Maria Paulina Aguinaga
La concejal de Medellín, Maria Paulina Aguinaga, del Centro Democrático, fue una de las primeras personas que advirtió los malos negocios de EPM. | Foto: Cortesía

Nación

Paulina Aguinaga, la concejal que advirtió los malos tiempos de EPM

La concejal del Centro Democrático, de 35 años, es conocida por su disciplina e inteligencia. Desde hace cinco años advirtió malos manejos en el conglomerado público. Esta es su historia.

13 de octubre de 2020

Quizá nadie ha logrado sacar tanto de casillas a los directivos de EPM como la concejal paisa del Centro Democrático, María Paulina Aguinaga. Aunque en un momento, y en un ataque machista, la señalaron de profeta apocalíptica, ahora se le ve como una visionaria: desde que llegó a la corporación, puso sus ojos en el presupuesto de Medellín y pudo entender que en EPM se daban pasos en falso: inversiones en el extranjero que no generaban retornos, negocios con contratistas que terminaban en grandes sobrecostos y, lo que no es poco, denunció que la empresa se había convertido en el salvavidas de todos los alcaldes para sacar adelante sus planes de gobierno, lo dejó huecos presupuestal por la enajenación de capitales, como la venta de UNE para construir Parques del Río.

Aguinaga llegó al Concejo en 2016 con 29 años y por la lista cerrada del Centro Democrático, lo que en primera instancia les restó peso político a los concejales, pues se creyó que su argumento mayor sería el respaldo del expresidente Álvaro Uribe, pero Aguinaga saltó a la arena con inteligencia, demostrando trabajo y disciplina. Su vida académica se resume así: se graduó del colegio Bethlemitas de Medellín, es egresada de Finanzas y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia y tiene una maestría en Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad de San Francisco.

Pero no solo se trata de vida académica, pues fue consultora para África del Este Banco Mundial (2013-2015) —vivió en Uganda un par de años, donde fue sorprendida por el machismo y la desigualdad rampante de un país con una electrificación del 12 por ciento—, fue asistente de investigación la Universidad de San Francisco, profesora de cátedra e la Facultad de Ciencias Administrativas y Economicas de la Universidad de Medellín y oficial asistente de programas Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Pese a su experiencia, funcionarios de EPM y copartidarios del Centro Democrático se refieren a ella como “la muchachita”.

Resultó que la muchachita hizo debates tan importantes entre 2016 y 2019 que de allí surgió un libro: “EPM, para mañana es tarde”, que versa sobre negocios chuecos y la “privatización” de la empresa, en la que priman intereses de tercero al bien público. Aguinaga dice con humor: “resulta que no soy alta y soy flaca, entonces me dicen muchachita”. En silencio dio una pelea de altura, pues por años los entes descentralizados de la ciudad trataron a muchos concejales con condescendencia, creyéndolos incapaces de analizar datos, balances financieros, informes de centrales de riesgo.

“EPM es una empresa que queremos mucho en Antioquia, y por eso cuando uno le pone los ojos encima para hacer control político, la gente lo toma a mal, sin embargo el debate que he dado ha sobresalido porque no utilizo proyecciones o datos míos, son las mismas cifras de EPM las que demuestran que la empresa lleva tiempo por un mal camino. Al principio me negaban información y yo tenía que montar derechos de petición”, dice Aguinaga.

Su trabajo fue tan eficiente que en 2019 fue reelegida como concejal, y ya no bajo el titulo macro de su partido. Se ganó sus votos haciendo campaña, sobre los hombros de su propio trabajo. Dice que pese a que sabe que compañeros del Centro Democrático le ponen quejas al expresidente Uribe, él no se interpone en sus debates, pese que el CD es un defensor asérrimo de EPM.    “Sin dudas, el expresidente Uribe es el líder máximo del partido, sin embargo nunca me ha coaccionado, ni me ha dicho que le baje al volumen, nada. Obviamente, yo sé que le ponen quejas mías. Él solo me ha preguntado por mis argumentos, se los he explicado y me ha respaldado. Con el expresidente Uribe solo tengo gratitud y el respeto”.

En este momento, dice que algunas de las acciones que ha tomado el alcalde Daniel Quintero contra EPM son acertadas, como el hecho de poner el foco sobre el consorcio constructor, que en otras oportunidades ya le han dejado pérdidas a la empresa, está lejos de las formas que pasan por encima del gobierno corporativo y de los amiguismos políticos para repartir puestos. “Los miembros de junta duran mucho allí, y algunos de los que acaban de salir tomaron decisiones desacertadas antes, es necesario que tengan un tiempo límite y que el gerente sea alguien idóneo y no el mejor amigo del alcalde”.

Aguinaga no planea un futuro político, porque su primer plan es hacer un doctorado, sin embargo es una promesa que se asoma entre los partidos con raíces más tradicionales de Medellín.