VIOLENCIA

Policarpa, Nariño, bajo fuego cruzado y órdenes de los grupos armados

Esta pequeña población ha sido escenario de violentas disputas armadas entre grupos armados. La comunidad, que ha quedado en medio de la confrontación, expulsó a la fuerzas militares.

15 de septiembre de 2020
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Batallón militar de la Tercera División. Imagen de referencia. | Foto: ANDRES GOMEZ GIRALDO

La situación en Policarpa, Nariño, no podría ser más difícil. Desde hace algunos meses ese municipio se ha convertido en un tránsito obligado del narcotráfico para los grupos ilegales, lo que ha convertido su zona rural –y parte del casco urbano– en una zona de confrontación armada.

La semana pasada circularon al menos cuatro videos muy dicientes de lo que ocurre en ese municipio: hombres armados patrullando las calles y una lluvia de balas desde diferentes partes; la comunidad, atemorizada, se refugiaba en sus casas. El alcalde Jaime David Sánchez Rodríguez dijo que la situación era compleja.

“El panorama de violencia ha afectado al territorio nacional, en especial el departamento de Nariño. Desde Policarpa miramos con preocupación los diferentes escenarios que se han venido presentando, pues en municipios vecinos hay situaciones complejas como la disputa por territorios de grupos al margen de la ley”, precisó el mandatario.

Policarpa forma parte de la subregión de La Cordillera, en Nariño. Comparte frontera con algunos municipios del Cauca y tiene cercanía con la ruta que desemboca en el Pacífico. En la zona opera el frente José María Becerra del ELN, el frente disidente de las Farc Carlos Patiño y pequeñas estructuras paramilitares apoyadas por el Clan del Golfo.

Todas se disputan los cultivos de coca de la parte rural y la ruta estratégica para sacar el cargamento hasta aguas del río Telembí, y posteriormente hacia Tumaco vía marítima. “En la zona rural mandan los violentos”, dice un líder social de la zona. Denuncia, además, que los asesinatos selectivos y el reclutamiento forzados de jóvenes van en aumento.

Asegura que esos grupos armados obligaron a la ciudadanía a sacar del casco urbano a un pelotón de soldados recién llegados. El pasado fin de semana, centenares de personas expulsaron a los militares del territorio. “Es la única forma, dicen ellos, para no quedar bajo el fuego cruzado”, puntualiza el líder.

Los soldados llegaron el pasado 2 de septiembre a Policarpa para adelantar labores de erradicación manual de cultivos ilícitos. La Tercera División del Ejército describió así lo sucedido: “Moradores de la vereda Santacruz, del municipio de Policarpa, Nariño, impidieron, mediante asonada, la labor de erradicación y control territorial que adelantaban soldados de la Vigésima Tercera Brigada. Los soldados, en cumplimiento de su deber constitucional, buscan afectar la cadena del narcotráfico en uno de sus eslabones: el cultivo de drogas ilícitas”.

La expulsión de los soldados motivó un consejo extraordinario de seguridad en Policarpa, en el que estuvo presente el gobernador de Nariño, Jhon Rojas. “Desde la Gobernación de Nariño queremos que quede claro que este hecho no representa el sentir de la comunidad, que, en su inmensa mayoría, respalda la institucionalidad y le apuesta a la sustitución de cultivos de uso ilícito a través del programa ‘Acuerdos de Raíz’, el cual busca la paz con oportunidades. Trabajaremos con acompañamiento institucional, inversión y apoyo para superar la crisis que hoy vive la región”, dijo el mandatario.

Por su parte, el comandante de la Tercera División del Ejército Nacional, general Marco Vinicio Mayorga Niño, aseguró que sus tropas no se retirarán. "Seguiremos en el territorio, en esta zona donde se han presentado confrontaciones, para generar condiciones de seguridad, para que la comunidad tenga la posibilidad de continuar con sus planes productivos y sustitución voluntaria de los cultivos de uso ilícito. Entendemos que hay presión de los grupos armados hacia la población civil y por eso permaneceremos en la zona”, resaltó.

Lo que se viene, según voces de varias oenegés es una confrontación armada mucho más aguda, que terminará por afectar a la población civil. “Tememos porque se presenten hechos como los sucedidos en el municipio vecino de Samaniego, donde fueron masacrados nueve jóvenes. Sabemos que lo que viene es duro, porque todos van a querer hacerse con el territorio”, sentencia otro líder de Policarpa.