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ONU urge al Gobierno para que rompa la impunidad tras asesinatos de indígenas

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU pidió al Gobierno colombiano poner en marcha un plan integral para garantizar la seguridad de los pueblos indígenas en el país. "Los nasa han dicho repetidamente que no quieren una militarización", subrayó la vocera.

1 de noviembre de 2019
Tras la masacre de cinco indígenas en el Resguardo de Tacueyó, el presidente Duque reforzó el pie de fuerza militar que venían asumiendo 8.000 hombres en el departamento. | Foto: Cortesía

Tras el asesinato sistemático de líderes y comuneros indígenas, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Colombia hizo un llamado al gobierno para que proteja de manera integral a las comunidades indígenas del país, principalmente a la comunidad nasa que ha perdido en los últimos días a 10 de sus integrantes. "Urgimos a las autoridades que rompan el ciclo de impunidad relacionado con amenazas, acoso y asesinatos que tienen como blanco a pueblos indígenas", aseguró la portavoz de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Marta Hurtado.

Tras la masacre de cinco indígenas en el Resguardo de Tacueyó, el presidente Duque reforzó el pie de fuerza militar que venían asumiendo 8.000 hombres en el departamento y ordenó enviar 2.500 miembros de la Fuerza de Despliegue Rápido a ese territorio. La oficina que dirige la alta comisionada Michelle Bachelet, dio una respuesta al plan de militarización en el Cauca que anunció el gobierno el pasado miércoles. "Los nasa han dicho repetidamente que no quieren una militarización, a lo que el gobierno ofreció la posibilidad de que los soldados actuarán en coordinación con los guardias indígenas, pero (los nasa) tampoco quieren esto, sino otro tipo de solución", explicó Hurtado. 

De acuerdo con en el organismo, en el Cauca también estarían operando exparamilitares que "que ya no tienen una agenda política y se han convertido en sicarios pagados por narcotráfico o otras entidades criminales", aseguró la portavoz.

El plan de militarización 

La muerte y la violencia se volvieron a ensañar contra las comunidades indígenas del Cauca el pasado martes cuando la disidencia de las Farc Dagoberto Ramos asesinó a cinco indígenas en el resguardo nasa de Tacueyó (Cauca), entre ellos a la autoridad Cristina Bautista. A la madrugada de ese día, la comunidad del Resguardo Nasa de Tacueyó, al norte del Cauca, alertó sobre la presencia de grupos armados en inmediaciones al territorio indígena y de amenazas hechas en contra de su comunidad. Sin embargo, los mensajes de ayuda fueron en vano.

Según le contó Feliciano Valencia, exconsejero del Cric y miembro del pueblo nasa, a SEMANA, supuestos miembros de la disidencia de las Farc Dagoberto Ramos emboscaron en la vereda La Luz al comunero Crescencio Peteche Mensa, cuando se movilizaba en su carro por la carretera. Un día despuésel presidente Iván Duque tomó la decisión de aumentar el pie de fuerza y reforzar la presencia del Ejército en Cauca.

“La Fuerza de Despliegue Rápido número 4 va a traer 2.500 efectivos más de la Fuerza Pública, para cumplir los tres propósitos: control territorial, cerrar las rutas del narcotráfico empleadas por estas organizaciones y desmantelar esas organizaciones”, afirmó el mandatario luego de un Consejo de Seguridad en el norte del Cauca.

Según detalló este miércoles el presidente Duque, el despliegue de los nuevos hombres se debe dar en un término de 40 días. En ese momento, los miembros de La Fudra 4 deberán empezar  a operar “de la mano de la estructura Atalanta, en la cual también participan todas las fuerzas y donde hay un gran insumo de inteligencia y de capacidad ofensiva de nuestra Policía Nacional”.

El despliegue que se efectuará a mediados de diciembre, se suma a los 1.350 nuevos militares que el presidente en agosto precisamente había desplegado en esta región para garantizar la seguridad de las comunidades que hay confinadas por los combates que protagonizan las disidencias de las Farc, ELN, el EPL y grupos neoparamilitares. 

En esa oportunidad se había dicho que el pelotón estaría conformado por 600 uniformados de una unidad especial antinarcóticos, 450 soldados que entrarán a engrosar las filas de la Tercera División del Ejército y otros 300 hombres de un batallón especializado. El número de pie de fuerza se suma a los más de 7.000 que ya había desplegados en el territorio. 

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