El papa llega esta mañana a una tierra devota

Cerca de un millón de personas esperan el momento en que el papa Francisco llegue al Aeropuerto Enrique Olaya Herrera de Medellín. Después de una vigilia exultante de alabanzas de canciones que hablaban de las calles de oro y el mar de cristal que habrá en el cielo eterno que promete el Apocalipsis, la mañana ha estado lleno de avemarías y padrenuestros que no han dejado de sonar pese a la lluvia de una mañana fría en la capital paisa.

La eucaristía estará acompañada por el canto del Coro Arquidiocesano Cantate Domino, compuesto por 300 músicos; además, estarán los niños del coro Musicreando y algunos jóvenes de la Red de Escuelas de Música de Medellín. La celebración litúrgica estará acompañada de elementos de las basílicas más importantes de Medellín.

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Por parte de la Candelaria estará la mesa del Altar y el cuadro de la Virgen de la Candelaria, con cerca de 400 años de antigüedad y patrona de Medellín. El ambón, lugar de donde se preside la palabra, pertenece a la parroquia Santa María de los Dolores, al igual que la silla donde se sentará el papa. Los vasos sagrados son de la catedral Metropolitana de Medellín. Cien cálices y 3.000 copones serán utilizados para la distribución de la comunión, que estará a cargo de 6.240 servidores. La ornamentación fue elaborada por 80 silleteros del tradicional sector de Santa Elena. La Arquidiócesis de Medellín dispuso más de 10 intérpretes con énfasis en lenguaje de señas católicas.

Según el sacerdote Diego Alberto Uribe Castrillón, profesor de Teología en la Universidad Pontificia Bolivariana y doctor en Teología, que desde temprano llegó al aeropuerto para orar con la comunidad de creyentes, esta visita del papa Francisco a Medellín no está lejos de la realidad colombiana: “Es un estímulo para emprender la reconciliación, parta que esas fuerzas vivas de todo el país demos el primer paso, emprendamos esa tarea de la reconstrucción nacional. Ese tejido social no necesita remiendos sino unas puntadas perfectas y exactas para que podamos construir un país distinto, vencer las polarizaciones, romper esos extremos que nos hacen tanto daño y que Colombia encuentre el sentido de su vida. Esta también es una invitación a descubrir la vocación de ser algo y alguien en la vida, y más estando ante una comunidad tan poblada de creyentes”.

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La celebración eucarística tendrá como eje central a la Virgen de la Candelaria que por  “peregrina de la luz”, pues en al fe se espera que ilumine el camino de todos los creyentes hacia una verdadera reconciliación. “Es una invitación a que la virgen encienda la luz de la fe, de la esperanza. El papa celebrará la santa misa en el altar de la Iglesia de la Candelaria, que ha sido traído porque tiene un significado muy especial: el punto alrededor del cual ha crecido la fe de Antioquia y Medellín. Esta es la misa del occidente colombiano, una región muy consaervadora de la tradición católica. Y hay que recordar, y no es regionalismo, que los paisas tenemos la virtud de tener la primera santa del país y a los beatos mártires, así que también nos congregamos alrededor de esas figuras”.

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Hay que recordar que papa Francisco pertenece a la orden de los jesuitas, una institución que ha sido muy cercana a la realidad de Medellín, pues se ha ocupado de la evangelización en los barrios más acosados por la violencia. Según el sacerdote Uribe Castrillón, esta comunidad también se ha ocupado de la educación de una gran parte de los creyentes erigiendo colegios y universidades, “y nos han enseñado que la fe se debe asentar en la realidad de un pueblo que necesitas guías sólidos que les presente criterios para asumir la realidad. Y también les agradecemos que han enseñado mirar con cariño y energía la evangelización. No podemos ignorar esas inmensas tareas de evangelización, porque los jesuitas han recorrido el mundo con la convicción de dar mayor gloria de Dios”.

La misa estará empezando en Medellín cercanas las 10 de la mañana y terminará al mediodía, acto seguido, el sumo pontífice estará en el Seminario Mayor de Medellín, donde almorzará y descansará; en la tarde, el papa compartirá con los niños del Hogar San José y con sacerdotes y religiosos de todo el país.