Entrevista
“Pablo Escobar engañó al padre Rafael García Herreros”
El 19 de junio de 1991, Pablo Escobar ingresó a la Catedral por la mediación del entonces director del ‘Minutos de Dios’. Al cumplirse 30 años de esa entrega, el padre Diego Jaramillo revela detalles desconocidos de esa labor de García Herreros.
SEMANA: Han pasado 30 años de la entrega de Pablo Escobar. ¿Cómo era Colombia hace 30 años?, la gente joven no tiene idea de cómo era nuestro país en esa época. ¿Qué recuerda usted?
Diego Jaramillo: Desde una perspectiva histórica, Colombia para mí siempre ha sido la patria. En mi trabajo, yo estoy en el Minuto de Dios hace más 30 años, ya voy a cumplir 50 años de estar allí. De manera que me tocó vivir de cerca esas circunstancias de hace 30 años, precisamente cuando Escobar se entregó a la justicia y la lucha del padre Rafael que sufría precisamente por todas las noticias de cada día sobre la violencia. La violencia de ahora no era como la de antes, el vandalismo, las manifestaciones allá eran atentados, bombas que tenían en edificios o era unos asesinatos que hacían a los policías u otros que se oponían al narcotráfico. De manera que era un país bello, porque siempre le he tenido amor a la patria, pero al mismo tiempo era complicado en la lucha que había de parte del narcotráfico contra las instituciones.
SEMANA: ¿Por qué sufría tanto el padre García Herreros?
D.J.: El padre García Herreros decía que él vivía enfermo de Colombia. Yo recuerdo que por las mañanas cuando escuchábamos el noticiero en la televisión, cuando leíamos los periódicos, cuando se hablaba de un atentado, realmente él sufría con eso. Yo creo que el hecho de que el papá, el abuelo hayan sido generales de la república, que la bisabuela fuera prima hermana de Francisco de Paula Santander. De manera que la beta colombiana, ese colonialismo colombiano, lo llevaría por ese lado de la familia paterna.
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SEMANA: ¿Quién fue esa persona que contactó al padre García Herreros cuando Maruja Pachón y Pacho Santos eran los dos últimos secuestrados en poder de Escobar?
D.J.: Realmente no sé, porque yo fui discreto en esa época y más bien viví como a espaldas del protagonismo que se estaba haciendo. Pero yo sé que en una reunión que hubo aquí en Bogotá, en una clínica, cuando se estaba tratando de sacar adelante una Fundación que pretendía ayudar a los enfermos de sida, ahí, en esa reunión, en compañía de los participantes que colaboraban y conseguían casas, fincas para los enfermos de sida, etcétera, un señor se acercó al padre García y le dice: “Padre, aquí le traje para los del sida, pero creo que usted puede ayudar a un bien mayor y es ayudar a que Escobar se entregue, sin que lo vayan a matar”. Y entonces esa fue como la puerta que se abrió, pero el nombre propio no sé.
SEMANA: Quedará como un secreto, ¿no? Una identidad no revelada.
D.J.: Hasta donde yo sé, sí. A pesar de que tuve contacto con muchos papeles y muchas cosas relacionadas con el padre Rafael, en ninguna parte encontré la mención concreta. Yo sé que había un amigo también, pero no creo que haya sido la misma persona.
SEMANA: ¿Por qué Pablo Escobar confió en el padre García Herreros? La historia muestra que Pablo Escobar se quería entregar, pero solo lo haría con la mediación de él.
D.J.: Yo creo que en un momento se habló que tal vez hasta el cardenal Castrillón sirviera de mediador, pero cuando el padre García Herreros tomó la iniciativa, él escribió una carta a Pablo Escobar que decía que él iba a ir Medellín, el Minuto de Dios también tenía asuntos en Medellín, y entonces fue a la cárcel de Itagüí, y los Ochoa estaban detenidos en esa cárcel y le dijeron: “Padre, si usted quiere escríbale una carta a Pablo que nosotros sabemos cómo hacérsela llegar”, y el padre escribe una carta y después otra carta y el padre le dijo “Pablo, tenemos que brindarle paz al país, usted no tiene que seguir haciendo ese estado de angustia, entréguese que yo le ayudo”.
SEMANA: El padre García Herreros recibe un mensaje en el que se le reclamaba su presencia en la hacienda de Fabio Ochoa y, allí, en una declaración que el padre le dio a SEMANA, justamente hace unos años, dijo la siguiente frase: “Tenía tanto miedo que tenía la esperanza de que no me contestara. Pero se dio el encuentro”.
D.J.: Sí, eso es cierto. El padre viajó de aquí a Medellín, si no estoy mal, iba acompañado del padre Vergara y llegaron a la finca de Fabio Ochoa y ahí ya mandaron un carro para que lo recogieran. Hasta me decían que el conductor de ese vehículo era colombiano, pero había estudiado en Canadá. Y allá en la finca de Fabio estaba el padre Rafael y estaba el doctor Alberto Villamizar, que era esposo de Maruja Pachón, entonces llegaron con el padre y le dijeron que no iban a permitir que le pasara algo, entonces el padre fue solo. Me contó que lo pasearon por varias calles de Medellín como para despistarlo, pero que después llegaron a un sitio donde había otro carro y le pidieron que cambiara de carro. Estoy hablando un poco de memoria, de manera que puede que no tenga cosas precisas, pero si yo no recuerdo mal y entendí que la casa era por la población de Antioquia que se llama Sabaneta, cerca a Envigado. Allí se encontraron con Pablo Escobar y el padre por la tarde llegó feliz diciendo que no le habían hecho nada y que le habían dicho que sí, que tenían que solucionar por la paz, “me dijeron que sí”, y que tenía que hablar con el presidente Gaviria.
