NACIÓN
Ofrecen $50 millones de recompensa por información de crimen de esposos en vía a Palomino
Los cuerpos de Nathalia Jiménez y Rodrigo Monsalve, que fueron hallados en el sector de Perico Aguao, presentaban tiros de gracia y sus manos atadas.
Los cuerpos de Nathalia Jiménez y Rodrigo Monsalve fueron hallados en el sector de Perico Aguao, cerca a Buritaca, a una hora y veinte minutos de Santa Marta. Ambos presentaban tiros de gracia, llevaban capuchas negras y tenían las manos atadas.
La pareja de investigadores había desaparecido desde la tarde del pasado viernes en el sector entre Buritaca y Guachaca. La última comunicación que tuvieron con sus familiares fue una llamada telefónica realizada al padre de Nathalia, la cual fue suspendida abruptamente mientras alguien los amenazaba con matarlos sino se quedaban quietos. Y la última vez que fueron vistos con vida fue en el peaje de Neguanje, sobre la vía Troncal del Caribe, donde una cámara de seguridad grabó su paso por el lugar.
En el límite entre Magdalena y La Guajira se perdió su rastro porque debido a un corte de luz las cámaras que están en la zona no estaban funcionando, según informó la Policía Metropolitana de Santa Marta. Nathalia era la directora del proyecto Magdalena-Cauca Vive en la Fundación Natura y reconocida por su trabajo en la protección de especies nativas. Rodrigo era estudiante de antropología y un reconocido DJ. Ambos venían trabajando en investigaciones medioambientales.
La pareja, aunque había nacido en Bogotá vivía en Santa Marta y se dirigía a Palomino a compartir una cena con amigos, con motivo de su matrimonio, celebrado hace apenas ocho días. El viaje hacía parte de su Luna de Miel.
Rafael Martínez, alcalde Santa Marta, lamentó el hecho y anunció una recompensa de $50 millones a quien brinde información que conduzca a los autores materiales e intelectuales del crimen. “Estamos desconcertados; esperamos que las investigaciones permitan esclarecer qué ocurrió y recobremos la tranquilidad de moradores y visitantes. Exigimos a las autoridades policiacas y militares tomar la ofensiva en un territorio ahora amenazado por el Clan del Golfo”, dijo el mandatario.
El sector en donde fueron hallados los cuerpos de los investigadores ambientales hace parte de una extensa zona con influencia geográfica de la Sierra Nevada de Santa Marta y donde, como ya lo contamos en SEMANA, en los últimos meses ha habido un recrudecimiento de la violencia.
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La guerra nunca se ha ido de estas comunidades, incluso después de la desmovilización paramilitar en 2006 o luego del reciente acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc. Pero, el origen de esta nueva escalada se debe a una mezcla de diferentes actores. Por un lado está el rearme de grupos al mando de exjefes paramilitares que se habían acogido a la Ley 975 de Justicia y Paz, como Jhon Jairo Esquivel y Rigoberto Rojas, alias el Tigre y Rigo, respectivamente, quienes crearon alianzas con el Clan del Golfo. Y por otro, la fuerza con la que ha ido creciendo una nuevo grupo criminal en la zona, autodenominado Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada de Santa Marta, compuesto por el ala armada de lo que antes se conocía como la banda Los Pachencas y por los herederos del extraditado jefe paramilitar Hernán Giraldo.
La situación es realmente crítica, al punto de que la Defensoría del Pueblo ya ha emitido tres Alertas Tempranas para llamar la atención sobre el peligro en que se encuentran muchas comunidades de la zona. En un año y medio, 11 de los 15 municipios de la región han tenido manifestaciones de violencia, fueron asesinados seis líderes sociales, otro sufrió un atentado y 42 personas fueron desplazadas luego del asesinato de un miembro de la comunidad en Playa Salguero. En total se presentaron ocho acciones armadas y ocho infracciones al Derecho Internacional Humanitario.