NACIÓN
Este es el excongresista que logró recuperar su ‘megapensión’
Pablo Victoria, un excéntrico político, ferviente católico, amante de las misas tridentinas y enemigo del matrimonio igualitario recuperó, con una tutela, sus 21 millones de pesos de pensión.
El excongresista que soñó con tumbar a Santos y que se declaró incomprable, simpatizante de grupos de extrema derecha, ferviente católico como el procurador Alejandro Ordóñez, hoy pelea incansablemente por los 7 millones que mes a mes no le ha llegado en su cheque.
“No le tengo miedo a despelucar o desarreglar algunas plumas. Soy independiente e incomprable”. Así, en pocas palabras, se definió Pablo Victoria en una entrevista a Noticias Uno, a finales del 2013, cuando se presentó como precandidato presidencial del Partido Conservador, con la confianza de derrotar la reelección de Juan Manuel Santos. O, en sus propias palabras, confesó que su propósito era “tumbar a Santos”.
Ese político “incomprable” vuelve a ser protagonista. El Consejo de Estado falló en su favor una tutela con la que pretendía contrarrestar el fallo de la Corte Constitucional que le había puesto techo a las megapensiones de quienes fueron funcionarios del Estado. Desde ese fallo, Victoria no ha escatimado recursos para que se le reembolsen los siete millones de pesos que dejó de percibir desde aquella sentencia.
Primero fue senador entre 1990 y 1994, luego representante en los cuatro años siguientes. Fuerte crítico de la administración Samper. Se le recuerda por su debate durante el juicio al Presidente en el que presentó documentos que, según Victoria, demostraban el ingreso de dineros del narcotráfico a la campaña presidencial.
También se le recuerda por su voto a favor de revivir la extradición, pero sin retroactividad. Del mismo modo, hizo una férrea defensa del fuero militar y de las Convivir. Denunció, en compañía de otros representantes, supuestas irregularidades en la compra de los helicópteros rusos para el Ejército y las anomalías en la adquisición de computadores de la Cámara.
Economista de profesión, también se ha desempeñado como docente en varias universidades del país. Su propuesta para el Senado la resume en una frase: Por el rescate de los valores.
Pero quizás, ese asunto de los valores, ha quedado en tela de juicio con algunas de sus propias conductas. En el 2013, Noticias Uno tuvo acceso a un documento de la Fiscalía en la que se mencionaba a Victoria en el homicidio del dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado. Cuando se divulgó la noticia, el excongresista conservador reaccionó en Twitter de una manera que escandalizó a propios y extraños.
“-NOTICIAS UNO: INFAMES, BANDIDOS, TORCIDOS. Me quieren involucrar asesinato A. Gómez. HP´s miserables”. “... que venga la Fiscalía, parranda de HP´s.” “Cobardes, HIJOS DE MALA MADRE…” “HP: Te reventaría la cara!”.
Victoria borró esos trinos de su cuenta tan pronto se enteró que el periodista Daniel Coronell, a quien dedicó esa salva de insultos, llevaba tres años al margen de Noticias Uno y trabajaba en Estados Unidos. Pero pueden ser el reflejo del carácter de una persona, que según muchos de los que lo conocen, no baja del ‘madrazo’ en sus conversaciones.
Antes de tener intenciones presidenciales, Pablo Victoria estuvo a punto de ser candidato al Senado del Centro Democrático. Él mismo confesó que el expresidente Álvaro Uribe le propuso integrar la lista de 100 candidatos, pero no le gustó que su nombre fuera descartado para estar por fuera de los primeros cinco renglones. “Yo no era vagón de enganche, yo soy una especie de locomotora, pero no un vagón de carga. Por eso decline”.
Ferviente católico, enemigo del matrimonio igualitario, defensor de la familia, y antisamperista consumado, Victoria también ha reconocido su identidad con el procurador Alejandro Ordóñez. “Me encantan las misas tridentinas, los cantos gregorianos y ese reconocimiento especial que hay en esa celebración. Creo que lo acercan más a Dios”, dijo al referirse de la liturgia que también le encanta al procurador.
Acostumbrado a la polémica, en julio de 2013 también se hizo célebre por haber sido el orador principal en el lanzamiento de la Alianza Nacionalista por la Libertad, apoyada por Tercera Fuerza, grupo neonazi. “Fui invitado a un evento de unos muchachos universitarios”, con esa justificación quiso bajarle temperatura a ese debate.
Hoy pocos recuerdan su legado como congresista, durante dos periodos, y que le permitieron jubilarse hace 18 años, a los 53 de edad, con $21 millones de mesada. Sin embargo, desde el año pasado vio recortado su cheque en $7 millones luego de la Corte Constitucional declarara inequidad en las pensiones que percibían congresistas y magistrados por un régimen especial.
Lo que reclama Victoria ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes es que el fallo viola el derecho de no retroactividad y que cualquier modificación en las pensiones debe ser hacia adelante sin afectar decisiones del pasado.
“No hubo debido proceso, se violaron los derechos adquiridos (…) En ningún país se puede permitir que el Estado renuncie a su propia jurisdicción (…) No estoy pidiendo que haya inequidades, pido que se respete el principio fundamental del derecho y no tengo porque renunciar a uno adquirido”, afirmó en entrevista con Blu Radio.
Victoria pidió además “hacer justicia” sobre lo que él llamó una cascada de delitos en la sala de la Corte Constitucional. Recordó que el acto legislativo 1 de 2005 dice que las pensiones del régimen especial solo podrán ser revisadas desde el 2010 hacia adelante y no hacia atrás; y denunció que el exmagistrado Manuel José Cepeda, uno de los cinco que falló a favor del tope pensional, tiene contratos con el estado por $3.480 millones por los que debería estar inhabilitado para decidir a favor el Estado. “Cómo así que la ley es únicamente para el Congreso y no para las altas cortes”, cuestionó.
Victoria hoy parece ser el verdugo de los magistrados que le redujeron su mesada. Manuel José Cepeda deberá rendir indagatoria el 8 de mayo; Juan Carlos Henao, el 22 de mayo; Alejandro Venegas, el 5 de junio; Jorge Pretelt, el 12 de junio, y Luis Guillermo Guerrero, el 19 de junio en la comisión de acusaciones, por los presuntos delitos de prevaricato por acción y omisión.
Este excongresista, que soñó con tumbar a Santos, que se declaró incomprable, simpatizante de grupos de extrema derecha, ferviente católico como el procurador Alejandro Ordóñez, hoy pelea incansablemente por los 7 millones que mes a mes no le ha llegado en su cheque.