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Hombres en moto asesinaron a cuatro personas en Amazonas. | Foto: Getty Images/iStockphoto

MASACRE

Nueva masacre en Colombia: a tiros asesinaron a cuatro personas en Amazonas

Dos sujetos en una moto abrieron fuego indiscriminadamente contra las víctimas que se encontraban en un establecimiento comercial.

29 de noviembre de 2022

Una nueva masacre se registró en Colombia en la noche del lunes 28 de noviembre, y con esta, son 91 las que se han perpetrado en el país en lo que va corrido del año, de acuerdo con cifras de Indepaz.

Según la organización, cuatro personas fueron asesinadas mientras se encontraban en un establecimiento comercial departiendo. Todo parece indicar que dos individuos que se movilizaban en una motocicleta llegaron hasta el lugar y abrieron fuego indiscriminadamente contra las víctimas.

Tres de las cuatro víctimas ya fueron identificadas; se trata de Leonardo Alexander Monero Manuares, Antonio Manuares y Khan Carlos Valderrama. El cuarto nombre todavía no ha sido entregado por las autoridades.

Indepaz recordó además una alerta emitida por la Defensoría del Pueblo que advertía sobre el aumento de homicidios y muertes violentas en el departamento del Amazonas.

De acuerdo con la entidad, las muertes estarían relacionadas con dinámicas de economías ilegales, aunque también se dice que tienen que ver con dispositivos de control por parte de los grupos armados ilegales que estarían amenazando a líderes y autoridades étnicas de la región.

“La situación es especialmente gravosa en Leticia por la dinámica de violencia de su vecino municipio de Tabatinga en el Brasil”, dijo Indepaz en su comunicado.

En esta zona actúan los grupos armados ilegales Comandos de la Frontera, Frente Carolina Ramírez y otras bandas que estarían relacionadas con la influencia de grupos ilegales brasileños.

Además de las masacres, vale la pena recordar que Indepaz informó que, en lo que va corrido del año, se han asesinado a 171 líderes sociales.

El último asesinato se registró el pasado fin de semana en Tibú, Norte de Santander, donde fue asesinado Nicodemus Luna Mosquera, líder de la Unión Sindical Obrera del municipio.

Por otra parte, Indepaz informó que, en lo que va corrido del año, se han reportado 90 masacres, 28 de ellas desde que se dio el cambio de gobierno en agosto.

Igualmente, se registra que de los líderes asesinados, 36 eran firmantes del acuerdo de paz con las Farc.

Perfil de los asesinados

El perfil de los líderes sociales asesinados durante 2022 es calcado. La mayoría son personas de escasos recursos económicos, habitantes de zonas rurales donde ejercen labores como presidentes de juntas de acción comunal, representantes de organizaciones sociales, coordinadores de proyectos sociales o miembros de cabildos indígenas, así como de comunidades afrodescendientes.

Por ejemplo, Carlos Andrés Posada, a quien asesinaron el pasado 14 de noviembre en la vereda Mandarinos, zona rural de Ituango, se desempeñaba como presidente de la Junta de Acción Comunal y, aunque salió desplazado por amenazas de muerte, en julio de 2021 regresó con cuatro mil personas, todas víctimas del conflicto armado, a quienes lideraba en el proceso de retorno a sus territorios.

También adelantaba proyectos productivos y de infraestructura para su comunidad, pero todo eso quedó paralizado cuando el 14 de noviembre hombres armados entraron hasta la sala de su casa y lo atacaron con ametralladoras a quemarropa. La muerte de Carlos Andrés originó un nuevo desplazamiento en ese municipio antioqueño. Y tal parece que en esta escalada violenta, los líderes sociales no están a salvo ni en sus casas.

A Francisco Sarco Pipicay y Carlito Urágama Cano, miembros de la guardia indígena de la comunidad emberá Playa Bonita de Quibdó, Chocó, los asesinaron el 11 de noviembre también en la sala de su casa. Los comuneros compartían vivienda. Los hombres armados llegaron en la madrugada, balearon la puerta, entraron, hicieron arrodillar a Francisco y Carlito, luego les dispararon en frente de sus familiares. En las indagaciones preliminares de las autoridades reposa en el acta que “nadie vio, ni escuchó nada”.