Nación
Pese a aparecer armados sembrando terror en Buenaventura, la peligrosa banda de Los Shottas afirma que buscan la paz urbana
Por medio de un comunicado, esta peligrosa banda que se pelea el manejo de los negocios de tráfico y microtráfico de drogas en la ciudad afirma que no tienen ninguna relación con el cartel mexicano de Jalisco Nueva Generación.
Buenaventura está en medio del fuego cruzado entre todo tipo de organizaciones criminales como el ELN, el Clan del Golfo, las disidencias de las Farc, Los Espartanos y Los Shottas. Estos últimos prendieron las alarmas el fin de semana cuando patrullaron fuertemente armados, con sus rostros tapados, generando temor y zozobra. Ahora que los ojos del país están puestos en la ciudad portuaria se conoce un irónico comunicado en el que, pese a su evidente estrategia violenta, aseguran que le apuestan a la paz.
En el comunicado que en su título tiene como leyenda: “El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Si no, está establecerá un fin para la humanidad”, dicen que está buscando el camino para continuar con la paz urbana en Buenaventura.
La carta está dirigida a los más altos funcionarios del Gobierno, a organizaciones internacionales, humanitarias y hasta a la misma población de Buenaventura que es presa del terror impuesto, entre otros por esta organización. “Presidente Gustavo Petro; vicepresidenta Francia Márquez; comisionado de Paz, Danilo Rueda; monseñor Rubén Darío Jaramillo, oficina de la MAP-OEA, ONU, Embajada de Noruega y comunidad de Buenaventura”.
El comunicado, que parece más una mofa ante la grave y peligrosa situación, señala que “nuestra organización Los Shottas seguimos en la disponibilidad de continuar en la construcción de paz urbana en Buenaventura y cada día afianzado más nuestro compromiso de continuar. Sabemos que no es fácil este proceso, pero seguimos dispuestos a que Buenaventura esté en total tranquilidad”.
Y aunque han sido parte activa de las violentas confrontaciones, niegan responsabilidad en uno de los crímenes que ha conmocionado a la población, así como también niegan que tengan relaciones con el cartel mexicano Jalisco Nueva Generación.
“Rechazamos los actos de violencia que en las últimas semanas han alterado el orden público en Buenaventura. Desmentimos las falsas acusaciones donde dicen que Los Shottas fueron quienes atentaron en contra de la niña de 10 años y su tía en el barrio San Buenaventura (R -9). Así lo han manifestado personas inescrupulosas con el firme propósito de empañar el buen nombre de nuestra organización. Así mismo, dejamos claro que no tenemos ningún vínculo con el grupo denominado Cartel de Jalisco Nueva Generación”, señala el comunicado conocido por SEMANA.
Además, reclaman, pese a que en Buenaventura se está viviendo una literal guerra, que se establezca una negociación de paz. “Es de vital importancia poder establecer la mesa de diálogo, con un marco jurídico, el cual brinde garantías al proceso a quienes somos partícipes del mismo, con una mesa de verificación a lo acordado dentro de la mesa de diálogo”.
La situación en el Puerto
Este año, en Buenaventura, la Defensoría del Pueblo ha recibido 1.036 denuncias por hechos violentos contra la población civil; el 97 % de estas ha sido por desplazamientos forzados, así lo reveló la entidad durante la comisión extraordinaria que adelanta la Procuraduría en el principal puerto del país.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, desde 2021 ha habido un total de 12.229 desplazamientos masivos en Buenaventura por cuenta de las disputas entre estos grupos armados y delincuenciales. Muchos de estos hoy en día se producen en el casco urbano y no en zona rural, como ha sucedido tradicionalmente.
Solo el año pasado hubo 23 eventos de desplazamientos masivos en diferentes zonas del casco urbano de Buenaventura.
Sin embargo, el subregistro puede ser alto. La Defensoría del Pueblo advierte que las denuncias han mermado significativamente, y no porque los eventos violentos hayan cesado, sino porque los actores armados están atentando contra aquellas personas que van a declarar ante la entidad. Este miércoles, solo han llegado dos declaraciones por hechos violentos. Para la entidad esto no es sinónimo de tranquilidad, más bien es todo lo contrario.
