La gran prioridad del Plan Nacional de Desarrollo de la administración Duque será buscar una mayor equidad y desarrollo regional.

PLANEACIÓN

Pacto por Colombia: las bases del nuevo Plan Nacional de Desarrollo

El documento refuerza tres temas bandera del nuevo Ejecutivo: “Legalidad + emprendimiento = mayor equidad”.

13 de octubre de 2018

Apesar de los avances sociales que redujeron fuertemente la pobreza y aumentaron la clase media en los últimos años, el país aún tiene un largo trecho por recorrer. A 2017 todavía 12,9 millones de colombianos viven en condición de pobreza monetaria y muchos de los que han salido de esta son muy vulnerables de regresar. Además, Colombia sigue siendo un país muy inequitativo, hay grandes brechas entre los que más tienen y los que carecen de todo, y entre el campo y la ciudad hay una desigualdad enorme en materia de desarrollo.

Con este diagnóstico comienza el documento que viene desarrollando el gobierno con las bases del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2018-2022, que incluye, además, los pilares o la ‘ecuación básica’ del mismo y refuerza tres temas bandera del nuevo Ejecutivo: “Legalidad + emprendimiento = mayor equidad”.

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El Departamento Nacional de Planeación (DNP) elabora el documento bajo el liderazgo de su directora, Gloria Alonso, y de tres economistas expertos: Roberto Angulo, Juan Mauricio Ramírez y Juan Benavides. El texto desarrolla los tres grandes pilares que el presidente Iván Duque ha venido repitiendo desde su campaña electoral. Y hace énfasis en buscar una mayor equidad, su gran propósito final. Esta carta de navegación para los próximos cuatro años se titula ‘Pacto por Colombia, pacto por la equidad’.

Los detalles que han salido a la luz revelan una gran preocupación del gobierno por “acelerar” el cambio social y evitar un retroceso ante factores económicos complicados, como el estancamiento de la productividad por la alta informalidad laboral y empresarial. Esta crea un entorno que desestimula la competencia y provoca una lenta transformación productiva, así como una alta dependencia de la minería y de los hidrocarburos.

Todo ello hace que el plan contemple, entre sus componentes principales, varios capítulos destinados a temas como emprendimiento, formalización y productividad; crecimiento verde; ciencia, tecnología e innovación; entorno y masificación del acceso a las TIC y la transformación digital. Obviamente, un capítulo esbozará la política integral de la economía naranja y la cultura, temas que apasionan a Duque.

Los técnicos reconocen entre los obstáculos que comprometen la continuidad y sostenibilidad de los avances sociales el alto e ineficiente gasto público, concentrado en subsidios y no en proveer bienes públicos, así como el gasto pensional ineficiente y regresivo. Al incluir transferencias a pensiones, el quintil poblacional de más altos ingresos es el segundo que recibe más subsidios y transferencias (20,2 por ciento del total, según el documento).

También se vuelve crítico al desvelar la excesiva producción normativa: en los últimos 17 años han salido más de 94.000 normas, casi 15 decretos, resoluciones y circulares diarias. Por eso, hay capítulos dedicados a reforzar la idea de tener una política pública moderna para la inclusión social y productiva; bienes públicos y recursos para la productividad y la equidad, y una administración pública eficiente y de servicio al ciudadano.

Colombia está sobrediagnosticada y muchas veces se requiere saber cómo se van a ejecutar las cosas. Además, cuando todo parece prioridad, nada en realidad lo es.

Esta vez habrá un énfasis especial en el desarrollo regional, pues parten de un diagnóstico muy crudo. En efecto, las grandes disparidades territoriales en desarrollo económico y condiciones de vida requieren aproximaciones diferenciales según la magnitud de las brechas y la capacidad institucional de las regiones.

En este sentido, uno de sus capítulos tiene que ver con “conectar los territorios y fortalecer la descentralización” al impulsar las políticas, instituciones e inversiones a nivel regional. Otro se enfoca en el transporte y la logística, con prioridad en el comercio exterior y la integración regional. Más que la infraestructura en sí misma como objetivo, considera su propósito y lo que se hace con ella. La idea es que se deriven siete detalladas agendas regionales para aprovechar las potencialidades productivas de cada departamento.

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En línea con las promesas de campaña, el PND incluye capítulos de ‘Legalidad y seguridad’, que detalla el camino por recorrer en materia de transparencia y lucha contra la corrupción; otro denominado ‘La paz que nos une’, que buscará mayor coordinación y eficiencia para la estabilización y las víctimas, así como la agenda para la estabilización de territorios en posconflicto.

El 15 de noviembre, el presidente presentará el texto al Consejo Nacional de Planeación, que tiene hasta enero para rendir su concepto. El 7 de febrero el articulado completo llegará para su aprobación al Congreso de la República. Como todo lo que hará el gobierno debe quedar consignado en este importante documento, muchos sectores participarán en su discusión y elaboración.

Colombia está sobrediagnosticada y muchas veces se requiere saber cómo se van a ejecutar las cosas. Además, cuando todo parece prioridad, nada en realidad lo es. Así que, como no es clara aún la estrategia del gobierno en materia económica y de desarrollo, el país requiere con urgencia este pacto por Colombia y la equidad.