JUSTICIA

Otro día sin humo blanco: ¿la Corte Suprema se acerca a su "liquidación"?

El alto tribunal quedó a una sala extraordinaria de distancia para quedarse con 16 magistrados. Esta cifra representa el mínimo necesario de votos para tomar decisiones electorales cruciales: en el corto plazo deben llenar seis de sus vacantes y elegir al nuevo fiscal general. El presidente Duque tampoco destraba terna.

12 de noviembre de 2019
| Foto: Cortesía: Corte Suprema de Justicia

Este martes, 17 magistrados asistieron a un nuevo cónclave para intentar superar una crisis que los amenaza como institución. Durante horas debatieron sin lograr llegar al consenso necesario para elegir a quienes ocuparán seis despachos en el alto tribunal y cuya ausencia de cabeza se convirtió en una excusa para retardar la elección de fiscal general en propiedad. Como era previsible, este nuevo intento fracasó.

Después de la reunión de este martes, a la Sala Plena le queda una sesión oficial para llenar sus propios cargos antes de que el quórum se reduzca a 16 magistrados. Ese número corresponde al mínimo necesario de votos que se necesitan para que la corporación tome decisiones cruciales como la escogencia de sus propios magistrados o la de elección de fiscal general.

Actualmente hay seis vacantes, pero el 21 de noviembre saldrá por periodo cumplido el magistrado de la Sala Laboral Rigoberto Echeverri. Si este despacho queda vacío sin que la corte logre nombrar nuevos togados, se crearía esa insólita situación que algunos califican como "la liquidación" de la Corte Suprema. Entre los magistrados se han escuchado propuestas que apuntan a una reforma del reglamento de la corte, de manera que una vez transcurran dos meses sin que haya humo blanco, se pueda reducir el quórum decisorio al número de votantes reales. 

No obstante, sobre este particular ya existen antecedentes frustrados. Cuando salió electa como fiscal general la abogada Viviane Morales, la corte ajustó su mayoría a 12 votos (el total de sufragios que consiguió Morales) al considerar que esta era la mayoría calificada de votantes y por tanto había humo blanco para que quedara electa. El Consejo de Estado terminó tumbando la elección.

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"Después de la de este martes, a la Corte Suprema le queda una sesión para que solo queden ocupados 16 de sus 23 despachos. Número mínimo necesario de votos para que la corporación pueda tomar decisiones".

Paralelamente, y a pesar de ese panorama crítico, en el Gobierno no parece producir mayor afán el hecho de que ya van seis meses sin entregar la terna para elegir al próximo fiscal general. El presidente Iván Duque se ha negado a revelar sus cartas con el argumento extraoficial de que esperará a que la corte salga de su bloqueo interno para no desgastar a sus ternados en una larga candidatura. Pero el periodo de los fiscales en Colombia es personal y no institucional, lo que significa que quien asuma tendrá cuatro años en el cargo. Por eso, viene tomando fuerza otra tesis.

Hay quienes consideran que en la Casa de Nariño estarían pensando en estirar el proceso de elección hasta agosto del año entrante para asegurar que quien quede al frente del ente acusador –el segundo cargo con mayor poder después de la presidencia– abarque los últimos dos años de este gobierno y los dos primeros del próximo. Es decir, como están las cosas, le resultaría estratégico esperar más para contar con el mejor escudero en los tiempos electorales.

La espera en la Corte Suprema es cada día más tensa. La crisis que se avecina es apenas el abrebocas de lo que podría venir: en febrero de 2020 cumple su periodo el magistrado Ariel Salazar, por lo que la corte quedaría con 15 magistrados. Una situación cuyo único antecedente es el holocausto del Palacio de Justicia, cuando quedaron 12 magistrados para elegir a los 11 faltantes. El entonces presidente Belisario Betancur tuvo que decretar el estado de conmoción interior y expidió un decreto que modificó el quórum y redujo la mayoría a 8 votos (no 16).

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Este martes se llevó a cabo una jornada crucial sin que se consiguiera llegar a un acuerdo. Hay dos tendencias ante las elecciones internas en la corte: los que quieren conseguir consensos, y los que bloquean con el voto en blanco. En la mitad suele haber una torta burocrática, y en la coyuntura de la elección del próximo fiscal, con sus 22.000 cargos, la cosa se pone al rojo.

En las últimas semanas, dos votos en blanco se le han atravesado a la posibilidad de conseguir mayorías para llenar vacantes de las cuatro listas de candidatos disponibles desde diciembre de 2018. Ahora, estudiarán dos listas más, que corresponden a los despachos de Luis Guillermo Salazar y Margarita Cabello Blanco.