Política
‘Polaton’, la estrategia con la que Íngrid Betancourt quiere llegar a la Presidencia
La precandidata presidencial entró en la contienda electoral y participará en la consulta de la Coalición Centro Esperanza que se hará el 13 de marzo
En las últimas hora se oficializó el rumor que venía corriendo por distintos sectores: Íngrid Betancourt regresa al ruedo político y estará en la campaña presidencial de 2022 con su precandidatura en la Coalición Centro Esperanza.
Sin duda, Betancourt fue impulsada a tomar esta decisión después de que se reviviera la personería jurídica del partido Verde Oxígeno y estará junto con Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Juan Manuel Galán, Carlos Amaya, Jorge Enrique Robledo y Juan Fernando Cristo.
“Estoy aquí para terminar lo que empecé en 2002 (…) voy a participar en la consulta del 13 de marzo, voy a hacer parte de esta Coalición Centro Esperanza como candidata a la Presidencia y voy a trabajar cada instante, de sol a sol, para ser su presidenta”, dijo la ahora precandidata presidencial.
Durante el anuncio oficial dijo que acudirá a las redes sociales para hacer un diálogo con la ciudadanía acoplándose a las realidades que ha dejado la pandemia del coronavirus. “Soy una Íngrid con más años pero con la certeza de que estamos diciéndoles a los colombianos que podemos cambiar. Haré campaña por redes e invitando a la gente por Twitter a que me acompañe a tomarme una cerveza a las siete de al noche para que pensemos cómo cambiar el país”, dijo Betancourt.
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Además, indicó que quiere llegar a la Casa de Nariño para trabajar por las víctimas del conflicto y para acabar con la corrupción que tantos problemas le ha traído a Colombia. “Yo quiero ser la presidenta de los colombianos para asegurarme de que la riqueza del país irá a los niños, jóvenes y adultos a los que el sistema les quitó las posibilidades de todo lo que podían ser”, comentó, haciendo referencia a la reciente demanda que ganó su familia en un tribunal de Estados Unidos contra las Farc, que obliga a ese extinto grupo armado a pagarle 36 millones de dólares de indemnización.
Como única mujer con una precandidatura presidencial en la Coalición Centro Esperanza, Betancourt manifestó que ya es hora de que las riendas del país estén bajo el liderazgo de una mujer por el rol que están teniendo en la sociedad.
“Somos una coalición que hemos comprendido que Colombia tiene muchas más opciones políticas. Tenemos muchas diferencias pero hay muchos factores que nos unen y eso es más importante. Queremos cambiar a Colombia y por eso estamos unidos, para mí es un privilegio volver a empezar para cambiar a Colombia.
Reconoció que, aunque en un principio no quiso estar en la contienda electoral, sus compañeros de alianza la convencieron de que debe haber una suma de sectores para lograr los cambios que los colombianos están pidiendo. “Uno debe pensar si seguir viendo las cosas desde la barrera o si se pone la camisa para ayudar. La coalición necesitaba la presencia de una mujer y por eso estoy acá”.
Betancourt es una de las últimas precandidatas en aparecer en el abanico pero le restó importancia al tema de los tiempos al considerar que el trabajo será intenso y suficiente para conquistar el voto de los colombianos.
El arribo de Betancourt cae bien en la Centro Esperanza. De entrada le significa un golpe de opinión que, según analistas consultados por SEMANA, le llega en un buen momento a esta convergencia que no genera mayor ruido. “Es una chispa, una mecha para la coalición”, dijo el representante a la Cámara de la Alianza Verde Mauricio Toro.
Betancourt es una figura mediática. Es un rostro que los colombianos conocen, un perfil que, incluso, se convirtió en la cara visible de los secuestrados en Colombia ante el mundo. Sin embargo, también es cierto que a escasos dos meses de la consulta interpartidista es difícil que iguale el caudal electoral de Sergio Fajardo, segundo en las encuestas después de Gustavo Petro y quien viene realizando un trabajo político desde hace varios años.
Además, ella hace más de diez años no recorre el país y hoy no tiene una estructura política que le sirva de trampolín para alcanzar en menos de dos meses a sus compañeros. Como en política cualquier cosa puede pasar, Íngrid Betancourt, más allá de ganar la consulta del 13 de marzo, jugará electoralmente para sumarle votos a su coalición que espera obtener más de tres millones de electores. Esa sería una de las principales razones que habrían motivado a la colombofrancesa a dejar la comodidad de la tribuna para lanzarse al ruedo y hacerse contar.
De paso, Betancourt aprovechará su candidatura presidencial en las próximas semanas para visibilizar a la lista al Senado y la Cámara de Verde Oxígeno, el partido político que el Consejo Nacional Electoral le revivió tras el fallo judicial que favoreció al Nuevo Liberalismo.