La familia Cerchar llegó en el siglo XIX de Italia y se asentó en el sur de La Guajira. Lo propio ocurrió con la familia Gnecco en Cesar. Hoy, las dos ramas, se han convertido en fuente del poder político, económico, y en algunos casos, ilegal, en tres departamentos: La Guajira, Cesar y Magdalena. Lo que otrora se conocía como el Magdalena Grande.
La foto fue tomada el 17 de agosto en la fiesta de cumpleaños de Cielo Gnecco Cerchar, la mamá del gobernador del Cesar, que oficia como primera dama del departamento. Se le ve feliz, tomándose un margarita, con su primo Juan Francisco Gómez Cerchar, gobernador de La Guajira.
La parranda, según publicó La Silla Vacía, se hizo en la casa de recreo de los Gnecco y de ella se habló por días en Valledupar porque estuvo amenizada por destacados intérpretes vallenatos.
La foto da idea de la felicidad de una familia que manda en dos departamentos con las arcas llenas de regalías, pero también de quienes se sienten haberse consagrado en el poder que durante dos décadas han estado intentando consolidar a como diere lugar.
En estas dos décadas la familia ha vivido en una permanente paradoja. Por una parte varios de sus miembros han sido elegidos a cargos de elección popular, pero por el otro, varios de ellos, han terminado en serios problemas. El primer gobernador del Cesar, desafiando el poder de los Araújo Castro, fue Lucas Gnecco Cerchar, elegido después para un nuevo periodo. Entre 2000 y 2009 fue condenado tres veces por la Corte Suprema.
La última condena fue a 24 años, la más alta impuesta en Colombia por corrupción. Hoy por hoy tiene casa por cárcel y vive en Santa Marta.
Luego, en 2001, fue elegido como gobernador del Cesar Rafael Bolaños, casado con una de las hermanas Gnecco Cerchar, y hoy el gobernador es Luis Alberto Monsalvo Gnecco, hijo de Cielo.
En Santa Marta, Hugo Gnecco Arregocés, primo de los Gnecco Cerchar, ha sido elegido dos veces alcalde, y José Pepe Gnecco Cerchar y Flor Gnecco Arregocés, fueron elegidos senadores en distintos momentos. Pepe Gnecco fue uno de los firmantes del famoso Pacto de Ralito, por el cual condenaron a varios congresistas, sin embargo, Pepe se salvó cuando su caso pasó a la Fiscalía y allí lo archivaron.
Otro de los Gnecco Cerchar, Jorge, llevó el paramilitarismo al Cesar y a La Guajira y esos mismos paramilitares lo mataron, al parecer porque seguía manejando a sus anchas con Hernán Giraldo el tráfico de drogas y una gran tajada del negocio de la gasolina de contrabando que viene de Venezuela.
Cielo Gnecco es, según lo reconocen en Valledupar, el alma de la familia, pues ha sido la primera dama y gestora social durante los cuatro gobiernos de los Gnecco: con Lucas, con su cuñado Rafael Bolaños y ahora con su hijo Luis Alberto, a quien también hizo elegir representante a la Cámara por el Cesar en 2002. En Valledupar dicen: “Miren por dónde va lo que un día hace 30 años comenzó con el contrabando de marihuana, el tráfico de gasolina y el contrabando de ganado hacia Venezuela”.