Piden a Duque no dilatar la ratificación del tratado sobre el comercio de armas

“El tratado obliga que los estados indiquen a quién están vendiendo armas y la cantidad que producen, de manera que se pueda ejercer control sobre mercados ilegales de las mismas, algo que Colombia no ha hecho”, indicó a SEMANA Álvaro Jiménez, director de Campaña Colombiana Contra Minas (CCCM).

En la carta enviada al presidente de la República Iván Duque se hace un llamado para que tomen medidas que destraben el control de armas en Colombia. “Desde las organizaciones y personas que trabajamos por la paz, la reconciliación y los Derechos Humanos, seguimos promoviendo iniciativas para el control efectivo al comercio de municiones y armas cortas y ligeras, la prohibición al porte y tenencia de armas de fuego y municiones por parte de civiles, y el desarme generalizado de las colombianas y colombianos, que conduzca al monopolio real de las armas en poder del Estado”, señalan.

Jiménez fue enfático al señalar que algunas organizaciones que defienden los Derechos Humanos no ven voluntad durante este mandato para hacer que el país tenga un verdadero control de estos artefactos que ponen en riesgo la vida de millones de civiles, por lo que pide al Gobierno nacional que presente el proyecto al Congreso de la República para que sea ratificado y se integre a la legislación.

Solicitud que vienen realizando desde el año 2013. En el primer periodo de Santos se llevó al Congreso, pero fue mal tramitado y por lo tanto la Corte Constitucional lo declaró inexequible; “por esa razón necesitamos que se vuelva a presentar”, dijo Jiménez.

La Corte Constitucional concluyó que para el asunto no se acreditaron todos los requisitos propios del trámite de las leyes que aprueban un tratado internacional; por lo tanto, el vicio de procedimiento que se configura es de carácter insubsanable como resultado de que al momento de llevarse a cabo la votación del informe de ponencia para segundo debate del proyecto de Ley 059 de 2014 ante la Plenaria del Senado de la República, no fue posible acreditar las exigencias constitucionales de quórum decisorio y de la aprobación por la mayoría simple del acta de sesión ni de la certificación respectiva.

En el documento que hacen llegar a la Casa de Nariño, recalcan que, desde el 26 al 29 de abril 2021 en las Naciones Unidas se adelantan las reuniones preparatorias hacia la Séptima Conferencia de Estados parte del tratado. Una herramienta fundamental para controlar el tráfico legal e ilegal de armas de fuego y municiones, para evitar que alimenten los niveles de violencia, ya de por sí desbordados en nuestro país.

El llamado de las organizaciones se da en un momento en el que la industria militar colombiana está creciendo cada vez más en su comercialización internacional. Por ejemplo, a Guatemala con venta de fusiles y en el caso de venta de bombas al gobierno de Arabia Saudí, según ellos, “con las que serán bombardeados civiles en Yemen, tal como se ha conocido y discutido en el ámbito internacional. Igualmente, el tratado es un esfuerzo que fortalece el desarme humanitario como concepto en momentos en que el partido de gobierno promueve que se abra el comercio libre de armas en el país”, asegura el director de CCCM.

Esta carta es para las organizaciones una voz y una alerta para promover el desarme humanitario en aquellos espacios y procesos que privilegian los intereses de las poblaciones vulnerables en Colombia y otras regiones del mundo.

Caber recordar que la Industria Militar Colombiana (Indumil) alcanzó sus mejores resultados en el mercado internacional del comercio de armas. Con la venta de bombas a Emiratos Árabes, fusiles a Guatemala y granadas a Paraguay, entre otros negocios, esta empresa estatal llegó a su pico histórico en exportaciones. Durante 2019 hizo negocios internacionales por 75.945 millones de pesos, 7.000 millones más que en 2018. El crecimiento es más evidente si se compara con que en 2017 produjo ventas por 8.481 millones de pesos y en 2016 por 9.284 millones.

Indumil hace negocios con 17 países como Estados Unidos, India, Turquía y Sudáfrica, pero los contratos con Guatemala y Emiratos Árabes impulsaron sus exportaciones al pico histórico. El primero se firmó a mediados de 2019, en Bogotá, entre el general Luis Miguel Ralda, ministro de Defensa de Guatemala, y el almirante Hernando Wills, gerente de Indumil.

Se trató de la venta de 8.000 fusiles Galil Córdova, calibre 5,56x45 milímetros, por 35.000 millones de pesos, para la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Esta es una de las mayores compras que ha hecho ese país centroamericano. Solo Indumil produce estos fusiles en el mundo. Israel dejó de hacer los Galil hace una década y Colombia los perfeccionó a tal punto que buena parte de las piezas de los fusiles vendidos a Guatemala son de diseño colombiano.