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Polémica: este lunes comienza en Caracas la mesa de negociación del gobierno Petro con la Segunda Marquetalia de Iván Márquez
El grupo criminal tiene unos 1.660 combatientes, según cálculos de inteligencia militar. Analistas consideran que es una guerrilla débil en comparación con las disidencias del Estado Mayor Central, a cargo de alias Iván Mordisco, un cabecilla que no firmó la paz en 2016, y con el ELN.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, da un nuevo paso en busca de cumplir su promesa de paz total en Colombia: delegados de su gobierno comienzan a negociar el lunes en Caracas con representantes de la disidencia de las FARC conocida como Segunda Marquetalia. Los diálogos con el grupo al mando del ex número dos de la extinta guerrilla, alias Iván Márquez, quien fuera uno de los mayores guías ideológicos de la poderosa organización rebelde, son la tercera apuesta de paz del mandatario izquierdista, quien considera que la salida al conflicto armado de seis décadas en Colombia son los acuerdos.
En 2022 empezó a negociar con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Caracas, Ciudad de México y La Habana. Además, instaló una mesa con el Estado Mayor Central (EMC), otra facción de desertores del acuerdo de paz con las FARC suscrito en 2016. No hay mayores detalles de la agenda en Caracas con la Segunda Marquetalia, más allá de un documento fundacional firmado el 5 de junio en la capital venezolana enfocado en “promover cambios y reformas democráticas para la paz en la que las poblaciones y los territorios sean la prioridad, fortaleciendo la movilización social”, según el gobierno.
El documento habla del establecimiento de comisiones negociadoras para alcanzar “el desescalamiento del conflicto, la construcción de territorios de paz”, así como la atención de víctimas. “No se identifica que alias Iván Márquez o la Segunda Marquetalia estén buscando una pista hacia lo político”, explicó a la AFP Francisco Javier Daza, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación (PARES).
A diferencia de las negociaciones que resultaron con el acuerdo de 2016, esta instancia “busca un desescalamiento de la violencia en los territorios donde ellos operan: la idea de llegar al poder, del poder estatal, no figura en la agenda de lo que se va a negociar”. Antes de iniciar los diálogos, el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Helder Giraldo, adelantó que “hay acercamientos” para llegar a un cese al fuego bilateral. El 1 de enero de 2023 Petro, él mismo un ex guerrillero de la extinta M-19, anunció una tregua por parte de las fuerzas del Estado que duró seis meses.
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“Vieja guardia”
El documento de Caracas tiene la firma de Iván Márquez, quien era el segundo hombre más importante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuando esa guerrilla firmó la paz para convertirse en partido político. Luciano Marín, su nombre real, fue el jefe negociador por los rebeldes y permaneció algunos años dentro del proceso después de la firma, pero desertó y en 2019 reapareció en un video anunciando una nueva revolución armada.
En 2023, medios locales especularon con su muerte en Venezuela tras sufrir un atentado. Luego, el gobierno de Petro aseguró que estaba en ese país recuperándose de las heridas. El pasado 11 de mayo, Márquez reapareció en un video manifestando su apoyo a Petro, con el que acordó en febrero entablar negociaciones.
Márquez es “de las pocas cabezas vieja guardia que quedan” con “fuertes bases ideológicas”, añadió Daza. Y eso “tiene un peso” y “puede que contribuya a que una negociación sea mucho más rápida, mucho más eficaz” que las que el gobierno tiene abiertas con el ELN y el EMC.
“Pista” política
La Segunda Marquetalia tiene unos 1.660 combatientes, según cálculos de inteligencia militar. Analistas consideran que es una guerrilla débil en comparación con las disidencias del Estado Mayor Central a cargo de alias Iván Mordisco, un cabecilla que no firmó la paz en 2016, y con el Ejército de Liberación Nacional.
Petro conversa con el EMC desde octubre del año pasado, antes de que el grupo se dividiera en dos en abril. La mitad de los guerrilleros al mando de Mordisco se apartaron, mientras que el otro 50% siguen en diálogo. De cualquier forma, este acercamiento ha sido criticado. “Se lee en clave de que el gobierno está siendo permisivo con los grupos armados o con aquellos desertores de la paz”, indicó Daza.
Entre los escépticos está el senador Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno del premio Nobel de la Paz Juan Manuel Santos en el acuerdo de 2016. “¿Quien garantiza que (Márquez) no nos vuelve a incumplir, que falte a su palabra como lo hizo después de la firma del acuerdo?”, dijo en un video publicado en la red X De la Calle. “Ellos tuvieron su oportunidad. Yo creo que el camino que les queda es el del sometimiento”.
*Con información de AFP