POLÍTICA
Chao al partido Liberal: ¿qué sigue ahora?
El portazo de siete exministros liberales y de otros dirigentes a su partido deja claro que las grietas abiertas en la campaña aún no cierran. ¿Qué viene ahora?
La semana pasada se concretó un hecho político anunciado desde hace varias semanas en las toldas rojas. Un grupo de exministros, acompañado de una exdirectora de juventudes, exgobernadores y directores regionales, protagonizaron una renuncia colectiva al Partido Liberal. No hicieron la ‘renunciatón’, como ellos mismos la llamaron, en una forma convencional. No convocaron una rueda de prensa ni pronunciaron discursos. Más bien, lanzaron el martes pasado una lluvia de videos que inundó las redes sociales con los argumentos de cada uno, acompañados del hashtag #Yomevoy.
Más allá de la fuerza electoral de estas figuras, la mayoría de ellas han desempeñado papeles protagónicos en el Estado, y casi todos militaron en el samperismo. Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera fueron ministros del Interior, Yesid Reyes estuvo al frente de la cartera de Justicia y Juan Sebastián Rozo trabajó en los últimos meses del gobierno Santos a cargo del Ministerio de las TIC. A ellos se sumaron otros como Eduardo Díaz Uribe, exministro de Salud y exdirector de la Agencia para la Sustitución de Cultivos Ilícitos; Amílkar Acosta, exministro de Minas, y el exmagistrado del Consejo Nacional Electoral, José Joaquín Vives. La exministra Cecilia López, quien ya había renunciado en 2010, volvió a hacerlo simbólicamente y con ella también lo hicieron los abogados Ramiro Bejarano y Juan Pablo Estrada, así como los economistas Daniel Castellanos y Mauricio Cabrera.
Los líderes del #yomevoy habrían preferido que el partido se declarara en oposición al Gobierno de Duque.
La ‘renunciatón’ tiene un sentido ideológico. Todos los que participaron han defendido el acuerdo de paz, el diálogo como salida al conflicto armado, la tutela, las libertades individuales y la Constitución de 1991. En teoría, se trata de las banderas del Partido Liberal, que según los exministros y la exdirectora de juventudes del partido, este ya no representa. En uno de los videos virales que grabó Yesid Reyes, el exministro anotó: “Yo me voy del Partido Liberal que apoya una candidatura presidencial que impulsa modificaciones de fondo a los acuerdos de paz, que defiende la cadena perpetua, que prioriza la represión frente a la prevención y que restringe el libre desarrollo a la personalidad y que pretende revivir la fumigación aérea con glifosato; es un partido que es liberal de nombre y no de convicciones”.
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La historia del Partido Liberal ha estado llena de disidencias y divisiones: gaitanistas y turbayistas, samperistas y gaviristas, uribistas y antiuribistas. Esta vez la cuerda comenzó a romperse el lunes que siguió a la votación de primera vuelta, cuando empezaron los acercamientos entre Iván Duque y César Gaviria para que el liberalismo apoyara la candidatura del Centro Democrático. Días después, y sin un consenso absoluto entre los miembros de la bancada parlamentaria, tuvo lugar esa adhesión.
En ese momento se comenzó a ambientar la salida del grupo que renunció la semana pasada, del que forman parte personalidades que representan el ala dura de la ‘ideología liberal’. Además, la mayoría de ellos hicieron parte de la defensa de la paz en el gobierno de Santos y casi todos vienen de ser, por diferentes motivos, críticos de largo aliento de Gaviria. Cuando salió en los medios la foto de Duque reunido con el expresidente, se manifestaron incluso figuras que no estuvieron en la rebelión del #Yomevoy. Es el caso del exsenador Juan Manuel Galán, quien públicamente dijo estar arrepentido de haberle entregado las banderas de su padre a Gaviria “para que en la actualidad apoye un proyecto con el cual no se identifica el liberalismo”.
