Judicial
Ñoño Elías, condenado por el caso Odebrecht, fue trasladado a una guarnición militar en Sucre, donde queda maquinaria política
El exsenador del Partido de la U cumple dos condenas por recibir sobornos para beneficiar a la multinacional brasileña. Las críticas se dispararon, pues es un hecho que aun tras las rejas, estando en su departamento, puede hacer campaña y apoyar candidatos.
El exsenador Bernardo Miguel Elías Vidal, más conocido como el Ñoño, fue trasladado a la guarnición militar ubicada en el Batallón de Infantería de Corozal (Sucre) para que siga pagando sus dos condenas, por su responsabilidad directa en el recibimiento de sobornos para beneficiar a la multinacional brasileña Odebrecht con millonarios contratos de infraestructura.
El Ñoño, quien reconoció ante la Corte Suprema de Justicia su participación en estos casos de corrupción, fue trasladado desde una guarnición militar, en Bogotá, hasta el departamento de Sucre, en un vuelo comercial y con la compañía de pocos agentes del Instituto Penitenciario y Carcelario (Inpec).
Esto tras considerar que cumplía con los requisitos necesarios para recibir este beneficio judicial. La defensa del excongresista alegó arraigo familiar, buena conducta dentro del centro carcelario, el cumplimiento de su compromiso para colaborar con las autoridades judiciales, testificando en varios procesos penales relacionados por este caso de corrupción, así como labores de estudio, trabajo y resocialización.
Elías fue capturado en agosto de 2017 por orden de la Corte Suprema de Justicia. Pese a que en ese momento se declaró inocente ante los magistrados pocos meses después, es un hecho sin precedentes, reconoció su responsabilidad en los delitos de tráfico de influencias y cohecho (entrega de sobornos) en la carta que envió desde la cárcel La Picota, en la que pedía una sentencia anticipada.
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De esta forma, en marzo de 2018 fue condenado a seis años y ocho meses de prisión. El exsenador del partido de La U manifestó su intención de seguir colaborando con las autoridades judiciales para esclarecer este hecho de corrupción.
En agosto de 2021, cuando ya había prendido el ventilador y vinculado a otras personas que tenían relación con los sobornos enviados por Odebrecht para beneficiarse con contratos viales en el país, incluido el expresidente Juan Manuel Santos, Elías recibió su segunda sentencia: ocho años y cuatro meses de prisión.
En esta oportunidad fue condenado por los delitos de concierto para delinquir agravado y lavado de activos, los cuales también había reconocido. En esa oportunidad se le impuso una multa de 13.600 millones de pesos.
Haciendo parte de la Comisión Tercera del Senado –encargada de debatir los asuntos relacionados con los proyectos de presupuesto de rentas y gastos de la Nación- el ‘Ñoño’ movió todas sus influencias con la única finalidad que se avalaran las pretensiones de Odebrecht, para seguir siendo beneficiada con millonarios contratos.
Después de la entrega de 2009 del proyecto de la Ruta del Sol II, la multinacional brasileña buscaba que se le otorgara la adición de una importante obra. Sin embargo, para no adelantará una licitación pública se presentó la figura del “otrosí”, es decir, que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) debía darle el visto bueno.
Ahí apareció Elías quien, tras recibir cuatro mil millones que hacían parte del soborno de la multinacional, contactó a las personas encargadas de la celebración del mencionado contrato. “(…) tras haber obtenido los resultados de su primera gestión a favor de Odebrecht relativa a la firma del contrato de estabilidad jurídica, el exsenador Elías Vidal prosiguió en la ejecución común de actividades delictivas a favor de la organización”.
Para evitar llamar la atención se utilizaron a empresas con sede en Panamá para la transferencia y triangulación del dinero. Elías contactó al exsenador Otto Nicolás Bula y al empresario Federico Gaviria con el fin de facilitar la entrega del contrato de manera directa a Odebrecht para la construcción del corredor vial Ocaña-Gamarra.
En su aceptación de cargos, el congresista oriundo de Sahagún (Córdoba) pidió excusas por sus actos y reconoció que defraudó a sus seres queridos. “No que queda mucho por decir, sino pedirle inmenso perdón al país por esta actuación que manchó para siempre mi nombre y el de mi familia. Si estoy arrepentido de todo esto que se hizo. Estoy pagando, me estoy poniendo al día con la sociedad por haberle fallado a mi país. Me queda decir que no volveré a cometer estos actos”.