Dolor
¡No todo vale!: las otras historias crueles que deja el paro
Los desmanes y los bloqueos producidos por el paro nacional han dejado escenas desoladoras y muestran también una enorme falta de humanidad. Ambos lados de la confrontación deberían rechazar estos hechos.
El oxígeno que se agota
La angustia por la cuenta regresiva en la que tenía a 220 pacientes impulsó a Víctor Castillo, director de la Fundación Cardiovascular, en Floridablanca, Santander, a grabar el primer video viral de su vida. “Quiero hacer un llamado angustioso a los promotores del paro nacional para que permitan que los camiones, los carrotanques con oxígeno, puedan llevar este líquido vital a los diferentes hospitales del país”, dijo.
La Cruz Roja ayudó a solucionar este drama, y acompañó en una caravana el oxígeno desde la planta de Tocancipá hasta los hospitales. En todo caso, el clamor del doctor Castillo recoge la tragedia que han vivido las misiones médicas estos días. Según la alcaldesa Claudia López, durante la noche en que se vandalizaron los CAI, las ambulancias no pudieron pasar por los bloqueos. La Policía tuvo que enviar helicópteros para atender heridos. Bogotá suspendió ese día la vacunación y las pruebas covid.
EL bebé que no alcanzó a nacer
Los bloqueos no dejaron pasar una ambulancia con una mujer a punto de dar a luz. El parto era complejo y, por eso, los médicos habían decidido remitirla desde Chocontá hacia Bogotá. El vehículo quedó atrapado en los bloqueos de la carretera. Fuera de detenerlo, los manifestantes lo atacaron con palos y piedras, rompieron los vidrios e intentaron abrir la puerta. En medio de este caos, la mujer tuvo al bebé en el interior de la ambulancia, pero este murió tras no contar con lo necesario para su atención médica.
Los millones de pollitos que mueren de hambre
Detrás de la imagen de centenares de pollitos regados en la carretera, hay una inminente mortandad. Según Fenavi, en los galpones tienen 60 millones de aves que no han podido ser alimentadas, pues el concentrado no puede llegar por los bloqueos. Por eso, los empresarios salieron a las calles a regalarlas. Muchos colombianos se armaron de cajas para recoger la mayoría de animalitos y llevarlos a sus viviendas.
De acuerdo con Luis Fernando Tascón, gerente de Huevos Santa Anita, “la situación es completamente caótica en el Valle”. El empresario ha hecho un llamado urgente para que los dejen pasar los alimentos, “pues se trata de seres vivos”. Según Tascón, si esto no ocurre, “el país entero va a empezar a sufrir el desabastecimiento”.
¡Urgente, mujer en trabajo de parto!
Los trabajadores del Hospital de Suesca tuvieron que sacar todo su ingenio para salvar a una mamá gestante. Empapelaron la ambulancia con carteles para implorarles a quienes bloqueaban la vía que los dejaran pasar. Gracias a los conmovedores letreros, los manifestantes le abrieron la vía. “¡Urgente, mujer en trabajo de parto!”, decía uno de estos. “Soy Isabella, estoy por nacer, dejen pasar a mi mamá”, agregaba el otro.
La mujer alcanzó a llegar para ser atendida en Bogotá, pero Suesca vive otra tragedia: la ambulancia está retenida en los bloqueos y no pudo volver ese día al pueblo. Era el único vehículo con el que contaban.
Cali necesitó de un corredor humanitario
El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, fue uno de los primeros mandatarios en lanzar una alerta urgente. “Caleños y caleñas: estamos ante una situación verdaderamente dramática y difícil. Estamos ante la carencia total de alimento para nuestros niños y niñas, de medicamentos para nuestros enfermos, de atención para nuestros ancianos, de espacio de vida para nuestras mujeres”, dijo. Los bloqueos tenían en jaque a la ciudad, que tuvo que abrir un corredor humanitario para poder pasar los medicamentos, los alimentos y la gasolina.
El clamor de los pacientes renales y de cáncer
Los médicos lanzaron un grito de auxilio. Por los bloqueos, tratamientos vitales, como las quimioterapias y diálisis, están suspendidos. La Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC) advirtió que 111 toneladas de insumos médicos estaban represados en carreteras del Valle del Cauca, y 530, en los centros de distribución en Cali.
“La gravedad en la interrupción de las terapias para pacientes con diálisis puede poner en riesgo a quienes sufren esta enfermedad, ya que al no suplir las funciones de sus riñones pueden fallecer en un periodo corto de tiempo”, advirtió César Restrepo Valencia, presidente de la Asociación Colombiana de Nefrología.
“Destruyeron en 15 minutos todo”
Eran las 7:30 de la noche del miércoles. En las calles de Cali reinaba el caos y el vandalismo. A El Templo de la Moda ubicado en el barrio Jorge Isaac llegaron 60 asaltantes. Llevaban machetes, varillas, cuchillos y palos con los que violaron las rejas que protegían los ventanales. “En solo 15 minutos destruyeron una tienda que armamos en un mes”, señaló Marcela Osorio, jefe de Mercadeo de esta compañía, que ya lleva 18 años en el mercado de las confecciones.
Cuatro de los almacenes fueron saqueados en distintos puntos de la ciudad. En el del barrio Siloé no quedó una sola prenda. Las pérdidas de la empresa, que emplea cerca de 1.000 trabajadores, superan los 1.500 millones de pesos, en un momento en el que apenas empezaban a recuperarse del golpe recibido en 2020 por la pandemia. Su caso es apenas uno de tantos, sufrido por comerciantes honestos que lo han perdido todo en medio del vandalismo.
La turba y los marranos
Por más de seis horas, una agroporcícola en Puerto Tejada, Cauca, vivió una batalla campal. Centenares de personas llegaron a saquear el lugar y se llevaron casi todo. Arrastrados por el piso se robaron casi 3.000 marranos, algunos tan enormes que tuvieron que ser empujados de las patas por varios.
Las imágenes del video se volvieron virales. Con el pasar del tiempo, llegó más y más gente, y los 16 trabajadores quedaron impávidos e impotentes. “Esta situación es desesperante. Tenemos miedo de estar aquí”, dijo uno de ellos en redes sociales. Apenas lograron proteger un gallinero y temen que vuelvan por esos animales. La policía intentó recuperar los cerdos, y en redes también quedó registrado como señoras, jóvenes y ancianos cargaban como podían en motos y bicicletas los marranitos, aunque algunos fueron devueltos por las autoridades.