de la historia del país por la guerra contra el narcotráfico.
Sin embargo, integrantes de esta colectividad aseguraron que esa carta de renuncia no tiene sentido porque Samper dejó de ser partes desde que se destapó en Colombia el escándalo del proceso 8.000.
“¿Qué Samper renunció al partido? Pero si hace 30 años no hace parte del Partido Liberal”, dijeron legisladores liberales en los pasillos del Congreso.