SEMANA: En medio de estos acercamientos hubo una frustración porque el 7 de mayo, el padre García Herreros, en la emisión del Minuto de Dios se refirió a Escobar como un lector de pornografía. ¿Qué pasó ahí?
D.J.: Esa fue una equivocación porque el padre comenzó ese Minuto de Dios diciendo: “Hoy no vamos a hablar de Pablo, hoy no vamos a hablar de la entrega, hoy no vamos a hablar de tal y tal cosa”, pero al principio estaba hablando como de cualquier persona, y sonó como si el padre estuviera regañando a Escobar en público y eso casi que perjudica todos los diálogos de paz. Entonces el padre le dijo “eso no era para usted”, de manera que Escobar como que aceptó la explicación.
SEMANA:¿El padre García Herreros recibió total apoyo del Gobierno?
D.J.: Yo diría que sí, en el sentido de que las cosas se estuvieron haciendo y en el momento en el que se entregó Escobar fue recogido por un helicóptero de la gobernación en El Poblado, de manera que en ese sentido y con otras acciones sí hubo un apoyo como tal. Pero yo creo que Escobar también engañó un poco a la gente porque, claro, quería entregarse y que no le hicieran nada y después seguir con su negocio. También engañó a García Herreros porque a él le estaba diciendo que iba a usar todo su dinero para ayudar a los pobres y tener redención para que no fuera pecador. Pero yo creo que Escobar no estaba en plan de convertirse, sino aprovechando las circunstancias que se le presentaban para salir adelante con sus planes.
SEMANA: ¿Entonces Pablo Escobar usó al padre García Herreros?
D.J.: Yo no sé si desde el principio quiso usarlo, o tal vez quiso aprovechar esa posibilidad que el padre le daba, pero pasando los días, no fue capaz de superarse sino que volvió a sus andanzas. En los primeros encuentros con Escobar el padre le decía “tenemos que construir una Colombia en paz”, y Escobar le respondía: “Sí, padre, pero es que a mí también me han perseguido y ahí lo que nosotros perdonamos”. Entonces ese era su pensamiento, pero en realidad Pablo no estaba en plano de conversión.
SEMANA: ¿Qué dijo el padre García Herreros justamente cuando se fuga Pablo Escobar?
D.J.: Yo recuerdo ese día, el padre no sabía qué hacer porque el padre tenía algo en mente, él decía: “Yo fui el que dije se entregará, yo lo llevé a la cárcel”, y pensaba que tal vez había circunstancias en que lo pudieran matar. Yo creo que para ese día comienza con ese cargo de conciencia diciendo “yo hice eso y mire lo que va a suceder”. Y recuerdo que como a las once de la mañana llamaron por teléfono a la casa donde estábamos en Medellín y era la mamá de Pablo Escobar. Ella le dice: “Padre, tranquilo que ya escapó”, y el padre ya entendió y dijo: “Ya salí de este chicharrón”.
SEMANA: ¿Qué pensaba el padre García Herreros de Pablo Escobar?
D.J.: Todos somos pecadores y tenemos que pedirle perdón a Dios. Cuando Escobar escogió ir a la cárcel evidenciaba que realmente había estado en un camino de conversión. De hecho, en televisión se alcanzó a hablar de que tal vez Escobar era una buena persona porque un individuo que esté en esas circunstancias, si se le tiende la mano y le abre como una puerta de esperanza, a lo mejor él cambia. El padre citaba un episodio que hay en la biblia de un personaje que se había enriquecido con dinero ajeno pero cuando Jesús llegó a su casa dijo “la mitad de mis bienes se los doy a los pobres”, yo creo que el padre García estaba pensando en eso. Tal vez Escobar podía pensar que tenía mucha plata pero que la podía emplear en los pobres. Sin embargo, el padre se equivocó, yo creo que de parte de Escobar, cuando ya estaba en la cárcel, ya no tenía nada que hacer, el quería seguir en su negocio.
SEMANA: Pablo Escobar no tenía confianza en algún plazo para poder hacer esta entrega, es decir, sin el Minuto de Dios, sin el padre Herreros, eso no hubiera sido posible.
D.J.: Yo opino lo mismo, el padre Herreros, en ese momento, jugó un papel clave, fundamental, si no hubiera sido por él, tal vez habría aparecido otro, el presidente o cualquier otra persona, pero como no hablamos de suposiciones sino de lo que realmente pasó, el padre tuvo un, papel fundamental.
SEMANA: De lo que hizo el padre García Herreros, ¿usted cree que él se equivocó en algo?
D.J.: Yo creo que se equivocó al pensar que Escobar iba a cambiar de un momento a otro. Él creía que iba a cambiar, pero no fue así.