NACIÓN
“No tengamos miedo”: el mensaje de dos jóvenes agredidas tras responder piropos ofensivos
Dallán Arévalo y Lena Aranda fueron golpeadas por dos hombres mientras se encontraban haciendo ejercicios. SEMANA habló con ellas.
Como de costumbre, Dallán Arévalo y Lena Aranda, dos jóvenes amigas que viven en Bogotá, salieron el pasado sábado 26 de septiembre a las ocho de la mañana a hacer ejercicio en una ruta que recorren casi todos los días, por los alrededores de la carrera novena con calle 74, en el sector de Chapinero. Sin embargo, su rutina deportiva fue interrumpida por dos hombres de una empresa de mensajería que estaban descargando mercancía y lanzaron en su contra comentarios ofensivos y subidos de tono: “Así me gusta”, fue uno de los ‘piropos’ que recibieron las jóvenes.
SEMANA habló con las víctimas de este acoso callejero, quienes manifestaron que en ese momento, Lena se devolvió al lugar donde se encontraba uno de los trabajadores a reclamarle por el comentario ofensivo. “¿Qué fue lo que me dijo?”, le preguntó. Uno de ellos negó que hubiera dicho algo subido de tono y entonces ella respondió: “Claro, ahora sí muy varoncito, no es capaz de decirme lo que me dijo hace un momento”.
“Yo traté de mantenerme distante, pero en ese momento, cuando ella empezó a enfrentarse a este tipo, el otro señor que estaba ahí también se sube al camión y nos saca un cuchillo", explicó Dallán Arévalo. "Ahí sí me acerco a discutirle. Mientras tanto, el señor nos empezó a insultar y a decirnos los típicos comentarios que dicen los hombres cuando uno les reclama un piropo”.
Así mismo, relataron cómo uno de los hombres comenzó a lanzar puños hacia ellas. Finalmente, los hombres habrían terminado agrediéndolas físicamente con palos. “El hombre que nos había amenazado con cuchillo sale corriendo y me pega dos palazos en la pierna y en el glúteo. Yo quedo totalmente inmovilizada y pierdo el aire", relató Dallán. “Cuando subo la mirada y reacciono, el tipo le estaba pegando palazos a Lena y yo me tiro sobre él. Ahí llega más gente a ayudarnos. Si no fuera por esa colaboración, esta no sería la historia”.
Por su parte, Lena Aranda le dijo a SEMANA que en el momento no sintió los golpes que le había propinado el hombre. Sin embargo, tuvo graves lesiones y fue incapacitada por 15 días, al igual que su amiga. Así mismo, añadió que pusieron la respectiva denuncia y lamentó que este tipo de comentarios se consideren como libre expresión: “Eso es agresión y son cosas muy distintas. Además, yo no creo que esto solo les pase a algunas, esto es del ciento por ciento de las mujeres que salimos a las calles y nos encontramos con hombres que nos insultan y emiten una opinión agresiva”.
Arévalo hizo también un llamado a las mujeres: “No tengamos miedo de salir solas, ni de defendernos. A mí me enseñaron que tenía que quedarme callada y que no tenía que responder a esos piropos porque me pueden hacer algo malo. Hoy, por esta situación, entiendo que si me sigo callando, muchas mujeres se van a seguir callando; que si sigo ocultando el dolor y la desesperanza que nos produce esta situación, muchas se van a callar”. En ese sentido, insistió en que “no debemos tener miedo de decir qué no nos gusta: no nos gusta que nos miren y nos hablen de esa manera porque nos sentimos inseguras”.
Vale mencionar que actualmente en la Cámara de Representantes se discute una iniciativa de la representante Katherine Miranda, que cuenta con el apoyo de otras 14 congresistas de la bancada de mujeres que busca añadir al Código Penal la conducta de “acoso sexual en espacio público o semipúblico” en el país.
En su artículo segundo, el proyecto propone esta definición de la conducta: “El que sin mediar consentimiento, acose, asedie física o verbalmente, realice exhibicionismo, tocamientos, filmaciones o cualquier otra conducta de connotación sexual inequívoca o contenido sexual explícito en espacio público o de acceso público incurrirá en una prisión de dos a cuatro años, siempre que la conducta no constituya por sí misma otro delito”.
En la justificación, esta iniciativa explica que el acoso se trata de “una forma de violencia cotidiana que afecta de manera particular a las mujeres” y que “se expresa en palabras, sonidos, frases que las menoscaban, roces o contactos corporales y abuso físico” con efectos negativos en la seguridad que sienten ellas en el espacio público.