PROTESTA

El triste balance del paro agrario en el suroeste del país

A los tres muertos y decenas de heridos, se suman la falta de oxígeno en hospitales de Popayán y Pasto, escasez de combustibles, encarecimiento de alimentos y cientos de viajeros atrapados.

7 de junio de 2016
El transporte intermunicipal de los dos departamentos (Cauca y Nariño) es casi nulo y se estima que diariamente dejan de transitar un promedio de 800 buses en toda la región. | Foto: Daniel Reina

Mientras voceros de las asociaciones campesinas y el Gobierno intentan descongelar los diálogos para levantar la protesta, los efectos del paro agrario en el suroeste se sienten con mayor rigor y amenaza en convertirse en una calamidad pública.

La razón es que luego de una semana de protestas y el bloqueo permanente de la vía Panamericana, la carretera más importante que conecta a Valle, Cauca y Nariño, se empiezan a sentir los daños colaterales del paro. (También le puede interesar: las crudas imágenes que deja el paro agrario en Cauca)

Es tan delicada la situación en esa región del país, que el Gobierno a través del ministro del Interior Juan Fernando Cristo, hizo una solicitud bien particular a los líderes de las comunidades indígenas que bloquean la carretera: que permitan la habilitación de un corredor humanitario por al menos ocho horas.

“Lamentamos que no se haya podido avanzar, que no tomen la decisión del desbloqueo humanitario… No quisieron venir a Bogotá y tampoco a Cali y esperamos que haya una decisión conjunta de avanzar en estas discusiones”, explicó el ministro a través de una entrevista a Caracol Radio.

La razón para solicitar semejante gesto de buena voluntad por parte de los manifestantes, es que el bloqueo de la vía Panamericana impactó tanto que varios hospitales de Popayán y Pasto se quedaron sin insumos médicos, especialmente oxígeno, lo que puso en riesgo la vida de centenares de pacientes de ambas ciudades.

A ello se suma que el transporte intermunicipal de los dos departamentos (Cauca y Nariño) es casi nulo y se estima que diariamente dejan de transitar un promedio de 800 buses en toda la región.

Y como si fuera poco, el combustible también empezó a escasear, especialmente en Pasto, donde la única esperanza es que lleguen carrotanques desde Huila o Putumayo, a surtir las estaciones de gasolina de la capital nariñense.

A ese panorama se agrega que cientos de viajeros nacionales y extranjeros, se encuentran atascados en las terminales de transporte, a la espera de poder llegar a sus destinos.

La situación ha sido tan caótica que la Tercera División del Ejército con sede en Popayán, a través de la Fuerza Aérea ya realizó más de una docena de vuelos en aviones y helicópteros, para labores humanitarias como traslado de enfermos e insumos hospitalarios.

“Es así como desde el pasado miércoles primero de junio y hasta la fecha, se han realizado 14 vuelos, en aviones y helicópteros, movilizando a 249 personas, su mayoría niños y adultos mayores. Así mismo, tras coordinar con autoridades departamentales y ante la necesidad de los centros médicos de la capital del Cauca, se han transportado más de 3400 kilos de insumos hospitalarios”, explicó el ejército a través de un comunicado oficial.

Añadió la institución castrense que dentro de los evacuados “192 corresponden a personal que se encontraba atrapado en la ciudad por cuestiones laborales o turísticas y debían retornar a sus lugares de origen, 24 más eran enfermos que debían trasladarse para tratamientos o citas médicas prioritarias, diez menores de edad y el resto serían los acompañantes de los anteriores”.

Y a ese oscuro panorama se suma ahora el paro del gremio transportador que terminaría por infartar aún más la delicada situación de la región.

No obstante, líderes de las asociaciones transportadoras en esa zona del país, manifestaron que existe una seria división entre quienes apoyan la convocatoria a paro y quienes la rechazan.

“No estamos de acuerdo porque es un paro improvisado y no es el momento coyuntural y en nada nos beneficia”, explicó un alto dirigente sindical de la ACC en el Valle, que pidió no ser citado por cuanto actualmente está en una disputa dentro de la agremiación.

El dirigente manifestó su indignación con la situación actual del sector y la convocatoria a paro, “lo absurdo es que prácticamente nosotros ya estábamos en paro desde el sábado anterior”, dijo.

Su argumento se debe a que el sábado 4 de junio la vía que une a Buenaventura con Buga, en el Valle, sufrió un taponamiento debido a un deslizamiento de tierra. Y por cuenta de esa eventualidad permaneció cerrada hasta este martes.

A ello se suma que este año esa misma carretera que conecta al país con el puerto de Buenaventura padece cierres parciales cinco días a la semana, por cuenta de los trabajos de construcción de la doble calzada.

De ahí que los transportadores de la región consideran inconveniente e injusto con ellos que los convoquen a un paro, ya que vienen trabajando de manera irregular.

Como están las cosas, no cabe duda que el suroeste colombiano ha sido la región más golpeada por el paro agrario y eso que aún no se conocen las cifras oficiales del impacto económico de la protesta. Porque las cifras fatales ya el país las conoce: tres muertos y decenas de heridos.