¿Por qué el renacer del Nuevo Liberalismo patea el tablero electoral del 2022?

Gloria Pachón saca de las intimidades del cuarto de su casa, ubicada a las afueras de Bogotá, un folleto del Nuevo Liberalismo con el rostro en la portada de Luis Carlos Galán, su esposo. Ojea las más de 20 páginas y concluye que la historia del partido político que revivió la Corte Constitucional este jueves, y que nació como rebeldía al oficialismo liberal en 1979, no ha pasado de moda. “Preguntas y respuestas. Para llevar a todas partes”, dice el cuadernillo de bolsillo, amarillo por el paso de los años.

Era de su esposo, la única edición que logró conservar tras más de 30 años. Ahí, entre más de 50 preguntas y respuestas, que se expendieron a 20 pesos en su momento, están consignados gran parte de los estatutos que le darán vida a la colectividad en los próximos días.“Desde hace muchas noches estábamos esperando una buena noticia”, le dijo Gloria a SEMANA, mientras desempolva otra de sus reliquias: la credencial n.º 001 del Nuevo Liberalismo perteneciente a Luis Carlos Galán, ilustrada con la fotografía del jefe político y su firma. “Siempre adelante, ni un paso atrás y lo que fuere menester que sea”, se lee.

Desde que se oficializó la decisión de la Corte, Gloria y los hermanos Galán, sus hijos, no han conciliado el sueño. Tienen claro que cargan el peso de una responsabilidad que no es menor: conformar un partido ad portas de una campaña electoral, inscribir candidatos al Congreso y jugar con vistas a las presidenciales, en medio de un entorno en el que la opinión pública parece cansada de los extremos. De hecho, el Nuevo Liberalismo surge como una colectividad de renovación, libre de cuestionamientos y con el sello de un político colombiano que, después de 32 años de asesinado, sigue convertido en una marca con peso electoral.

El resurgimiento del partido motivó la aparición de figuras que acompañaron a Luis Carlos Galán en su lucha por hacerse a un lado del oficialismo del trapo rojo. Todos quieren formar parte del renacimiento del movimiento y tienen las puertas abiertas. Los miembros de la familia Galán, quienes dieron una lucha política y judicial durante tres años para revivir el partido, esperan la notificación del fallo de la Corte Constitucional; diez días después recibirán el acto administrativo del Consejo Nacional Electoral. Ahí ya tendrán los estatutos, la estructura y su logo, que no usará el rostro de Galán, pues legalmente no está permitido.Después relanzarán el partido político.

SEMANA conoció que será en Soacha, Cundinamarca, en la misma plaza central donde el líder fue asesinado el 18 de agosto de 1989. Con un atril, un discurso, la presencia del grueso de los que sobrevivieron al exterminio y un ritual espiritual de los mamos arhuacos, se refundará la colectividad. Convocarán a una asamblea refundacional con la militancia, además de las nuevas generaciones, y tomarán decisiones. ¿Quién será el presidente del Nuevo Liberalismo? El tema no está claro. “Eso lo decidirá el partido, somos soldados de la causa”, aclaró Juan Manuel Galán, quien sigue firme en su precandidatura presidencial. “Este no será un partido de familia”, afirmó Gloria Pachón.

Los perfiles

Como la colectividad corre contra el tiempo, los hermanos Galán ya abonaron terreno. Al menos, han sondeado distintos líderes que podrían cobijarse bajo la sombrilla del partido. Ya hablaron, por ejemplo, con la presentadora y periodista Mábel Lara, quien, aunque no es política, es una mujer valiosa y defensora de las negritudes. A ella le han planteado la posibilidad de ser la fórmula vicepresidencial de Juan Manuel Galán o de ir al Senado por el partido. También se examina la posibilidad de acercar a varios exgobernadores que buscan un cupo en las presidenciales y plantearles una opción de consulta. Otros de los nombres que integrarán el movimiento son Víctor Hugo Peña, campeón de ciclismo colombiano; Alejandra Izquierdo, líder arhuaca; Fernando Posada, periodista y columnista de opinión; y Guido Echeverri, exgobernador de Caldas. “La convocatoria es amplia, no se puede empezar con vetos, el requisito fundamental es compartir el legado histórico y de principios morales de Luis Carlos Galán”, explicó Juan Manuel Galán.

