Pesimismo en Colombia: ¿por qué la confianza se está evaporando?

El pasado lunes festivo, el Gobierno anunció que se suspenderá la subasta de los títulos de deuda pública (TES) para lo que resta de 2022, pues cuenta con la caja suficiente a fin de atender las necesidades de este año. La decisión manda una gran señal porque consolida una deuda pública menos costosa y sigue la senda para cumplir la regla fiscal.

Sin embargo, no fue suficiente para evitar que el precio del dólar al día siguiente empezara una carrera alcista, que ha llevado la divisa a la frontera de los 5.000 pesos.

Aunque los vientos de recesión que soplan en el planeta, las inflaciones sin control, el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania, y el aumento de las tasas de interés marcan la tendencia alcista del dólar y la intranquilidad de los mercados, a ellos se suman las declaraciones del Gobierno.

Sin haber cumplido 100 días en el poder, ha creado polémica en temas como impuestos a los capitales golondrina, posibles controles de precios y la estigmatización sobre sectores como el petrolero y el carbonero, que son los principales exportadores, generadores de divisas y grandes dinamizadores de la inversión extranjera directa.

Mauricio Santa María, presidente de Anif, asegura que hoy el país vive una crisis de confianza, la cual produce incertidumbre y eso se evidencia en el precio del dólar. “Y esto va mucho más allá de hablar del tema o de manifestar una preocupación. Es un hecho que se ve entre la gente que mueve la plata, que hoy, así tenga menores retornos, prefiere comprar dólares que quedarse en pesos”.

Los indicadores empiezan a reflejar esa situación en el campo económico. Por ejemplo, el índice de confianza de los empresarios del Dane, para septiembre, llegó a su punto más bajo en el año al registrar 58,53 por ciento, cuando había repuntado por encima del 60 por ciento tras el triunfo de Gustavo Petro en las elecciones.

Por otro lado, como explica Felipe Campos, gerente de Inversión e Investigaciones de Alianza Valores y Fiduciaria, el riesgo país de Colombia en este momento es el más alto de toda la región. “Tenemos un riesgo país que no hemos visto en 20 años y unas tasas de interés que hacen que Colombia se esté financiando 200 o 300 puntos básicos –dos o tres por ciento– por encima de sus pares de la región. Ha habido una reacción a los mensajes políticos”, explica.

Ruido en los mercados

Las alertas han superado las fronteras y hasta JP Morgan, una de las entidades financieras más importantes de Estados Unidos, advirtió que los trinos del presidente Gustavo Petro “le han agregado ruido a los mercados”.

Esa preocupación no solo se ha sentido en el mundo financiero y empresarial, sino que también empieza a reflejarse en la sociedad. Muchos se preguntan si la luna de miel del Gobierno empieza a desgastarse.

En septiembre, el índice de confianza del consumidor que mide Fedesarrollo registró un balance de -11,5 por ciento, que representa una disminución de 9,1 puntos porcentuales frente al mes anterior. A su vez, la más reciente encuesta de Invamer muestra un ambiente de pesimismo en los colombianos en materia económica, pues consideran que en este punto la nación no va por buen camino.

El principal problema del país, según la medición, es el desempleo y la economía con el 41 por ciento, mientras que los demás indicadores, como la corrupción y el orden público, se encuentran por debajo del 18 por ciento. Se trata de un fenómeno que no se veía desde hace 12 años en el arranque del Gobierno de Juan Manuel Santos.

El 80 por ciento de los consultados por Invamer considera que la economía está empeorando, lo que refuerza la percepción que ya tenía el 61 por ciento en el arranque del Gobierno Petro. Hoy solo el 12 por ciento cree que la economía va por buen camino.

El profesor Andrés Giraldo, del Departamento de Economía de la Universidad Javeriana, explica que la devaluación del peso colombiano podría tener relación con los anuncios que se han hecho desde el Gobierno sobre el sector minero-energético y el impacto de la reforma tributaria.

La incertidumbre económica que vive el país podría empezar a pasarle factura a Petro. Algunos ya se preguntan si le sucederá lo mismo que a Gabriel Boric en Chile, quien tuvo una estrepitosa caída en su popularidad del 53 al 36 por ciento en solo dos meses de gobierno. Desde entonces, no ha logrado levantarse.