Este panorama está alimentado por la presencia de grupos armados como la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, el frente Jaime Martínez, al mando de Iván Mordisco, el ELN, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, pero también por la presencia y disputa de territorios de bandas de delincuencia organizada.
Se trata de Los Shottas y Los Espartanos, residuos de la banda criminal La Local, integrada por exintegrantes del Clan del Golfo y la temida estructura paramilitar conocida La Empresa.
Pero ahora hay un nuevo actor: Los Chiquillos, quienes –según la Defensoría del Pueblo– son los mismos mandos medios que hasta 2019 integraban La Empresa, y que hoy se enfrentan a sangre y fuego con todos los demás grupos, sus antiguos compañeros del crimen; todos ellos tienen intereses en la zona portuaria para actividades de narcotráfico, principalmente.
Hoy en Buenaventura el conflicto no se da entre fuerzas del Estado y grupos al margen de la ley, sino exclusivamente entre grupos al margen de la ley que han establecido fronteras invisibles en toda la ciudad portuaria. Los grupos se disputan el territorio, los unos quieren sacar a los otros y las comunidades quedan en medio del conflicto.
“Las fuerzas del Estado entran y salen, no garantizan seguridad porque no están de manera permanente. La Segunda Brigada del Ejército no hace presencia en el territorio, llegan cuando ya sucedieron los eventos violentos”, denunció un funcionario de la Defensoría del Pueblo durante la reunión extraordinaria.
Extorsiones, amenazas, homicidios y confinamientos por balaceras son el pan de cada día en Buenaventura. Desde hace mes y medio, el comercio en Buenaventura cierra a las 5:00 p. m., las calles quedan desoladas como en una especie de toque de queda. Solo se puede entrar a los barrios en taxis que hacen las veces de colectivo después de esa hora en la que comienza a oscurecer. El miedo es una constante.
La comisión especial de la Procuraduría
Ante la crisis de orden público, la declaratoria de guerra entre organizaciones criminales y la exhibición armada de delincuentes que se pasean con armas en las manos por las calles de Buenaventura, la procuradora general de la Nación, Margarita Cabello, ordenó el traslado inmediato de una comisión extraordinaria a la región.
El primer objetivo de esta comisión será articular con entidades como la Personería y la Defensoría de Buenaventura para conocer las problemáticas que se están dando y que tienen aterrorizados a los ciudadanos y al país, así como las estrategias que se han implementado para hacerles frente.
El segundo objetivo será verificar directamente en el territorio la situación de Derechos Humanos que se vive en el puerto, por cuenta de la presencia de grupos armados ilegales como disidencias de las Farc, ELN, Clan del Golfo y las peligrosísimas bandas criminales urbanas de Los Shottas y Los Espartanos.
De acuerdo con el Ministerio Público, en Buenaventura se registran desplazamientos forzados, confinamientos o restricciones de movilidad y amenazas. Así mismo, se hará vigilancia y control a la respuesta institucional.
La comisión está entregada por la Procuraduría delegada de DD. HH., para el seguimiento de los acuerdos de paz y la delegada de gobernanza territorial.
¿Qué está pasando?
Del 19 al 21 de mayo se registraron, según la ONU, 23 hechos armados, lo que ha captado la atención de la Procuraduría General, que llamó al Gobierno nacional para que convoque a la Comisión Intersectorial para la prevención del reclutamiento, utilización y violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes por grupos al margen de la ley, y garantice los derechos de esta población vulnerable.
“Es imperativo adoptar acciones inminentes frente a la situación de violencia que atraviesa el Distrito de Buenaventura, a partir de actuaciones concretas que impacten los factores generadores de riesgo y, a su vez, contemplar la generación de alternativas que permitan integrar las capacidades de diferentes instituciones”, señala la entidad.
Las bandas criminales urbanas de Los Shottas y Los Espartanos son residuos de la organización criminal La Local, desmantelada en 2019 tras diez años de sembrar terror en el puerto a través de asesinatos, extorsiones, desplazamientos forzados, secuestros y actividades de narcotráfico.
Estas dos fracciones enemigas se enfrentan a sangre y fuego. La mayoría de sus integrantes son adolescentes y jóvenes que han crecido en contextos de pobreza, aprovechados por traficantes de drogas que los reclutan para sus actividades delincuenciales.