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Pacientes psiquiátricos alertan sobre escasez de medicamentos en Colombia; el Invima alista un informe al respecto
Los pacientes psiquiátricos se quejan de que no consiguen sus fármacos, el Invima alista un informe al respecto, pero sin duda algo está pasando.
Padecer una enfermedad mental en Colombia es un triple martirio: lidiar con los síntomas de cada trastorno, atravesar obstáculos para obtener citas con un psiquiatra y tener paciencia de acero para conseguir los medicamentos necesarios.
De hecho, según múltiples testimonios conocidos por SEMANA, algunos pacientes psiquiátricos no encuentran lo que les recetan. Así lo confirmó Ángela Álvarez, una mujer de 57 años que sufre ataques de pánico desde los 50.
“En 2016 me diagnosticaron con trastorno de ansiedad. Empiezas a sentirte enfermo, pero no sabes qué te sucede. Tienes palpitaciones, síntoma de que te va a dar algo grave, pero no sabes qué es”, recordó.
Tenía miedo de quedarse sola en casa y no dejaba que su esposo fuera a trabajar, pues creía que sufriría un infarto. El médico le dijo que su salud estaba bien. Pero los síntomas seguían haciendo que su vida diaria fuera difícil. Las sensaciones que experimentaba afectaron tanto su calidad de vida que decidió ir donde una psiquiatra particular.
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“Me medicaron con una droga que se llama Pristiq. El compuesto principal de esa droga es la desvenlafaxina”, dijo Ángela, que debía tomar dosis de 100 miligramos. “En diciembre dijeron que ya no tenían Pristiq, ni de 50 ni de 100 miligramos”, recordó.
Compró el medicamento genérico, pero después también empezó a escasear. Hoy se está tomando una pastilla de 50 miligramos cada dos días para ahorrar las dosis que le quedan. “No se puede imaginar el susto que le produce a uno el desabastecimiento de esa pastilla. Estoy con una angustia horrible”, se lamentó y dijo que la abstinencia no la deja dormir y le produce sensibilidad a la luz.
En las redes sociales abundan publicaciones de pacientes psiquiátricos que también pasan penurias para conseguir medicamentos.
Aracelly Ospina y su mamá, una mujer de 80 años que sufre de demencia a raíz del alzhéimer, han tenido problemas para conseguir olanzapina en Medellín. Se trata de un medicamento antipsicótico atípico que también se les receta a pacientes con esquizofrenia o con trastorno bipolar.
No han podido obtener el fármaco a través de su EPS desde diciembre pasado, pues les dicen que hay problemas de suministro. Les ha tocado comprarlo de su propio bolsillo.
El Invima le ha seguido la pista al asunto. El 14 de febrero emitió un comunicado en el que negó que hubiera desabastecimiento de desvenlafaxina, el que Ángela y decenas de pacientes no consiguen con su EPS ni en las droguerías comerciales.
¿Por qué se niega el desabastecimiento aunque los pacientes dicen que no encuentran los medicamentos? Tatiana Orjuela, investigadora de la Universidad Nacional, dijo que esto se debe a que esa entidad consulta los problemas de suministro directamente con los fabricantes.
Existe la posibilidad de que los inconvenientes se generen en otra parte de la cadena de suministro, pero no se están identificando. “Si yo voy a la farmacia que me mandan y no encuentro un medicamento, la EPS debería hacer un reporte de que está dejando un pendiente”, señaló Orjuela.
Y dijo que no hay un sistema de información que permita identificar estas situaciones, lo que provoca una especie de cortocircuito. La situación, además, preocupa a los entes de control. A comienzos de febrero, la procuradora delegada de trabajo y seguridad social, Diana Margarita Ojeda, señaló que han recibido reportes de 720 fármacos con problemas de suministro. Los psiquiátricos forman parte de la lista.
SEMANA tuvo acceso a un documento que le envió la Procuraduría al Ministerio de Salud en el cual cita los problemas de suministro de 12 principios activos usados en pacientes psiquiátricos: seis antidepresivos, cuatro antipsicóticos atípicos (entre los cuales estaba la olanzapina que requiere la mamá de Aracelly) y dos antipsicóticos típicos.
El Ministerio contestó que se trataba de problemas internacionales y que responderían reforzando la industria farmacéutica local. “La preocupación grande es que eso puede llevar años”, dijo la procuradora delegada.