ORDEN PÚBLICO

Exclusivo: El plan para quemar 3 bancos que le encontraron al sospechoso del atentado en Barranquilla

SEMANA revela el contenido de dos documentos guardados en el computador de Cristian Camilo Bellón, en los que se planea, paso a paso, un atentado de gran envergadura en Bogotá.

10 de febrero de 2018
| Foto: Archivo particular

Entre las decenas de pruebas que tienen los investigadores de la Fiscalía contra Cristian Camilo Bellón, señalado como el hombre que ejecutó el atentado contra una estación de Policía de Barranquilla el pasado 27 de enero, hay dos documentos que llaman la atención porque muestran los planes que una organización -de la que habría hecho parte- trazó para atacar con violencia distintos flancos de Bogotá.

SEMANA ha revelado varias de las pistas del atentado en la capital costeña, que causó la muerte de 6 policías, como los viajes de Bellón y su relación con acusados de otros ataques en Bogotá. Estos nuevos archivos que se suman al expediente de la Fiscalía, fueron hallados en un computador de Bellón, el cual fue incautado durante un allanamiento a su casa en la localidad de Suba, horas después de la explosión en Barranquilla.

El primer documento, creado el 23 de marzo de 2014, lleva como título ‘Operación Noche Buena‘. En las 4 páginas que lo componen se traza un plan para atentar contra tres bancos ubicados en la carrera 13 con calle 72, frente a la Universidad Pedagógica, donde Bellón estudió Filosofía.

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El objetivo del ataque que la célula realizaría el 4 de marzo de 2014 -dice el texto- era "conmemorar" esa fecha como un "día de lucha y memoria". Para tal fin pretendían quemar las entidades bancarias. Aparece entonces la lista de elementos necesarios para ejecutar el plan: 15 litros de gasolina, 200 miguelitos (artefactos con púas), 12 llantas, 30 antorchas, 60 pañoletas, entre otros.

El documento expone que de la acción tomarían parte 60 personas. La mitad dedicadas a sostener una "parada", que se entiende como un bloqueo al tráfico, con el objetivo de realizar el ataque contra las entidades financieras. Antes de detallar los pasos para llevar a cabo la operación, el documento hace una advertencia.

"Es preciso tener en cuenta que la entrada al banco -Semana se abstiene de revelar el nombre- está un poco complicada por estos días. Los horarios deben ser precisos y debemos anticiparnos a una posible dificultad. Debemos conseguir todos los carnets (sic) que se puedan. Una opción fácil es conseguir un recibo de una persona ajena a la organización y sacarle muchas copias. Este recibo nunca debe entregarse a los celadores".

Luego se expone con detalle la organización del ataque. El grupo se dividiría en tres grandes escuadras que a su vez se repartirían en triadas. Cada escuadra y cada triada tiene una acción específica asignada en el plan. Después se explica minuciosamente la estrategia. Los atacantes se reunirían en tres edificios de la universidad, donde se vestirían con las prendas necesarias para ocultar su identidades. Allí debían repartir las antorchas impregnadas de gasolina, listas para ser encendidas.

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A las 6:10 de la noche se llevaría a cabo la "fase 2" del plan: "toma de posiciones". Según el relato, un grupo se haría al control de la puerta de la Universidad Pedagógica que da a la carrera 13. Una vez asegurada la entrada, el grueso de la estructura se volcaría a la calle.

Todo el ataque se perpetraría en diez minutos en los que era clave la sincronía entre los participantes. Unos miembros asegurarían la calle montando dos piquetes, uno en cada esquina. Esas estructuras son una especie de barricada que pretendían armar con tres llantas a las que les prenderían fuego, dos tablas y 50 miguelitos, como conocen a los artefactos que se forman con varias púas, utilizados para estallar los neumáticos de los vehículos.

Mientras esos grupos bloqueaban el tráfico, el plan apuntaba a que otros miembros de las escuadras asegurarían las aceras de los bancos, mientras el resto se tomaba las entidades bancarias y las quemaban con molochas y petos, como denominan a dos clases de artefactos explosivos. Mientras eso ocurría, rezaba el plan, otro grupo de 20 personas se dirigiría a una cancha al interior de la universidad, donde se formarían en cinco filas, mirando hacia la gradería, mientras izaban una bandera con los colores rojo y negro y una alusión a un grupo autodenominado como Barricada 4-M.

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Apenas los bancos estuvieran ardiendo, los grupos comenzarían la retirada. Pero antes, los encargados de asegurar las aceras detonarían otros artefactos explosivos conocidos como mariposas. En simultánea, los atacantes ubicados en la cancha encenderían sus antorchas y darían un discurso para plantear "los objetivos y propósitos de nuestra acción". Tras concluir la prédica, abandonarían las antorchas encendidas y se replegarían.

Esa operación estaba programada para terminar a las 6:20 de la noche, momento en el que los 60 atacantes se reencontrarían en los mismos edificios de donde habían salido, para cambiarse nuevamente de ropa y dispersarse.

Pese a estar planeada hasta el último detalle, esa acción violenta nunca se llevó a cabo. No queda claro por qué, lo que sí se entiende en el segundo documento hallado en el computador de Bellón, es que no perdieron la intención de ejecutarla.

El otro archivo contiene un texto de 79 páginas, creado el 3 de agosto de 2015, modificado por última vez el 23 de octubre del año pasado, y titulado "Informe. Grupo de trabajo. Combate urbano". En este se encuentran pistas de las actividades clandestinas y de las estrategias violentas del grupo afín al Eln del que Bellón haría parte.

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Ese texto comienza con un aparte rotulado como "revisión de principios y objetivos" en el que se anota que, tras discutir con los integrantes del grupo, aparentemente estudiantes universitarios con tendencias "camilistas", "es preciso profundizar en los métodos y mecanismos que usamos para la construcción de poder popular desde la lucha violenta y clandestina".

Luego se hace un análisis de inteligencia breve de algunos estudiantes en concreto, y de los movimientos del grupo, para pasar al apartado más comprometedor del texto, donde se plantea un plan para desarrollar varias operaciones violentas en Bogotá. Inicialmente se esboza como prioridad atacar uno de los bancos contra los que se planeó el atentado inicial, pero también se organizarían operaciones contra los CAI de Bogotá. Finalmente se esgrime la intención de generar bloqueos y caos en Transmilenio.

En el documento se expone la preocupación de que esos actos de violencia deben ir acompañados de un mensaje político, difundido en la "comunidad" a través de "actividades de propaganda". "Esto en correspondencia con nuestra forma de ejercer la violencia, orientada a la defensa del pueblo y en correspondencia con un marco ético revolucionario".

El texto incluso incluye un apartado que se refiere a la preparación previa a las operaciones, y que va desde labores de inteligencia, la consecución de la financiación, hasta la preparación física del grupo. Estas pruebas refuerzan las teorías de los investigadores, que desde el principio apuntaron a la responsabilidad del Eln en el ataque de Barranquilla, y a la relación de ese atentado letal con otra serie de acciones violentas en Bogotá.