Confidencial: Renunciatón Liberal
También aglutinó a los rebeldes que Gaviria hubiera formalizado el 30 de mayo su decisión de apoyar a Duque. Los exministros Reyes, Rivera y Cristo argumentan que ese día se produjo una ruptura con la historia del Partido Liberal y su agenda durante el gobierno anterior. Insisten en que, a diferencia de este año, en 2010 sí se hizo un acuerdo programático con Juan Manuel Santos que llevó al presidente a incluir en sus políticas el apoyo a las leyes de víctimas, tierras y primer empleo, así como a la salida negociada al conflicto y el restablecimiento de las relaciones con países vecinos, empezando por Venezuela. Al día siguiente de que Gaviria anunciara el apoyo a Duque, también dio el portazo Ana Carolina Alzamora, directora de Juventudes, quien argumentó persecución interna a algunos jóvenes que trabajaban en la colectividad y que se habían decidido por apoyar a Gustavo Petro.
Pero un tercer momento, cuando se concretó el #Yomevoy, llegó hace tres semanas cuando los partidos tuvieron que decidir por primera vez si se declaraban de oposición, independientes o gobiernistas. A pesar de haber apoyado a Duque, la decisión oficial del liberalismo fue declararse independiente. “Difícil estar donde no nos han invitado”, dijo Gaviria, quien también anotó que para el partido era difícil declararse ‘de gobierno’ sin conocer la agenda del Ejecutivo.
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Aunque en esa ocasión lo apoyaron la mayoría de senadores y representantes a la Cámara, los ministros disidentes concretaron su idea. Para ellos, así como había sido inadmisible apoyar a Duque, fue incoherente declarar la independencia. Por eso, en la carta que firmaron conjuntamente la semana pasada, argumentaron que “quienes pensamos como liberales no podemos estar en un escenario político distinto al de la oposición para ser alternativa de poder en los próximos años”.
Como respuesta a la ‘renunciatón’, liberales oficialistas y funcionarios del partido mandaron a poner un aviso en la sede principal con el letrero “no más los del ocho mil”, tratando de hacer una asociación entre el movimiento disidente y el samperismo. Si bien algunos como Cecilia López, Juan Fernando Cristo, Ramiro Bejarano y Eduardo Díaz fueron parte de esa corriente a comienzos de los noventa, ni los exministros Reyes, Rivera o Rozo eran activos en la política de ese momento.
Varias fuentes cercanas a Gaviria desestimaron la ‘renunciatón’ y aseguraron que solo habían recibido la carta de renuncia de 22 militantes de más de un millón que tiene inscritos la colectividad. Pero en las redes la sensación fue otra: 9.800 ciudadanos trinaron la etiqueta #YoMeVoy, imponiéndose sobre la versión oficialista del #YoMeQuedo.
La gran pregunta es, más allá del impacto mediático del hecho, ¿qué pasará con el partido? Varios congresistas, como Luis Fernando Velasco y Horacio José Serpa, vienen insistiendo en la necesidad de que el expresidente Gaviria convoque a un congreso extraordinario. No obstante, la crisis va más allá de la coyuntura. En lo que pueda suceder cumplirá un papel importante lo que haga el gobierno de Iván Duque para mantener la gobernabilidad. La semana pasada el equipo político de Palacio se reunió con un grupo de representantes liberales para convencerlos de pasar de la independencia al gobiernismo. Allí los que están en favor de eso son mayoría, mientras que entre los senadores sigue teniendo arraigo la oposición al uribismo.
En cuanto a los gestores del #YoMeVoy, aseguran que su salida del partido va más allá de lo mediático. Indican que van a tener un papel protagónico en las elecciones de 2019, para lo cual, sin aval, lo más probable es que se junten con sectores de izquierda y alternativos –lo cual históricamente los políticos han denominado “armar un frente amplio”– para buscar opciones electorales en alcaldías y municipios. Desde la Alianza Verde y la Colombia Humana han recibido invitaciones a unirse a la llamada “bancada alternativa”. En su favor cuentan con el apoyo de directores regionales en los departamentos donde Duque perdió.
Armar una disidencia no es fácil. Pero estos liberales purasangre apuestan por insistir en el #YoMeVoy. Y aunque en otras oportunidades los líderes liberales han regresado, los de la ‘renunciatón’ insisten en que esta vez las diferencias ideológicas son tan profundas que se despiden para siempre.