Eso sin contar con las figuras que acompañaron a Galán en la creación del partido, como Bernardo Ordóñez, exconcejal de Bogotá; Andrés Talero, quien perteneció a las juventudes liberales, además del congresista Rafael Amador, extesorero del movimiento. Fernando Galindo, Cecilia Fajardo, José Corredor e, incluso, el mismo Amador, entre otros, podrían formar parte de las directivas.

En la casa Galán anhelan tener de su lado a Iván Marulanda, senador del Partido Verde y congresista del Nuevo Liberalismo cuando asesinaron a Luis Carlos Galán. Él es testigo de cómo la mafia penetró al liberalismo en la década de los setenta y engañó al líder político. Aunque Marulanda pertenece al Partido Verde, la Corte Constitucional le abrió la puerta para regresar a su movimiento. Al fin y al cabo, se salvó del exterminio y no pudo retomar las banderas de la colectividad, pues más de 50 compañeros fueron asesinados. No obstante, él lo está pensando. “Mi corazón está con el Nuevo Liberalismo”, le confesó a SEMANA.

El senador Rodrigo Lara Restrepo no escapa a la tentación de integrar el nuevo partido. Su padre, Rodrigo Lara Bonilla, jugó un papel fundamental en la creación del movimiento, porque fue el segundo al mando después de Luis Carlos Galán. Lara se encuentra hoy sin partido político y busca una precandidatura presidencial. Su aterrizaje al Nuevo Liberalismo podría darse sin mayores problemas jurídicos, según explicó el magistrado Jorge Ibáñez.

Uno más que podría aterrizar es el exprocurador Fernando Carrillo, líder de las juventudes del movimiento y quien desde el organismo de control pidió revivir la personería jurídica del Nuevo Liberalismo. Sin embargo, examina una posible inhabilidad, pues dejó el organismo de control a comienzos de 2021.

Las decisiones no serán fáciles y lo preocupante es que los Galán deberán luchar contra el tiempo. En cinco meses tendrán que definir las listas a Cámara y Senado, y consolidar su propuesta para las presidenciales. De momento, Juan Manuel está aspirando, con 5 por ciento de intención de voto, según el más reciente estudio del Centro Nacional de Consultoría para SEMANA; pero los próximos meses serán claves para determinar si su nombre, con partido propio, tomará más fuerza y él terminará como candidato único o se permitirá el ingreso de nuevas figuras, como el rector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria.

La llegada del académico al Nuevo Liberalismo significaría un trofeo para el movimiento. Así se fortalecería un amplio sector del que hoy quiere apoderarse el precandidato Gustavo Petro. SEMANA estableció que Alejandro Gaviria ya ha hablado con los hermanos Galán Pachón, pero no ha tomado una decisión.

El Nuevo Liberalismo, coinciden algunos analistas consultados, sería una buena plataforma para que el exministro de Salud se midiera electoralmente, incluso, en una consulta interna con figuras como Juan Manuel Galán y Rodrigo Lara Restrepo si no existe inhabilidad en su contra. A fin de cuentas, el ingreso de Alejandro Gaviria a la Coalición de la Esperanza lo torpedeó el congresista Jorge Enrique Robledo y hoy está sin partido.

Sin embargo, el arribo del rector al equipo de los Galán tampoco tendrá la pista despejada. A él lo respalda el expresidente César Gaviria, competencia y distante del Nuevo Liberalismo, quien prefiere que aspire como un precandidato independiente.

A propósito de La Esperanza, ¿qué pasará con esta coalición? Esa es otra de las dudas que quedan en el aire, porque una cosa es Juan Manuel, uno de sus integrantes, sin partido, y otra con el poder de la colectividad heredada de su padre. Galán seguirá en dicha alianza, le dijo a SEMANA. Teniendo en cuenta el escenario político, es mejor sumar que restar, y la llegada de un nuevo partido a dicho grupo le daría fuerza, pues solo lo integran Dignidad y, desde esta semana, la Alianza Social Independiente (ASI).

La reaparición del Nuevo Liberalismo significará, sin duda, una competencia para los partidos de izquierda y centroizquierda, entre ellos, el Liberal, Cambio Radical y hasta el Verde. Será una ficha importante en el partidor, entregará avales –prometen ser el primer movimiento certificado en otorgar escaños– y, por su renovación, les podrían arrebatar más de un cupo legislativo a algunos sectores.