Orden Público
Otro militar asesinado a manos del ELN en Catatumbo
En esta oportunidad, la víctima fue el soldado profesional John Jairo Cuéllar Llanos, con 14 años al servicio del Ejército Nacional.
En Norte de Santander, la situación de orden público cada vez se torna más compleja. Cada semana se conoce que el ELN ha asesinado a soldados del Ejército Nacional que realizan operaciones contra las organizaciones criminales en esa región del país. Al finalizar agosto, un uniformado murió tras caer en un campo minado. Días después, dos uniformados murieron a causa de ataques de francotiradores y este sábado 4 de septiembre los ataques fueron en contra del soldado profesional John Jairo Cuéllar Llanos y sus compañeros.
En un comunicado, el Ejército Nacional informó que en horas de la tarde del sábado 4 de septiembre de 2021, tropas de la Fuerza de Despliegue Rápido N.º 3, mientras se encontraban realizando operaciones de control territorial, en la vereda San José del municipio de Teorama, Norte de Santander, dos soldados profesionales fueron impactados por arma de fuego mediante la acción de un francotirador, al parecer miembro del grupo armado organizado ELN.
En medio del caos fueron los enfermeros de combate los que acudieron a atenderlos e hicieron todo lo posible por salvarles la vida. Sin embargo, el soldado Cuéllar Llanos, con 14 años de servicio en la institución, murió en el lugar.
El militar tenía parte de su familia en Morelia, Caquetá, municipio del que era oriundo. Su compañero, un soldado profesional herido, fue evacuado a un centro asistencial en la ciudad de Cúcuta, donde a esta hora es atendido por personal médico especializado.
Para el Ejército Nacional, esta fue una “cobarde acción que vulnera los derechos humanos e infringe el derecho internacional humanitario, denunciando ante las autoridades competentes los respectivos hechos”, indicó en el pronunciamiento, mientras rechaza contundentemente lo sucedido.
Finalmente señalan: “Desde este comando oramos por el eterno descanso de nuestro héroe de la patria, quien ofrendó su vida en cumplimiento del deber; enviamos un mensaje de condolencias y acompañamiento a su familia y amigos; así mismo, velamos por la pronta recuperación de nuestro soldado herido”.
Cabe recordar que durante todo el año ha sido común conocer noticias de los ataques de la guerrilla a la fuerza pública. En febrero de 2021, cinco militares resultaron heridos tras caer en un campo minado en Teorama, Norte de Santander, una de las regiones del país más convulsionadas en materia de orden público.
Los uniformados, dedicados a la erradicación manual de plantas de coca, se enfrentaron con hombres armados y terminaron accidentalmente en un campo minado que dejó a cinco militares heridos, entre ellos un suboficial.
A mitad de año, un carro bomba explotó en la Brigada del Ejército ubicada en Cúcuta. En ese mismo departamento, se registró el atentado contra el presidente de la República, Iván Duque, mientras viajaba en helicóptero, y en la primera semana de septiembre, mientras se desactivaba un carro bomba, otro uniformado murió.
Edwar Álvarez, dirigente social y defensor de Derechos Humanos, le dijo a SEMANA: “La situación de seguridad y de orden público en el Catatumbo se salió de madre y esto ya es un programa de todo Norte de Santander”. Para él, ese es el resultado de años de un mal manejo por parte de las autoridades para controlar la presencia de los grupos criminales que tienen sumido en la violencia al departamento fronterizo con Venezuela.
“Tenemos una fuerza pública que está operando en el Catatumbo como si estuviese con los ojos vendados”, explicó. Según él, las estrategias que están utilizando las Fuerzas Militares y la Policía no son suficientes, pues asegura que no entienden la dinámica de los grupos armados en la región.
“Es una fuerza pública que no recupera territorio en la región del Catatumbo. Por ejemplo, San Pablo, San Juancito, El Tarra... Esos corregimientos y esos municipios, hace 8 años, tenían una fuerte presencia de las instituciones y hoy en día están en poder de organizaciones criminales”. Recalcó que en lugar de frenarlas, la ausencia de las autoridades permite que estas organizaciones se expandan.