PARO 21 DE NOVIEMBRE

Paro nacional: con la bendición de la Iglesia católica

La Conferencia Episcopal publicó un comunicado en el que justifica las movilizaciones del 21 de noviembre en el descontento social por los problemas graves del país. Aunque reconoció la protesta como un derecho democrático, hizo un llamado al diálogo y a evitar los actos vandálicos.

15 de noviembre de 2019
A través de un comunicado, la Conferencia Episcopal de Colombia compartió seis reflexiones sobre la movilización. | Foto: Esteban Vega

El paro del próximo 21 de noviembre recibió una bendición inesperada: la de la Iglesia católica. A través de un comunicado, la Conferencia Episcopal de Colombia compartió seis reflexiones sobre la movilización. 

En primer lugar, la Iglesia encontró pertinente recordar las enseñanzas que en su visita a Colombia dejó el papa Francisco. En ese momento, el sumo pontífice invitó a los colombianos a no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación. "A pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistan en la lucha para favorecer la cultura del encuentro”, dijo Francisco. 

La Conferencia Espiscopal recogió nuevamente esas palabras para justificar que las movilizaciones, desde que sean de carácter pacífico, son un derecho democrático. Según la Iglesia, el descontento de las manifestaciones evidencia problemas profundos del país que son el resultado de la corrupción, la inequidad social, el desempleo y la imposibilidad de amplios sectores para acceder a los servicios básicos de alimentación, salud y educación.

A pesar del visto bueno de los religiosos, ellos mismos hicieron un llamado a rechazar todo tipo de acto violento durante las manifestaciones. "Hay que evitar que las movilicaciones ciudadanas degeneren en agresión, saqueo, vandalismo y muerte, que afectan en la mayoría de veces a los más pobres", dijeron. 

Para la Iglesia, es pertinente que para que las protestas cumplan con su propósito, estén enfocadas en la defensa del bien común y sin estar al servicio de intereses personales. Además, la Iglesia reafirmó que la superación de los problemas sociales debe ser una construcción entre todos los sectores basada en el diálogo. 

Aunque el apoyo de la Conferencia Episcopal fue recibido con beneplácito por parte de los que esperan movilizarse el próximo 21 de noviembre, el país no recuerda el silencio que la Iglesia guardó hace tres años, cuando los promotores del No en el plebiscito, que hoy hacen parte del partido de Gobierno, utilizaron estratégicamente la ideología de género para movilizar a los votantes. 

Para concluir, la Iglesia hizo un llamado al Gobierno y los gremios a "concretar iniciativas que hagan de nuestro país una casa y patria para todos. Colombia necesita de la participación de todos para abrirse al futuro con esperanza". 

Paro Nacional: el pulso político al Gobierno Duque

En las calles, centrales obreras y más de 40 organizaciones que incluyen movimientos sociales, estudiantes, artistas y la oposición, esperan hacerle un juicio político al Gobierno del presidente Duque. Aunque el mandatario insiste en que muchos de los argumentos de los manifestates están basados en propuestas que su administración no ha impulsado -ni impulsará-, ellos siguen firmes. 

El presidente ha manifestado en reiteradas ocasiones que se está invitando a la gente a salir a las calles con “noticias falsas”. “Que no pretendan con falacias llamar al odio, porque es dramático ver que algunos de los que reclaman mejoras de movilidad hayan incendiado el metro donde se transportan”, ha dicho Duque.

En el caso concreto de Colombia, Duque se ha centrado en aclarar que no hay una reforma pensional para afectar a la clase media, y que todo lo que se haga al respecto pasará por una comisión de concertación.

El mandatario dice que tampoco comparte la idea, propuesta por Anif, de que a los jóvenes se les pague por debajo del salario mínimo, porque eso es “pauperizar” sus condiciones laborales. Así mismo, también aseguró que su Gobierno no está buscando acabar con Colpensiones, sino ampliar su cobertura.

Pero en las calles, los ciudadanos no solo se harán sentir por eso. El recrudecimiento de la violencia, la defensa de la vida de los líderes sociales y comunidades indígenas, y la educación.