NACIÓN

Pastor Alape y Martín Llanos piden pista en la Comisión de la Verdad

Los excomandantes de las Farc y del paramilitarismo aseguran que quieren contar toda la verdad de lo que ocurrió durante el conflicto.

9 de marzo de 2021
Pastor Alape
Felix Antonio Muñoz Lascarro, alias Pastor Alape. Equipo negociador de la desmovilizada guerrilla de las Farc. Bogotá, noviembre 29 de 2016. foto: Juan Carlos Sierra-Revista Semana. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA

La Comisión de la Verdad sigue recibiendo cartas de diferentes actores del conflicto. En esta ocasión, recibió dos misivas de excomandantes de las Farc y del paramilitarismo que quieren acudir a esa instancia para contar la verdad sobre todo lo que pasó durante los años de guerra en Colombia.

La primera carta está firmada por Pastor Alape, quien fue comandante guerrillero y actualmente está a cargo del proceso de reincorporación de quienes dejaron las armas. En la misiva asegura que es positivo para la construcción de la verdad que ya se haya aceptado escuchar a quienes hicieron parte del conflicto interno y por ello también pide pista.

“Entiendo que el paso que se da es de una gran trascendencia. Colombia no puede seguir en el espejismo de que no ha pasado nada. Y es bien importante la presencia de quienes fueron combatientes enfrentados durante años (…). Queremos que se conozca toda la verdad que le sirve a las víctimas porque para ellas es un derecho”, dice Alape.

Pero en su carta llama la atención que solicita que dichas audiencias sean simultáneas con excomandantes paramilitares al considerar que eso servirá para confrontar las versiones. “Entonces estoy a sus ordenes para hacer presencia con Héctor Germán Buitrago conocido como Martín Llanos, su hermano Nelson y su padre José Buitrago Rodríguez, fundador de las autodefensas campesinas del Casanare”.

Pero además de esta carta de Alape, se conoció otra de Martín Llanos, en la que también pide al presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco de Roux, un espacio para contar todo lo que sabe. “Deseamos exponer hechos que el país y el mundo deben conocer. Aspiramos a que las víctimas conozcan lo sucedido y buscamos con ello que se les repare e insistir en la necesidad de la no repetición”.

Asimismo coincide con Alape en que las diligencias deberían ser conjuntas ya que “a esto no se le debe tener temor. Queremos que se conozca cómo sucedieron las cosas, por qué sucedieron y cómo el país debe superar una realidad que fue en algunos momentos escalofriante”, dice Llanos.

Por ahora, no ha habido respuesta del padre de Roux pero seguramente abrirá el espacio para escuchar a estos dos excomandantes que se enfrentaron durante años en las montañas de Colombia. La Comisión de la Verdad es una instancia en la que los insumos no pueden ser usados como herramienta judicial ya que únicamente lo que allí se diga servirá para la construcción de la verdad.

Hace unos días Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko, se unió al llamado de Salvatore Mancuso y también le escribió una carta al padre Francisco de Roux. Allí le dijo que tanto él como Mancuso deberían acudir a una sesión de la entidad para contar lo sucedido en el conflicto.

Salvatore Mancuso y Timochenko
Salvatore Mancuso y Timochenko | Foto: SEMANA

“En esa dirección, Salvatore Mancuso y yo convinimos en que me dirija a usted para proponerle, en nombre de los dos, se sirva de convocar para una próxima fecha una reunión de la Comisión de la Verdad en pleno”, comentó Timochenko.

Según el excomandante de las FARC, la idea es hablar abiertamente en una audiencia pública en la que puedan ser escuchados y en la que se convoquen organizaciones sociales, de derechos humanos y medios de comunicación tanto dentro como fuera del país.

Antes de esa petición de Londoño, Mancuso había enviado una extensa carta al presidente a la Comisión de la Verdad, en la que dice que su vida corre peligro si llega a Colombia. “Han incumplido los Acuerdos de Paz y me han solicitado en extradición para llevarme nuevamente a prisión en Colombia para poder torturarme y asesinarme y así silenciarme definitivamente. Pero las víctimas me necesitan vivo desde cualquier parte del mundo para poder continuar cumpliéndoles. De nada les sirvo asesinado en Colombia y por eso he adelantado acciones legales en pro de proteger mi vida”.