La directora de Planeación, Gloria Alonso, y el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, enfrentaron dificultades en el Congreso esta semana para lograr la aprobación en primer debate del Plan Nacional de Desarrollo.

PLAN DE DESARROLLO

Plan Nacional de Desarrollo: ¿Política vs. economía?

El duro pulso por el PND muestra que el Gobierno no la tiene fácil para lograr la aprobación de las grandes reformas económicas.

25 de marzo de 2019

La estrategia del gobierno para lograr la aprobación de los principales proyectos económicos no parece funcionar del todo bien. Después de un trámite bastante accidentado esta semana logró que el Congreso le aprobara en primer debate la ponencia del Plan Nacional de Desarrollo (PND). Pero tuvo un desgaste político monumental y quedó confirmado que el Legislativo tuvo por varias horas al Gobierno ‘contra la pared’.

Incluso, en un momento el Gobierno llegó a contemplar la posibilidad de aprobarlo por decreto. Su desespero por salvar el PND llegó a tal punto que el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, pronunció el jueves un fuerte discurso en el que recriminó a los congresistas por su comportamiento y aseguró que el Gobierno nacional “no va a ceder a chantajes, como los que están tratando de poner, no va a ceder”.

Algunas de las dificultades de la aprobación del Plan de Desarrollo tiene que ver con la decisión del gobierno de cambiar la forma de relacionarse con el Congreso.

También la directora de Planeación, Gloria Alonso, salió a terciar por el proyecto. El jueves en la noche publicó un video en el que hizo un llamado angustioso a los congresistas para que acudieran el viernes a votar la iniciativa. Lo hizo luego de que la bancada de Cambio Radical anunció unos “retiros espirituales” en Valledupar que ponían en peligro el quorum para la votación.

La ley prevé que el Gobierno pueda aprobar por decreto el Plan de Inversiones. Pero si el Congreso no le da trámite al Plan de Desarrollo, los temas incorporados en el articulado, claves para el Gobierno, se hubieran caído sin la aprobación del Legislativo.

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Esto obligó al Gobierno a optar por hacer un fuerte lobby para armar el lánguido quorum que aprobó finalmente la ponencia. A última hora se salvó luego de una intervención coordinada de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, Alonso, del Departamento Nacional de Planeación, y varios ministros, entre ellos Carrasquilla, de Hacienda.

En efecto, los funcionarios llamaron a cada uno de los 32 integrantes de las comisiones tercera y cuarta del Senado y a los 58 de estas comisiones en Cámara para que asistieran a la sesión del viernes, un día antes de que venciera el plazo que contempla la ley para tramitar esta iniciativa.

Hacia las seis de la tarde la ‘terapia de choque’ logró sus resultados y la iniciativa pasó en primer debate. Pero todavía falta el duro tránsito por las plenarias de Senado y Cámara.

La administración de Iván Duque ya ha tenido problemas para que le aprueben sus iniciativas económicas. En noviembre del año pasado, cuando Carrasquilla presentó la Ley de Financiamiento, también tuvo que pasar las verdes y las maduras para que el Congreso la aprobara.

El Gobierno buscaba recaudar 14 billones de pesos para financiar el faltante en el presupuesto de este año, pero al final tuvo que conformarse con la mitad. Lo hizo después de un proceso bastante accidentado, en el que debió plegarse a muchas de las condiciones que impuso el Legislativo.

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Parte del problema del trámite de estas iniciativas tiene que ver con la decisión del Gobierno de cambiar la forma de relacionarse con el Congreso. Esto lo ha llevado a enfrentar momentos difíciles que ha sorteado hasta ahora, pero que lo obligan a repensar su estrategia.

El Legislativo, por su parte, ha hecho gala de una excesiva creatividad, que en el caso del PND plasmó en más de 2.400 proposiciones radicadas en la secretaría de las comisiones económicas.

El Gobierno radicó el PND con 187 artículos el 7 de febrero y pasó esta semana a 311. Tras el primer debate eliminaron diez artículos y retiraron otros tres para analizarlos en segundo debate. Pero con seguridad aparecerán muchos más.

Para el experto en asuntos legislativos Javier Hoyos Arboleda, lo ocurrido esta semana trae, entre otras enseñanzas importantes, que el ejemplo empieza por casa. Explica que “si en el plan se incluyen normas que no tienen que ver con sus objetivos y metas, todos los congresistas se sienten autorizados para hacer lo mismo”, asegura.

¿Y las reforma que vienen?

El accidentado paso del PND por el Congreso genera incertidumbre por las reformas estructurales que aún tiene el Gobierno por delante. La pregunta de fondo es qué se puede esperar de otras absolutamente necesarias como la pensional y de protección a la vejez, los cambios a la ley de regalías o las modificaciones al Sistema General de Participaciones (SGP).

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La pensional es hoy por hoy la reforma más importante que tiene que hacer el país para proteger en la vejez a millones de adultos mayores hoy totalmente desprotegidos, y para limitar los enormes subsidios que entrega el régimen público. Sin esta necesaria reforma, las perspectivas fiscales podrían complicarse.

Los 12 billones de pesos de regalías congelados sin invertir y el gran descontento de las regiones productoras muestran la necesidad de una reforma en este frente para “destrabar” estos recursos. Y la reforma al Sistema General de Participaciones (SGP) fue un compromiso del Gobierno anterior durante los paros de maestros.

La gran incógnita es qué tanto margen político tiene la administración Duque para sacar adelante estas iniciativas, cuando aprobar un Plan de Desarrollo con inversiones por 1.100 billones de pesos resultó tan complejo. Sin duda, el Gobierno tendrá que replantear su estrategia y evitar caer en la tentación de recurrir a prácticas proscritas en el pasado. Pero también el Congreso deberá mostrar grandeza en sus discusiones y en los procesos que deba surtir. Garantizar que el país avance es el gran desafío.